miércoles, 21 de julio de 2010

Es triste que no haya compromiso de gobernantes con la cultura, dice el músico Roque de la Cruz
Kau Sirenio Pioquinto/Chilpancingo
No hay política ni compromiso con la cultura; todos creen que es una inversión que no genera beneficio cuantitativo, porque no se pavimentan calles, donde pueda haber fotos para buscar otro espacio político en la aspiración futura de los gobernantes; para ellos es un gasto innecesario, donde no hay que invertir, afirmó el músico Roque de la Cruz Juárez, quien ha representado a México en concursos internacionales de guitarra clásica.
Nacido en San Luis Acatlán, costa-montaña, de Guerrero, egresado del Conservatorio Nacional de Música, además de su estancia en Guanajuato donde estudió música clásica, Cruz Juárez dijo que las instituciones de cultura no cumplen con su papel como generadoras de espacios destinados para la cultura y las artes, además del nulo apoyo a los creadores culturales y la relación del pueblo con las artes, donde el teatro, la música, la danza, la pintura, la escultura, la literatura y la arquitectura, sirvan para los que menos tienen “esto ayudaría para que los jóvenes se alejen de las enfermedades sociales como son: la drogadicción y el abandono escolar porque éste cáncer lacera a los más pobres”.
El músico fue entrevistado el pasado lunes por la noche en un café en el centro de la capital y siempre estuvo acompañado de su guitarra.
Dijo que es triste saber que no hay espacios para la promoción y la difusión cultural, “en los planes de gobierno nunca se toma en cuenta a los creadores y promotores culturales, solo se deja a una persona para que decida por todas las disciplinas culturales”.
Roque de la Cruz Juárez, contó que aprendió a tocar guitarra a los 17 años de edad, cuando aún cursaba su bachillerato en la histórica Preparatoria 14 “Genaro Vázquez Rojas” ubicada en su pueblo natal, San Luis Acatlán.
Narró parte de su infancia y de cómo se hizo músico cuando era adolescente. Recordó cómo la música le cambió la vida y del apoyo familiar que recibió para estudiar fuera de su pueblo “muy niño empecé a tener el gusto por la música, y fue por eso que le pedí a mis padres que me ayudaran económicamente para estudiar en una escuela de música de prestigio, pero que fuera pública”.
En 1997, recordó, “me trasladé a Guanajuato porque sólo en ese estado se ofertaba una licenciatura de música; en Guerrero estábamos muy lejos de tener una escuela de artes, por lo que la mayoría de los paisanos emigramos para continuar nuestro estudios”.
Contó que dejar a su familia para ir en busca de lo que su estado no tiene, fue los más difícil, pero fue ahí donde conoció de cerca la importancia de la música.
“En las aulas guanajuatenses aprendimos a conocer la historia de la música, sus género y su desarrollo; es ahí donde aprendí que no todas las músicas son correctas, pero si muy valiosas, tampoco todas son malas. Lo que cuenta es como lo apropia el publico”.
Al preguntarle cómo sobrevive como músico, contesto con ironía “pensar que la música va con los aplausos, es como pensar que no se come para vivir”.
Señaló que con la crisis económica, el sector más afectado resultó la cultura porque se le recortaron presupuesto que iba destinado para el fortalecimiento de las artes, sin embargo, las expectativas no se alcanzaron, además la piratería ha sido otro factor que afecta a los creadores, lo que hace que sea más difícil vivir de la música “querer vivir de la cultura como artista de la música clásica, es demasiado difícil; es aquí donde el músico se prostituye con otro género que a él no le guste, pero lo hace con el fin de ganarse unos centavos, para no morir de hambre”.
Ya más adentrado en la charla, dijo que además de temas clásicos para la guitarra, como los de Beethoven, le gusta la trova y algunas canciones de protestas, pero que no las interpreta porque es difícil encontrar auditorio con ese gusto, razón por la cual toca y canta temas más costeños: “no canto canciones de protesta y trova porque luego hay reclamos, mejor toco algo de bolero o música más regional que vaya de acuerdo al interés del público, para que a la otra nos reciban bien”.
Para ejercitar su conocimiento musical ahora en su terruño, recorre las comunidades con el fin de llevar la música gratis.
Recordó que a invitación de Marcos Montoro Vázquez y Rosa María Aldana Mendoza, fundó la casa de cultura independiente Amaxochitl, donde ahora imparte clases de guitarra para niños de escasos recursos a quienes no les cobra, sino que busca cómo incentivarlos para que no dejen el estudio de la guitarra “no les cobramos por las clases, al contrario les prestamos las guitarras para que puedan tomar el curso, porque esto es lo que hace falta; es ahí donde las instituciones de cultura están alejadas, pero son los primeros en quejarse contra los adolescentes y jóvenes, cuando se insertan a un grupo delictivo, al no encontrar alternativas en su comunidad, en su barrio y en las calles”, expresó.
Falta visión cultural en la política
Roque de la Cruz Juárez, expresó con ironía, que las instituciones culturales del país y del estado, no atienden a las creaciones tangibles e intangibles universales de los mexicanos.
Dijo que no entiende por qué en México se contrata a músicos extranjeros para formar orquestas sinfónicas o filarmónicas, cuando hay músicos destacados que pueden desempeñar un papel digno.
Demandó además que la actividad cultural institucional, en el caso del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) y su símil estatal, se ajuste a las necesidades básicas del estado y no despilfarren lo poco que se invierte en este rubro.
De la Cruz Juárez, dijo que los compromisos que existen con los creadores es nulo y se mostró a favor de que el festival de guitarra se realice en todos los municipios, para que las personas puedan conocer el valor cultural que representa la cuerda, “me parece que a las instituciones les ha faltado mayor compromiso con la cultura y que les hace falta definir una verdadera política cultural que integre a todos los creadores de la literatura, de la música, del teatro, los pintores, los cineastas, los investigadores, para diseñar una nueva estrategia cultural que visite a las comunidades y escuelas, para no haya niños imposibilitados en alcanzar la cultura; que los pocos festivales que se hacen, los lleven en todos los rincones del estado”.
Se le preguntó del Instituto Guerrerenses de la Cultura, – ¿Crees que el IGC, cuya directora es Nora Elisa Méndez González, está cumpliendo su papel?.
–Es otro de los temas complicado, porque la directora ni siquiera conoce la cultura de su Estado, eso ha llevado que no haya un avance en la promoción y la difusión cultural; prefieren traer creadores de otras entidades federativas en lugar de impulsar a los que ya trabajan en éstas actividades a nivel local; es una neófita de la cultura.
Roque como todos lo conocen, ha representado a México en concursos de guitarra en la Habana, Cuba, y en Dallas, Texas, además de realizar múltiples presentaciones en el interior del país y en el Festival Internacional Cervantino de Guanajuato.

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