Coyunturas políticas
Rafael Solano
Cada vez más cerca La Parota
Primero fue el candidato panista, Marcos Efrén Parra Gómez, el que sin titubear dijo que era un proyecto benéfico e indispensable para el desarrollo de la entidad; después fue el prospecto priista Manuel Añorve Baños el que consideró que además de abasto de agua, daría algunos miles de empleo a los acapulqueños, y finalmente el abanderado del PRD y sus coaligados, Ángel Aguirre Rivero, acepta que puede aceptar a La Parota o por lo menos, que “matizará” su postura al respecto, que era la de rechazar a la presa hidroeléctrica porque así se lo condicionó Andrés Manuel López Obrador, el líder moral del perredismo nacional y regional, para darle su respaldo.
La noticia del cambio de punto de vista en torno al proyecto hidroeléctrico fue tomada de diversas maneras; la primera es que si no hay oposición de ninguno de los actores políticos de la entidad, La Parota tiene amplias posibilidades de concretarse y con ello, llegará la millonaria inversión a la entidad.
Pero en una segunda vertiente, es obvio que para los detractores del proyecto que son al mismo tiempo simpatizantes o allegados o cercanos al partido del sol azteca, el hecho de que Aguirre Rivero se ponga del lado contrario provocará que se le retire el apoyo en la zona rural de Acapulco y los municipios de la Costa Chica colindantes, que en donde tienen presencia e influencia.
Es decir, que ponerse del lado de La Parota puede atraerle simpatías, por un lado, de sectores de la llamada sociedad civil, pero también le puede acarrear antipatías de quienes rechazan dicho proyecto y son protoperredistas; hay que tomar en consideración que los militantes perredistas son los que aportan el mayor contingente de la coalición PRD-PT-Convergencia.
Este embrollo en donde está atascado Aguirre Rivero se generó a partir de la visita, hace dos semanas, de López Obrador, que vino a la entidad a reunirse con sus seguidores para detallar las acciones a realizar en los preparativos para una segunda incursión en la contienda presidencial, en 2012; sin embargo, no faltó por ahí algún ingenuo dirigente que llegara a pedir el apoyo para el candidato a la gubernatura.
López Obrador, que se ha mantenido alejado del proceso electoral de Guerrero, dijo que apoyaría al senador ex priista si éste firmaba un decálogo de compromisos, entre otros, el rechazo a La Parota. Aguirre Rivero titubeó, llegó a decir que sí la rechazaría, pero tras reunirse con el gobernador Zeferino Torreblanca Galindo el martes pasado, dijo que éste le hizo “algunas aportaciones” que no conocía y le ofreció una reunión con funcionarios de la CFE para que le dieran conocer con mayores detalles las características del proyecto.
“¿Esta nueva postura pone en riesgo la firma del documento con los 10 puntos que propone López Obrador?”, preguntó algún reportero. La respuesta: “No, yo he dicho que en el caso particular de los 10 puntos, serán matizados”. En fin, parece que las cosas se están complicando por no saber decir “no” en el momento preciso.
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