
Nueva Orleans se llevó el Super Bowl XLIV; 31-17
A los Santos les tomó 42 años ganarse el respeto de la NFL y porfin ganaron su primer Super Tazón desde la existencia de la franquicia tras vencer 31-17 sobre los Potros, y esto hará que nadie los olvide
MIAMI, Florida (7 de febrero).- Sean Payton, pasó casi toda la semana entrenando las primeras y segundas oportunidades con su ofensiva titular, y al menos en la primera mitad del partido parecía que el entrenador en jefe de Nueva Orleans anticipaba lo que iba a suceder.
Pues el aterrador ataque de su escuadra parecía olvidarse de cómo conseguir los primeras oportunidades que fueran limitadas a 6 puntos en la primera mitad.
En su penúltima serie se quedaron en la yarda uno y entregaron el balón en cuarta oportunidad, pero Peyton Manning, quarterback de los Potros, no perdió la calma. Y como sucedió con la ciudad que se reconstruyó poco a poco después del desastre de Katrina el equipo creció desde el primer segundo del tercer cuarto.
El primer balón suelto del partido se apareció en la patada de despeje, seguido de cuatro pases completos de Drew Brees y dos acarreos de Pierre Thomas, que pusieron a los Santos arriba en el marcador 13-10 y desataban la locura en el estadio Sun Life de Miami, poblado en una evidente mayoría de aficionados de Louisiana, que vinieron a ver a su equipo por primera vez en un Super Bowl.
Se escuchaba en todo el estadio el Who Dat? (reducción de ¿Quiénes son esos que iban a vencer a los Santos?) cuando apareció el bombero capaz de apagar cualquier incendio: Peyton Manning, esta vez con ayuda del héroe desconocido, Joseph Addai. Sí, el mimsmo que pasó desapercibido, como si los Potros hubieran olvidado la importancia de su aportación como novato hace tres años, cuando ganaron su primer título en tres décadas.
Addai puso la mesa para el primera anotación del partido con una carrera de 26 yardas y anotó el segundo para poner el marcador 17-13 y de pronto el encuentro se convirtió en el que todos esperaban; cada ofensiva sumando de a siete cuando tomaban el ovoide, con precisión en los envíos, con carreras efectivas.
Un pase a Jeremy Shockey no le alcanzó a Brees para volver a meterse a la zona roja, pero como este es el día en el que los avestruces han decidido sacar la cabeza de la tierra, el pateador de los Santos Garrett Hartley dejó atrás la modestia y conectó su tercer gol de campo de más de 40 yardas en el Super Bowl (46,44 y 47), nada mal para un novato que enfrente tuvo a Matt Stover (jugador más viejo en la historia del partido) y a Adam Vinatieri, por si las dudas.
Los Potros son un equipo diferente, el entrenador cauteloso (Jim Caldwell), que sacó a los titulares en la semana 16 ante los Jets, se volvió en una cuarta oportunidad y dos por avanzar en la yarda 40 de territorio enemigo, trabajo fácil para Manning, quien consiguió el primero y 10, pero no pasó de un intento de gol de campo en el que Stover nos recordó que a los 42 años no es tan fácil completar una atada de 51 yardas.
Faltan menos de seis minutos en el partido y es cuando Shockey tiene que quitarse la espina de no haber jugado en ese Super Bowl, que ganó con los Gigantes en el 2008, que mejor manera que con una recepción para poner al equipo de nuevo arriba y después una excepcional atrapada de Lance Moore los pondría a 7 de diferencia en la conversión de 2 puntos que tuvo que ser revisada.
De paso Drew Brees empató a Tom Brady con 32 pases completos en el Super Bowl.
Peyton, es sin duda el quarterback más destacado en la historia de las temporadas regulares, pero escogió el peor momento para lanzar su segunda intercepción de la postemporada y esta fue devuelta 74 yardas por Tracy Porter para poner el marcador 31-17. Un reto inalcanzable hasta para Peyton Manning.
En el otro lado Brees tuvo un partido sin errores. Precavido y sin desesperarse. Esto a pesar de que tuvo mayor presión, incluso fue capturado por el posible ausente Dwight Freeney, pero sus 32 pases completos le alcanzaron para empatar el récord de Tom Brady en Super Bowls.
Hace tres años los Potros se habían coronado en este estadio, habían entrenado en el mismo campo, y habían dormido en el mismo hotel que hasta la noche del viernes, pero Caldwell decidió moverlos a un “escondite”, y tal vez eso rompió la superstición que los hizo borrar en ese partido a una defensiva brutal como la de los Osos de Chicago.
Siempre sereno, el head coach de los Potros aseguró que nunca le quitó el sueño haber dejado ir su temporada perfecta por una decisión absurda este año, pero el colchón de su nuevo hotel de lujo debe haberle parecido incómodo, después de que el equipo más ganador de la década terminará ese lapso de tiempo con sólo un triunfo en el Super Bowl, al igual que los Santos.
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