“Con dinero, Maciel compró influencias”
Redacción
El Universal
Sábado 10 de abril de 2010
Un reportaje publicado por el National Catholic Reporter reveló que el fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel era tan cercano al papa Juan Pablo II, que lograba incluir a adineradas familias mexicanas en misas oficiadas en Roma por el Sumo Pontífice, a cambio de jugosos pagos.
El texto, elaborado por el periodista Jason Berry, aseguró que Maciel, acusado de abusar sexualmente de menores de edad, incluso de sus propios hijos, distribuía dinero entre la jerarquía eclesiástica en el Vaticano para ganar simpatías.
Según el extenso artículo, el fundador de los Legionarios de Cristo, contaba con el apoyo de poderosos cardenales, entre ellos, Angelo Sodano, en su momento secretario de Estado; Eduardo Martínez, prefecto de la Congregación para los institutos de vida consagrada y sociedades de vida apostólica, y Stanislaw Dziwisz, quien fuera secretario particular de Juan Pablo II hasta el momento de la muerte del Pontífice.
Berry opinó en su documento que el caso de Maciel colocó a la Iglesia católica como uno de los más complejos de la historia, tomando en cuenta que uno de sus personajes más populares incurrió en graves iregularidades, como la pederastia, y llevar una vida marital con hijos en por lo menos dos relaciones.
Acumulando pistas
En la primera parte de su trabajo, Berry, quien por años siguió la pista de Maciel, documenta sus crímenes sexuales, y su habilidad para acumular dinero.
El trabajo se produce después de meses de investigar en América y Europa, y en el que da cuenta de episodios de corrupción y compra de voluntades.
Por ejemplo, se refiere al caso de un joven sacerdote enviado por Maciel a el Vaticano para entregar al cardenal Eduardo Martínez Somalo un sobre repleto de dinero, como un gesto para granjearse amistades, pero no de manera desinteresada. Lo hacía para ganar simpatías para echar mano de ellas en caso de necesitarlas algún día.
Berry también comparte en su texto el caso de una familia mexicana que pagó 50 mil dólares para estar presente en una misa privada con el Papa.
El donativo le fue entregado al secretario particular de Juan Pablo II.
Asegura que por muchos años, Maciel y otros sacerdotes de la Legión de Cristo distribuyeron sobres repletos de dinero a miembros de la Curia Romana.
El periodista Jason Berry da cuenta en su trabajo de la ambición de Marcial Maciel y de su frenética búsqueda de amigos y solidarios, a quienes compraba siempre con costosos regalos.
“Echaba mano de cualquier medio para alcanzar su objetivo”, dijo a Berry el ex legionario Stephen Fichter. Si era necesario mentir a algún jerarca de la Iglesia o al propio Papa, Maciel lo hacia, dijo.
El texto, elaborado por el periodista Jason Berry, aseguró que Maciel, acusado de abusar sexualmente de menores de edad, incluso de sus propios hijos, distribuía dinero entre la jerarquía eclesiástica en el Vaticano para ganar simpatías.
Según el extenso artículo, el fundador de los Legionarios de Cristo, contaba con el apoyo de poderosos cardenales, entre ellos, Angelo Sodano, en su momento secretario de Estado; Eduardo Martínez, prefecto de la Congregación para los institutos de vida consagrada y sociedades de vida apostólica, y Stanislaw Dziwisz, quien fuera secretario particular de Juan Pablo II hasta el momento de la muerte del Pontífice.
Berry opinó en su documento que el caso de Maciel colocó a la Iglesia católica como uno de los más complejos de la historia, tomando en cuenta que uno de sus personajes más populares incurrió en graves iregularidades, como la pederastia, y llevar una vida marital con hijos en por lo menos dos relaciones.
Acumulando pistas
En la primera parte de su trabajo, Berry, quien por años siguió la pista de Maciel, documenta sus crímenes sexuales, y su habilidad para acumular dinero.
El trabajo se produce después de meses de investigar en América y Europa, y en el que da cuenta de episodios de corrupción y compra de voluntades.
Por ejemplo, se refiere al caso de un joven sacerdote enviado por Maciel a el Vaticano para entregar al cardenal Eduardo Martínez Somalo un sobre repleto de dinero, como un gesto para granjearse amistades, pero no de manera desinteresada. Lo hacía para ganar simpatías para echar mano de ellas en caso de necesitarlas algún día.
Berry también comparte en su texto el caso de una familia mexicana que pagó 50 mil dólares para estar presente en una misa privada con el Papa.
El donativo le fue entregado al secretario particular de Juan Pablo II.
Asegura que por muchos años, Maciel y otros sacerdotes de la Legión de Cristo distribuyeron sobres repletos de dinero a miembros de la Curia Romana.
El periodista Jason Berry da cuenta en su trabajo de la ambición de Marcial Maciel y de su frenética búsqueda de amigos y solidarios, a quienes compraba siempre con costosos regalos.
“Echaba mano de cualquier medio para alcanzar su objetivo”, dijo a Berry el ex legionario Stephen Fichter. Si era necesario mentir a algún jerarca de la Iglesia o al propio Papa, Maciel lo hacia, dijo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario