Descifran mecanismo genético de la floración en plantas
Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de otros organismos internacionales descubrieron el mecanismo molecular que regula cuándo y cómo se forman las flores de las plantas.
El estudio, publicado en la revista Science, determina la red de genes regulados por el factor de transcripción APETALA1, hallazgo que permitirá conocer mejor cómo se desarrolla este proceso y el de la aparición de los frutos de las plantas.
Según los investigadores, APETALA1 controla la actividad de muchos otros genes que, a su vez, regulan el desarrollo vegetativo o el crecimiento floral.
“En cierta manera, actúa como un director de orquesta, coordinando a lo largo del tiempo la actividad de los distintos programas de desarrollo. Así, primero reprime el programa vegetativo –cuando las plantas producen hojas– y posteriormente activa el reproductivo –de producción de flores–”, explica José Luis Riechmann, investigador del Centro de Investigación Agrogenómica del CSIC.
Uno de los genes que controla APETALA1 es Terminal Flower 10, que impide que el tallo, donde se forman las flores, se convierta en flor, lo que le permite crecer de manera continua y producir muchas flores.
ESTUDIOS PREVIOS. El factor APETALA1 no era ajeno a la comunidad científica y se conocía su función para iniciar la formación de meristemos florales –grupos de células no diferenciadas a partir de los cuales se forman diferentes órganos de las plantas: raíces, tallos, hojas y flores– y desarrollar sépalos y pétalos de las flores.
“Cuando APETALA1 y otro gen llamado Cauliflower están inactivados, se produce en la planta una gran acumulación de meristemos incapaces de diferenciarse”, explica Riechmann con respecto a algunas plantas crucíferas, que siguen creciendo en fase vegetativa y da lugar, por ejemplo, a la coliflor o brócoli.
El estudio, publicado en la revista Science, determina la red de genes regulados por el factor de transcripción APETALA1, hallazgo que permitirá conocer mejor cómo se desarrolla este proceso y el de la aparición de los frutos de las plantas.
Según los investigadores, APETALA1 controla la actividad de muchos otros genes que, a su vez, regulan el desarrollo vegetativo o el crecimiento floral.
“En cierta manera, actúa como un director de orquesta, coordinando a lo largo del tiempo la actividad de los distintos programas de desarrollo. Así, primero reprime el programa vegetativo –cuando las plantas producen hojas– y posteriormente activa el reproductivo –de producción de flores–”, explica José Luis Riechmann, investigador del Centro de Investigación Agrogenómica del CSIC.
Uno de los genes que controla APETALA1 es Terminal Flower 10, que impide que el tallo, donde se forman las flores, se convierta en flor, lo que le permite crecer de manera continua y producir muchas flores.
ESTUDIOS PREVIOS. El factor APETALA1 no era ajeno a la comunidad científica y se conocía su función para iniciar la formación de meristemos florales –grupos de células no diferenciadas a partir de los cuales se forman diferentes órganos de las plantas: raíces, tallos, hojas y flores– y desarrollar sépalos y pétalos de las flores.
“Cuando APETALA1 y otro gen llamado Cauliflower están inactivados, se produce en la planta una gran acumulación de meristemos incapaces de diferenciarse”, explica Riechmann con respecto a algunas plantas crucíferas, que siguen creciendo en fase vegetativa y da lugar, por ejemplo, a la coliflor o brócoli.
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