viernes, 9 de abril de 2010


Los derechos humanos en Cuba
"Encontrémonos en un claro de la historia"
El cantautor Silvio Rodríguez y el escritor exiliado Carlos Alberto Montaner abren, desde posiciones antagónicas, un inédito intercambio epistolar sobre Cuba
Los dos nacieron en la Cuba de los años cuarenta. Uno escapó de la cárcel en 1961 y, desde el exilio, comenzó una vida de combate al régimen comunista. El otro abrazó la revolución, le puso banda sonora y fue diputado durante 15 años. Todo separaba al escritor Carlos Alberto Montaner, bestia negra del castrismo, y al músico Silvio Rodríguez, icono de la causa. Tuvo que ocurrir la muerte del disidente Orlando Zapata para que los viejos enemigos iniciaran un insólito intercambio epistolar, inimaginable en otros tiempos. Desde las antípodas ideólogicas, ambos coinciden en un punto: la necesidad de mirar al futuro.
 Todo comenzó el pasado 30 de marzo, con un texto poético de Silvio Rodríguez aparecido en una web procastrista (Rebelión). El cantautor lanza una serie de preguntas, una de ellas dirigida a Montaner. "Si los miles de cubanos que perdimos familia en atentados de la CIA hiciéramos una carta de denuncia, ¿la firmaría Carlos Alberto Montaner?". El escritor respondió al día siguiente en una carta abierta. "Por supuesto, Silvio, yo firmaría esa denuncia". Tras calificar de "abominables" ciertas actuaciones estadounidenses, incluida la pena de muerte, Montaner le devuelve la pregunta. ¿Firmaría el cantautor una carta de denuncia de los atropellos a los presos políticos y a los disidentes cubanos, una condena "de la censura, el partido único, la persecución por motivos de ideas, creencias o preferencias sexuales? [...] Una carta en la que les dijéramos a los Castro que 51 años es un periodo demasiado prolongado para continuar imponiéndoles a los cubanos un sistema fallido y cruel en el que ya casi nadie cree, comenzando por ti, Silvio". Montaner aboga por que "la oposición democrática y los reformistas del régimen" busquen juntos una salida "a la herencia de los Castro: un manicomio empobrecido y sin ilusión".
Para su sorpresa, el cantante respondió. Algo inusitado, si se tiene en cuenta que el régimen tiene catalogado a Montaner en el apartado de terroristas y agentes del imperialismo. La réplica de Silvio es del 2 de abril, y muy dura. Acusa al escritor de "diseñar una Cuba distorsionada que propagan las monstruosas cadenas".
"¿Te parece poco que, desde que se instauró la revolución, hace ya más de medio siglo, el 20% de la población ha huido a bordo de cualquier cosa? ¿Son falsos los fusilamientos, los maltratos en las cárceles, los actos de repudio?", responde Montaner en una carta del 3 de abril, aún inédita.
Silvio prosigue: "Repartes un odio que ha derribado aviones llenos de inocentes". Es una alusión al atentado contra el vuelo de Cubana de Aviación, perpetrado en 1976 por terroristas cubanos anticastristas, que mató a 73 pasajeros. Previamente, Montaner ha recordado el hundimiento intencionado del remolcador 13 de Marzo, que causó la muerte a 41 personas que trataban de huir de Cuba en 1994, y reprocha al cantante haber guardado silencio.
No son los únicos episodios de la historia cubana que se ponen sobre la mesa. Montaner ha recordado las matanzas de somalíes a manos de las tropas cubanas en la guerra del Ogadén. Rodríguez defiende el sacrificio de los caídos en África, que impulsó el "fin del apartheid". Montaner lamenta la "pérdida inútil" de 3.000 vidas "no en la lucha contra el apartheid", sino por el afán de Castro "de convertirse en líder planetario" y hacer "de la pobre Cuba el peón más agresivo" de la URSS.
Si el cantante esgrime la figura de José Martí, el Apóstol de la independencia cubana, y sus críticas a EE UU, el escritor le recuerda que también "criticó severamente a Marx" y defendió la iniciativa privada. "Como coincido con Martí, y no con Fidel, me parece muy bien que alguien de tu talento haya podido enriquecerse legítimamente, tener propiedades y poseer una próspera empresa de grabaciones (...) Lo que quisiera es que ese privilegio se extienda a todos los cubanos".
"Sigo con más razones para creer en la Revolución que en sus detractores. Si este Gobierno es tan malo, ¿de dónde salió este pueblo tan bueno?", escribe Silvio. "Me parece legítimo que insistas en defender aquello de la revolución que te parezca plausible", responde Montaner, que apuesta por mirar al futuro ("el pasado lo hemos hecho añicos") y construir una "Cuba sin exclusiones". Recuerda al cantante que tienen hijos de la misma generación. "¿No te parece criminal que esos jóvenes estén obligados a suscribir las ideas y prejuicios de unos confusos octogenarios encharcados en el peor dogmatismo?". "Tenemos que encontrarnos en un claro de la historia patria para darnos ese abrazo de reconciliación y cambio que casi todos anhelamos".
La respuesta de Silvio Rodríguez a esta segunda réplica, si se produce, es una incógnita. Pero el cantante se adelantó en una entrevista publicada este martes por el diario argentino Página 12. En ella, Rodríguez insta a "superar la lógica de la guerra fría". "No podemos ser prisioneros eternos de nuestro pasado porque hay más mañana que ayer esperándonos", dice. El cantante se muestra partidario de amnistiar a los "presos que algunos llaman de conciencia". "Mi posición", dice, "es que todos tengamos derecho a la información, a crearnos una opinión de cada cosa y a comentar lo que sea, sin limitaciones".
En la presentación de su más reciente disco en La Habana, Silvio pidió superar "la erre de revolución" y que se imponga la "evolución". Antes que él, otro de los fundadores de la Nueva Trova, Pablo Milanés, había reprochado al Gobierno el trato a los disidentes. Silvio Rodríguez ha insistido en que no se trata de destruir la revolución, sino de "reinventarla". Pero eso no le ha librado de las críticas de la prensa oficial. La edición digital del diario Granma mostró una caricatura de un Silvio envejecido que dice: "Sí, yo cantaba para los pobres... Eso fue antes de que ganara mucho dinero con la canción social". Montaner lo defiende: ambos coincidieron en los años ochenta, en una cena en casa de un amigo común, en Madrid. "Encontré a una persona flexible y crítica. No se parece al sistema que defiende".

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