sábado, 12 de junio de 2010

Benedicto XVI ofrece revisar “la autenticidad de la vocación” de los futuros sacerdotes
Por primera vez, el Papa pide “perdón” en público por los curas pederastas Ante unos 15 mil clérigos promete “hacer todo lo posible” para que no ocurran más abusos
Periódico La Jornada/Sábado 12 de junio de 2010, p. 32
Ciudad del Vaticano, 11 de junio. El papa Benedicto XVI pidió este viernes por primera vez en público “perdón” por los abusos cometidos por curas católicos contra niños al clausurar en la plaza San Pedro un difícil año sacerdotal, marcado por los escándalos de pederastas en la Iglesia.

“Imploramos insistentemente perdón a Dios y a todas las personas afectadas, y prometemos hacer todo lo posible para asegurar que ese tipo de abusos nunca más puedan ocurrir”, clamó el Papa ante unos 15 mil sacerdotes, monjas y religiosos provenientes de todos los continentes, congregados en la explanada.

“En este año de alegría para el sacramento del sacerdocio salieron a la luz los pecados de los sacerdotes, y en particular los abusos contra niños”, reconoció el Papa durante la misa solemne concelebrada bajo un sol ardiente con un elevado número de cardenales y obispos.

El pontífice prometió que se “hará todo lo posible para examinar la autenticidad de la vocación” de los futuros sacerdotes y aseguró que “los acompañaremos aún más en su camino, para que el Señor los proteja y los custodie en las situaciones dolorosas y en los peligros de la vida.

“Así, consideramos lo ocurrido como una tarea de purificación”, subrayó.

No obstante, el jefe de la Iglesia católica advirtió que la institución “usará la vara del pastor”, para proteger a sus sacerdotes de “los farsantes”, de las “desorientaciones” y del falso amor.

“Hoy vemos que no se trata de amor, cuando se toleran comportamientos indignos de la vida sacerdotal”, subrayó Benedicto XVI, al rechazar claramente la actitud de algunos cardenales y jerarcas de la Iglesia católica por haber encubierto por décadas a los curas pederastas.

El pontífice, que ha sido acusado inclusive personalmente de haber callado un caso hace más de tres décadas cuando era arzobispo en Alemania, optó por la tolerancia cero contra los curas pederastas tras estallar a inicios del año una serie de escándalos en Irlanda.
El “mea culpa” del Papa tiene un particular valor al haber sido pronunciado ante miles de sacerdotes venidos de los cinco continentes, quienes padecen la desafección y sospecha de la opinión pública.

Entre los religiosos que acudieron a la enorme explanada, la mayoría vestidos de blanco, figuraban numerosos latinoamericanos.

“Ha sido un año difícil, pero también de reflexión. Los escándalos, lo que se ha escondido por años, a muchos nos ha dejado sorprendidos, incrédulos. La tentación y la coherencia resultan pues más actuales que nunca”, comentó un religioso colombiano.

Los escándalos por los abusos contra menores estallaron primero en Irlanda, tras la divulgación a finales del año pasado de dos informes oficiales, y se han extendido a Alemania, Austria, Italia, Holanda, Bélgica, Estados Unidos y varios países de América Latina.

En mayo pasado, durante su viaje a Portugal, Benedicto XVI reconoció ante los periodistas que lo acompañaban en el vuelo papal, que la mayor persecución que sufre la institución no viene de los enemigos de “afuera” sino de sus “propios pecados” y reiteró que los culpables deberán responder “ante Dios y la justicia ordinaria”.

Por los escándalos, Benedicto XVI inició una renovación gradual de la Iglesia, con la sustitución de cuatro obispos en Irlanda, y tomó medidas como nombrar a un delegado especial para controlar directamente la congregación de los legionarios de Cristo, cuyo fundador, el mexicano Marcial Maciel, fue acusado de abusos sexuales.

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