viernes, 25 de junio de 2010

Ventana José Cárdenas
Cínicos y desvergonzados
Unos y otros lanzan excremento contra el ventilador. Quedan embarrados. Apestan las vísperas electorales. La guerra es desapiadada. Las instituciones están descompuestas. La democracia también. Hay delincuentes de la escucha clandestina. El PRI acusa al gobierno. Casi tres decenas de priístas han sido espiados desde febrero; entre otros, tres gobernadores, dos candidatos a gubernaturas, cinco secretarios de finanzas y tres líderes estatales. Rasposas conversaciones revelan grosería y abuso. No hay autoridad que lo evite.
“La ausencia de ética política destroza al país. Muestra un quebranto del respeto a la legalidad… la destrucción de la cultura democrática… la sociedad no ha tenido la capacidad de defender lo que tanto ha costado”, lamenta el politólogo Sergio Aguayo.
El año pasado, previo a las elecciones, el presidente del PAN, Germán Martínez, la emprendió contra los candidatos del PRI; intentó vincularlos con el crimen organizado. El resultado fue devastador. El PRI ganó mayoría en San Lázaro. Arrebató San Luis Potosí y Querétaro. Lo peor, el deterioro de la relación del Legislativo con el Ejecutivo. Rodó la cabeza de Germán.
El PAN repite la receta. César Nava y su “patrón” no ignoran lo que vendrá después del 4 de julio. Las encuestas avisan: para el PRI, Aguascalientes, Chihuahua, Durango, Hidalgo, Puebla, Quintana Roo, Sinaloa, Tamaulipas, Tlaxcala y Veracruz. Oaxaca y Zacatecas, cerrado. Para el PAN, con todo y las alianzas, cero por chapucero. ¿Cuántas elecciones se resolverán en tribunales? Además de la debacle electoral, habrá parálisis. Viene la noche triste del panismo. ¿El PRI está de regreso? La democracia se muerde la cola. La pelea de la transición por elecciones confiables está perdida. Otra vez el país enfila al conflicto. Así comenzó este gobierno. La democracia, fruto de la alternancia, se parece a la Selección Nacional. Las instituciones se atascan cuando la política no alcanza para lo político. Sobran cínicos y desvergonzados.
Amín Maalouf escribe sobre los días previos a la caída de Granada: “A esta ciudad la protegen sus propios ladrones y la gobiernan sus propios enemigos…”. En México, ciudad o país, da lo mismo

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