Los mexicanos honran a héroes equivocados: Historiador
Zunzunegui explicó que a los mexicanos se les habla de un pasado glorioso de las culturas indígenas en Mesoamérica.
Los mexicanos honran a héroes equivocados, odian a Hernán Cortés -que fundó la estructura de México-, alaban a un defensor de la monarquía como Hidalgo y olvidan al conservador Iturbide quien separó al país de la España liberal y puso el nombre de México, dijo a Efe el historiador Juan Miguel Zunzunegui.
El experto, que dirige el curso "Las grandes mentiras en la Historia de México" en el Instituto Cultural Helénico, explicó a Efe que la historia oficial mexicana está sostenida en numerosos mitos y falsedades.
Zunzunegui explicó que a los mexicanos se les habla de un pasado glorioso de las culturas indígenas en Mesoamérica, sin embargo se olvida que esta región estaba habitada por numerosos grupos que vivían en guerras de conquista constantes entre sí y que el concepto de comunidad era inexistente para ellos.
Otro mito dice que los mexicanos descienden de los aztecas y que éstos dirigían un imperio, cuando sólo era uno de los grupos que se había impuesto a la mayoría y sólo exigía tributos, esclavos y víctimas para sus rituales.
La mayoría de los mexicanos son mezcla de diversos pueblos indígenas que lucharon junto a los españoles contra la dominación de los aztecas, que era considerado uno de los grupos más sanguinarios de aquel entonces.
Se habla de que los españoles conquistaron México, cuando el país no existía como tal, ya que éste es un concepto que surgió durante el largo proceso de desarrollo durante los tres siglos de la colonia española en donde surgió la población mestiza que es la parte fundamental del mexicano.
"Hernán Cortés es el fundador del estado novohispano sobre el cual surgió México", explicó el especialista, que recordó que con Cortés solo había unos 1.400 españoles, pero tenían detrás de ellos a 150.000 indígenas que fueron los que realmente derrotaron a los aztecas en Tenochtitlán.
"Incluso Cortés y sus hombres son los creadores del famoso taco mexicano, pues al festejar el triunfo, prepararon cerdos traídos con ellos y, a falta de pan, tuvieron que comerlo con las tortillas prehispánicas", aseguró Zunzunegui.
Otro de los grandes mitos lo representa la figura del cura Miguel Hidalgo y Costilla, quien supuestamente comenzó la lucha por la Independencia cuando él defendía la reinstalación en el trono del rey español Fernando VII, entonces prisionero de Napoleón I.
Hidalgo solo promovió una gran revuelta que duró varios meses, se caracterizó por exaltar a muchedumbres al saqueo y fue descalificada por los otros jefes como Ignacio Allende y Juan Aldama, quienes se referían a él como "cura cabrón", señaló el historiador.
A su juicio, Hidalgo era un cura que había sido degradado de su puesto en la Universidad Nicolaíta "por problemas de faldas y por mal manejo del dinero", y al que le gustaba apostar y jugar, beber coñac y chocolate.
La visión de Zunzunegui coincide con la del escritor Eugenio Aguirre, quien señaló que Hidalgo era blasfemo, mujeriego, seductor, aficionado al juego y le gustaba la "parranda".
Aguirre también resalta en su libro "Hidalgo" que el llamado "Padre de la Patria" era una persona culta e ilustrada, que hablaba seis idiomas, tocaba el violín y montaba obras de teatro.
Zunzunegui explicó que la gran batalla de Hidalgo fue la del Monte de las Cruces en la sierra que rodea la Ciudad de México, en la cual perdió 15.000 hombres, desertaron unos 35.000 y permanecieron apenas otros 35.000, pero ya sin municiones.
"En esta batalla las huestes de Hidalgo se enfrentaron a 4.000 soldados virreinales entrenados, los cuales se retiraron ante la abrumadora mayoría pero a los que provocaron cuantiosas pérdidas y los cuales por primera vez entraron en una batalla real", indicó el especialista.
Las muchedumbres solo se dedicaban a saquear las casas de los españoles sin distinción, por lo que los criollos retiraron el apoyo al movimiento de Hidalgo.
El famoso "Pípila", a quien se atribuye haber derribado un portón de una fortaleza donde se ocultaban soldados españoles y criollos, nunca existió, dijo Zunzunegui al explicar que la destrucción del portón de la Alhóndiga de Granaditas fue obra de mineros que usaron un ariete y fuego.
Tras la derrota de los miles de seguidores de Hidalgo ante unos 7.000 soldados realistas en Guadalajara, los insurgentes lo destituyeron, lo apresaron y lo llevaron hacia el norte, sin embargo, fueron capturados, fusilados y decapitados.
La Independencia la consiguió un grupo de criollos encabezados por el canónico Matías de Monteagudo a través de un movimiento que se conoció como "conjuración de la Profesa" y quienes promovieron a Agustín de Iturbide, el oficial que había casi acabado con las fuerzas insurgentes en todo el país, a encabezar la independencia.
La decisión se tomó luego de que en España un golpe de Estado obligara al monarca a jurar la Constitución de Cádiz, de hechura liberal, y que no era bien vista por los criollos conservadores en la Nueva España, debido a que ponía en riesgo sus privilegios.
En la Declaración de Independencia, Iturbide defiende la religión, mantiene los privilegios y crea el Imperio mexicano el 27 de septiembre de 1821, que es la fecha de la auténtica Independencia.
Zunzunegui explicó que a los mexicanos se les habla de un pasado glorioso de las culturas indígenas en Mesoamérica.
Los mexicanos honran a héroes equivocados, odian a Hernán Cortés -que fundó la estructura de México-, alaban a un defensor de la monarquía como Hidalgo y olvidan al conservador Iturbide quien separó al país de la España liberal y puso el nombre de México, dijo a Efe el historiador Juan Miguel Zunzunegui.
El experto, que dirige el curso "Las grandes mentiras en la Historia de México" en el Instituto Cultural Helénico, explicó a Efe que la historia oficial mexicana está sostenida en numerosos mitos y falsedades.
Zunzunegui explicó que a los mexicanos se les habla de un pasado glorioso de las culturas indígenas en Mesoamérica, sin embargo se olvida que esta región estaba habitada por numerosos grupos que vivían en guerras de conquista constantes entre sí y que el concepto de comunidad era inexistente para ellos.
Otro mito dice que los mexicanos descienden de los aztecas y que éstos dirigían un imperio, cuando sólo era uno de los grupos que se había impuesto a la mayoría y sólo exigía tributos, esclavos y víctimas para sus rituales.
La mayoría de los mexicanos son mezcla de diversos pueblos indígenas que lucharon junto a los españoles contra la dominación de los aztecas, que era considerado uno de los grupos más sanguinarios de aquel entonces.
Se habla de que los españoles conquistaron México, cuando el país no existía como tal, ya que éste es un concepto que surgió durante el largo proceso de desarrollo durante los tres siglos de la colonia española en donde surgió la población mestiza que es la parte fundamental del mexicano.
"Hernán Cortés es el fundador del estado novohispano sobre el cual surgió México", explicó el especialista, que recordó que con Cortés solo había unos 1.400 españoles, pero tenían detrás de ellos a 150.000 indígenas que fueron los que realmente derrotaron a los aztecas en Tenochtitlán.
"Incluso Cortés y sus hombres son los creadores del famoso taco mexicano, pues al festejar el triunfo, prepararon cerdos traídos con ellos y, a falta de pan, tuvieron que comerlo con las tortillas prehispánicas", aseguró Zunzunegui.
Otro de los grandes mitos lo representa la figura del cura Miguel Hidalgo y Costilla, quien supuestamente comenzó la lucha por la Independencia cuando él defendía la reinstalación en el trono del rey español Fernando VII, entonces prisionero de Napoleón I.
Hidalgo solo promovió una gran revuelta que duró varios meses, se caracterizó por exaltar a muchedumbres al saqueo y fue descalificada por los otros jefes como Ignacio Allende y Juan Aldama, quienes se referían a él como "cura cabrón", señaló el historiador.
A su juicio, Hidalgo era un cura que había sido degradado de su puesto en la Universidad Nicolaíta "por problemas de faldas y por mal manejo del dinero", y al que le gustaba apostar y jugar, beber coñac y chocolate.
La visión de Zunzunegui coincide con la del escritor Eugenio Aguirre, quien señaló que Hidalgo era blasfemo, mujeriego, seductor, aficionado al juego y le gustaba la "parranda".
Aguirre también resalta en su libro "Hidalgo" que el llamado "Padre de la Patria" era una persona culta e ilustrada, que hablaba seis idiomas, tocaba el violín y montaba obras de teatro.
Zunzunegui explicó que la gran batalla de Hidalgo fue la del Monte de las Cruces en la sierra que rodea la Ciudad de México, en la cual perdió 15.000 hombres, desertaron unos 35.000 y permanecieron apenas otros 35.000, pero ya sin municiones.
"En esta batalla las huestes de Hidalgo se enfrentaron a 4.000 soldados virreinales entrenados, los cuales se retiraron ante la abrumadora mayoría pero a los que provocaron cuantiosas pérdidas y los cuales por primera vez entraron en una batalla real", indicó el especialista.
Las muchedumbres solo se dedicaban a saquear las casas de los españoles sin distinción, por lo que los criollos retiraron el apoyo al movimiento de Hidalgo.
El famoso "Pípila", a quien se atribuye haber derribado un portón de una fortaleza donde se ocultaban soldados españoles y criollos, nunca existió, dijo Zunzunegui al explicar que la destrucción del portón de la Alhóndiga de Granaditas fue obra de mineros que usaron un ariete y fuego.
Tras la derrota de los miles de seguidores de Hidalgo ante unos 7.000 soldados realistas en Guadalajara, los insurgentes lo destituyeron, lo apresaron y lo llevaron hacia el norte, sin embargo, fueron capturados, fusilados y decapitados.
La Independencia la consiguió un grupo de criollos encabezados por el canónico Matías de Monteagudo a través de un movimiento que se conoció como "conjuración de la Profesa" y quienes promovieron a Agustín de Iturbide, el oficial que había casi acabado con las fuerzas insurgentes en todo el país, a encabezar la independencia.
La decisión se tomó luego de que en España un golpe de Estado obligara al monarca a jurar la Constitución de Cádiz, de hechura liberal, y que no era bien vista por los criollos conservadores en la Nueva España, debido a que ponía en riesgo sus privilegios.
En la Declaración de Independencia, Iturbide defiende la religión, mantiene los privilegios y crea el Imperio mexicano el 27 de septiembre de 1821, que es la fecha de la auténtica Independencia.
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