martes, 3 de agosto de 2010

Buscan rescatar chile piquín en costas del Golfo La Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) presentó una investigación y un plan para rescatar a las poblaciones silvestres de chile piquín, que en algunas temporadas representa hasta el 60 por ciento de los ingresos de las familias rurales que viven cerca de las costas del Golfo de México, pero que han sufrido una pérdida de poblaciones por el cambio de uso de suelo y la sobreexplotación.
Prácticamente todo el chile piquín que se consume en México proviene de poblaciones silvestres y no es cultivado. Existen tres subtipos raciales Capsicum annuum aviculare, C. frutescens y C. bavvatum. Este vegetal, que crece con más facilidad en tierras que están a menos de mil 500 metros sobre el nivel del mar, es colectado por muchos pueblos, desde Sonora a Chiapas, en el Pacífico, y desde Tamaulipas a Quintana Roo, en el Golfo de México y el Caribe.
En algunos estados, hasta el 15 por ciento de las personas que viven en el campo recibe algún ingreso por su colecta y venta.
La propuesta universitaria fue desarrollada conjuntamente por Teodoro Medina-Martínez, Juana María Pérez Hernández y Gerardo Sánchez Ramos, de la UAT, además de Horacio Villalón Mendoza, de la Universidad Autónoma de Nuevo León, y Sergio Salinas Hernández, del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey campus Monterrey.
Su modelo de aprovechamiento sustentable plantea cambiar las actuales técnicas de cosecha; crear tres bancos de germoplasma; probar en las zonas silvestres un nuevo sistema de germinación y facilitarle a las plantas seguir creciendo en espacios silvestres, lo cual les da una serie de características de sabor y forma que son muy apreciados en el mercado.
La investigación, que fue publicada en la revista Ciencia UAT, aprovecha información colectada desde hace más de 10 años sobre las poblaciones de chiles silvestres, en especial las de chile piquín, que son las que generan más ingresos a los pobladores de zonas costeras.
Desde 2003 se documentó que el ecotipo de chile piquín que crece en Tamaulipas es el que más se consume en México, de acuerdo con estudios de Octavio Pozo y Moisés Ramírez, del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP).
Aunque en la mayoría de los vegetales que consume el ser humano el mejor método de conservación es el cultivo extensivo, en el caso del chile piquín es tratar de estimular su crecimiento en las mismas tierras en las que germina de manera natural, es decir, in situ.
Los investigadores identificaron que una de las técnicas que podría ayudar mucho a la conservación es cambiar el método de colecta, que consiste en cortar las ramas completas de la llamada planta madre, que es un arbusto espinoso. En contraste, se podría hacer una colecta individual, que sería más cara y lenta, pero aseguraría la conservación de poblaciones.
Además, los universitarios proponen un sistema más amplio para conservar algunas semillas en bancos de germoplasa y para facilitar la germinación tratando a las semillas con ácido giberélico. En todos los casos el esfuerzo está orientado a mantener el crecimiento de estas variedades en los lugares que crecen de manera natural y asociados a los otros organismos animales y vegetales con los que conviven

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