El bote tiene secciones para desechos orgánicos e inorgánicos, que luego compacta y tritura
Estudiantes del CECyT-9 del IPN desarrollan basurero inteligente
Crearon el prototipo a partir de la publicación de la Ley de Residuos Sólidos en 2009
Aún no lo comercializarán, porque la legislación no se acata como debe ser en la ciudad de México
De la Redacción/Periódico La Jornada/Sábado 7 de agosto de 2010, p. 2
“Pensamos en un basurero inteligente, porque en la actualidad toda la tecnología se enfoca en la ecología, ya que se trata de un tema primordial para el desarrollo sustentable, no sólo en México, sino en el mundo entero”, explicó David Israel Ramírez Colín, estudiante del Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos (CECyT-9) Juan de Dios Bátiz, del Instituto Politécnico Nacional (IPN), quien junto con Blanca Stella González Rodríguez, Diana Elizabeth Arias Valdés, Brenda Márquez León y Daniel Toledo Aranda, concibió un prototipo de basurero inteligente denominado Triba (acrónimo de triturador de basura), con una área para residuos orgánicos y otra para inorgánicos, con la función de triturar y compactar los respectivos desechos.
Este invento se da a conocer luego de que el Gobierno del Distrito Federal publicó su Ley de Residuos Sólidos, en abril de 2005.
Los alumnos expusieron que la ciudad de México genera alrededor de 12 mil 500 toneladas diarias de residuos sólidos urbanos, producidos por más de ocho millones de habitantes, por lo que la generación per cápita de residuos sólidos equivale a 1.4 kilos al día.
Con sensores o manual
“El propósito es tener un sistema sustentable de desechos de residuos sólidos y, en consecuencia, la rentabilidad del manejo del mismo”, apuntó Toledo Aranda.
Explicó que el bote de basura inteligente cuenta con dos contenedores: uno para basura orgánica y otro para inorgánica; ambos poseen sensores ópticos de peso y de volumen, los cuales emiten una señal cuando la basura llega a cierto nivel o ya es muy pesada.
Estos sensores detectan cualquier interferencia y mandan un pulso para que inicie el proceso de trituración en el caso de la basura orgánica o de compactación en el caso de la inorgánica. “Además, incluimos la modalidad de procesar la basura personalmente sin necesidad de depender de los sensores, entonces sólo basta con presionar un botón”, añadió el alumno politécnico.
El prototipo está dotado con dos motores: uno que baja una placa para compactar basura inorgánica (latas, botes, etcétera) y otro con aspas para triturar la basura inorgánica. Se pretende que después de triturar los residuos orgánicos se depositen en un cajón con tierra para elaborar composta y utilizarla como abono.
El bote tiene las entradas y salidas para los cajones, a fin de darle mantenimiento; está hecho de malla para observar el mecanismo en funcionamiento y sus paredes son de acero, para que los desechos orgánicos no lo oxiden, destacó Arias Valdés.
En la parte de electrónica los alumnos politécnicos trabajaron con un circuito de rectificación para que el voltaje no pase directamente a los motores y no queme los componentes. Un rectificador es el elemento o circuito que permite convertir la corriente alterna en continua, esto se realiza al utilizar diodos rectificadores, explicó la estudiante González Rodríguez.
También tiene un microcontrolador PIC programado que funciona por medio de señales eléctricas. Su lenguaje es más sencillo, no es necesario que memorice tantos comandos para poder controlarlo, en comparación con un procesador, y esto hace más fácil su utilización, detalló Márquez León.
El prototipo, que por el momento es de gran tamaño, cuenta con teclado especial con push buttons y una pantalla para observar las instrucciones. “Pretendemos hacerlo más pequeño porque está diseñado para una casa habitación; sin embargo, puede retrasarse un poco, porque la Ley de Residuos Sólidos no se acata actualmente como debe ser en la ciudad de México, lo que nos da tiempo para realizar los detalles al proyecto y venderlo”, dijo la alumna politécnica.
Con la creación de este prototipo, los jóvenes politécnicos buscan inculcar entre la sociedad una cultura ambiental responsable, fomentar la innovación de productos funcionales para el tratamiento de residuos e ir a la vanguardia mediante el implemento de nuevas tecnologías. “Esperamos retomar este proyecto, que por el momento está detenido, en tanto ingresamos a nuestras respectivas carreras de nivel licenciatura”, señalaron los estudiantes.
Estudiantes del CECyT-9 del IPN desarrollan basurero inteligente
Crearon el prototipo a partir de la publicación de la Ley de Residuos Sólidos en 2009
Aún no lo comercializarán, porque la legislación no se acata como debe ser en la ciudad de México
De la Redacción/Periódico La Jornada/Sábado 7 de agosto de 2010, p. 2
“Pensamos en un basurero inteligente, porque en la actualidad toda la tecnología se enfoca en la ecología, ya que se trata de un tema primordial para el desarrollo sustentable, no sólo en México, sino en el mundo entero”, explicó David Israel Ramírez Colín, estudiante del Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos (CECyT-9) Juan de Dios Bátiz, del Instituto Politécnico Nacional (IPN), quien junto con Blanca Stella González Rodríguez, Diana Elizabeth Arias Valdés, Brenda Márquez León y Daniel Toledo Aranda, concibió un prototipo de basurero inteligente denominado Triba (acrónimo de triturador de basura), con una área para residuos orgánicos y otra para inorgánicos, con la función de triturar y compactar los respectivos desechos.
Este invento se da a conocer luego de que el Gobierno del Distrito Federal publicó su Ley de Residuos Sólidos, en abril de 2005.
Los alumnos expusieron que la ciudad de México genera alrededor de 12 mil 500 toneladas diarias de residuos sólidos urbanos, producidos por más de ocho millones de habitantes, por lo que la generación per cápita de residuos sólidos equivale a 1.4 kilos al día.
Con sensores o manual
“El propósito es tener un sistema sustentable de desechos de residuos sólidos y, en consecuencia, la rentabilidad del manejo del mismo”, apuntó Toledo Aranda.
Explicó que el bote de basura inteligente cuenta con dos contenedores: uno para basura orgánica y otro para inorgánica; ambos poseen sensores ópticos de peso y de volumen, los cuales emiten una señal cuando la basura llega a cierto nivel o ya es muy pesada.
Estos sensores detectan cualquier interferencia y mandan un pulso para que inicie el proceso de trituración en el caso de la basura orgánica o de compactación en el caso de la inorgánica. “Además, incluimos la modalidad de procesar la basura personalmente sin necesidad de depender de los sensores, entonces sólo basta con presionar un botón”, añadió el alumno politécnico.
El prototipo está dotado con dos motores: uno que baja una placa para compactar basura inorgánica (latas, botes, etcétera) y otro con aspas para triturar la basura inorgánica. Se pretende que después de triturar los residuos orgánicos se depositen en un cajón con tierra para elaborar composta y utilizarla como abono.
El bote tiene las entradas y salidas para los cajones, a fin de darle mantenimiento; está hecho de malla para observar el mecanismo en funcionamiento y sus paredes son de acero, para que los desechos orgánicos no lo oxiden, destacó Arias Valdés.
En la parte de electrónica los alumnos politécnicos trabajaron con un circuito de rectificación para que el voltaje no pase directamente a los motores y no queme los componentes. Un rectificador es el elemento o circuito que permite convertir la corriente alterna en continua, esto se realiza al utilizar diodos rectificadores, explicó la estudiante González Rodríguez.
También tiene un microcontrolador PIC programado que funciona por medio de señales eléctricas. Su lenguaje es más sencillo, no es necesario que memorice tantos comandos para poder controlarlo, en comparación con un procesador, y esto hace más fácil su utilización, detalló Márquez León.
El prototipo, que por el momento es de gran tamaño, cuenta con teclado especial con push buttons y una pantalla para observar las instrucciones. “Pretendemos hacerlo más pequeño porque está diseñado para una casa habitación; sin embargo, puede retrasarse un poco, porque la Ley de Residuos Sólidos no se acata actualmente como debe ser en la ciudad de México, lo que nos da tiempo para realizar los detalles al proyecto y venderlo”, dijo la alumna politécnica.
Con la creación de este prototipo, los jóvenes politécnicos buscan inculcar entre la sociedad una cultura ambiental responsable, fomentar la innovación de productos funcionales para el tratamiento de residuos e ir a la vanguardia mediante el implemento de nuevas tecnologías. “Esperamos retomar este proyecto, que por el momento está detenido, en tanto ingresamos a nuestras respectivas carreras de nivel licenciatura”, señalaron los estudiantes.
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