Viajar es mi mero mole
Descubre la gastronomía de Puebla y Oaxaca a través de uno de sus platillos más reconocidos.El mole da nombre a una de las rutas turísticas propuesta por el Gobierno, que quiere combinar la gastronomía del sur y el centro del país con los vestigios prehispánicos y el arte colonial de Puebla y Oaxaca.
Existen docenas de tipos de mole -hay quien los cifra en centenares-,de gustos, colores y complejidades aptos para los públicos más variados.
Angélica Bravo, propietaria del restaurante La Casita Poblana, en Puebla, resalta la versatilidad de esta salsa, capaz de llegar hasta donde nuestra creatividad nos permita.
En el mole poblano, al que el chocolate otorga un inconfundible color marrón, participan siete tipos de chile, almendras, pasas, plátano, cacahuete y anís. En la Colonia, la cocina de un convento bullía antes de la visita de un ilustre personaje -un arzobispo, un virrey- que debía ser agasajado con un rico menú.
Se cuenta que el cocinero, presa de los nervios, derramó las sobras de los ingredientes con los que cocinó en el mismo plato que se le iba a servir al invitado, que, para sorpresa de todos, se chupó los dedos. Otras afirman que el chocolate fue una solución de emergencia ante una
salsa demasiado picante.
Todavía hoy los estados mexicanos de Puebla, Oaxaca y Tlaxcala se disputan el origen del platillo. Al menos, todos han sido incluidos en esta ruta turística.
El camino se desviará hacia Tlaxcala y sus murales de Cacaxtla, guiado por el aroma a cacahuete del mole prieto, hecho con maíz y grasa de cerdo y de reminiscencias prehispánicas.
De él, se dice, que era una comida ritual en honor a Toci, diosa de los textiles y de la salud. La siguiente y última parada será Oaxaca, que, además de su capital Patrimonio de la Unesco aporta a esta ruta playas de olas surferas y arenas vírgenes.
El circuito concluye en el pueblo de Mazunte, un lugar único para seguir el rastro de las tortugas. En Huatulco los visitantes podrán cambiar el mole por asados de pescado, en un viaje en lancha
por sus escondidas calas, donde muchas familias aún viven del mar.
Hace algunos meses, responsables de seguridad del aeropuerto de ciudad de México confesaron a la prensa que esta potente salsa puede dar positivo en algunos controles de explosivos.