Coyunturas políticas
Rafael Solano
PRD en el naufragio ideológico
Luego de que el PRD determinara aceptar al todavía senador Ángel Aguirre Rivero como candidato a la gubernatura, decisión a la que se sumarían los minúsculos partidos Convergencia y del Trabajo, hubo algunas voces al interior del partido del sol azteca que se alzaron para recordar el pasado priista del designado, aunque en su mayoría, los dirigentes de distintas corrientes y los militantes distinguidos mostraron agrado, simpatía y hasta cierto grado de embelesamiento con el recientemente llegado, que hizo recordar la leyenda de los aztecas esperando la llegada (o regreso) de Quetzalcóatl.
Es visible y tangible que el partido del sol azteca padece de una grave orfandad de líderes o mejor dicho, de prospectos a cargos de elección; tenía media docena de aspirantes a la candidatura pero ninguno convenció: ni al resto de contendientes para que respaldaran a uno solo, ni a los jerarcas que despachan en la capital del país.
Sin embargo, que se mencione o señale esta obvia realidad molesta a los dirigentes que de manera oportuna (u oportunista), ofrecieron al ex gobernador sustituto la candidatura en charola de plata tan pronto se divulgó que Aguirre Rivero saliera enfurecido de la reunión en la sede nacional del PRI, hace casi un mes, tras que se determinó dar la candidatura a Manuel Añorve Baños.
En una entrevista radiofónica que fue retomada en diversos periódicos, el gobernador Zeferino Torreblanca Galindo se refirió al tema; lamentó que el PRD “de ser la primera fuerza pasa a desaparecer en una coalición que no le veo ni color ni origen ni ideario”, agregando que ahora “le sirve a las sectas y le sirve a las tribus; es una franquicia que ha perdido toda su memoria histórica, que ha perdido todo lo que representó (…) por los pequeños pesos y las necesidades inmediatas”, y en referencia a la coalición que encabezará Aguirre Rivero, señaló que el objetivo es “el lucro para que no se pierdan las canonjías, los puestos, las migajas”.
En respuesta, el senador David Jiménez Rumbo consideró que lo declarado en el sentido de que el PRD responde a intereses de líderes, “es un leguaje de Torreblanca Galindo desafortunado y riesgoso que incita a la violencia”. Según un boletín, agregó que “Aguirre Rivero es el candidato y no ayuda en nada con descalificar la coalición que está llamada a ganar, a cambiar el estado de cosas negativas y de atraso social en la entidad”.
Lo único bueno es que no recordó ni mencionó que ese atraso proviene de más de 70 años de gobiernos emanados del PRI, periodo en donde ya le tocó gobernar al candidato antipriista.
Ayer el Ejecutivo estatal retomaría el tema en una gira por la región de Tierra Caliente; diría que “yo no estoy divorciado del PRD; de quien me divorcio es de la mezquindad de sus líderes que quieren solamente el lucro para ganar espacios políticos y se olvidan del pueblo”.
Rafael Solano
PRD en el naufragio ideológico
Luego de que el PRD determinara aceptar al todavía senador Ángel Aguirre Rivero como candidato a la gubernatura, decisión a la que se sumarían los minúsculos partidos Convergencia y del Trabajo, hubo algunas voces al interior del partido del sol azteca que se alzaron para recordar el pasado priista del designado, aunque en su mayoría, los dirigentes de distintas corrientes y los militantes distinguidos mostraron agrado, simpatía y hasta cierto grado de embelesamiento con el recientemente llegado, que hizo recordar la leyenda de los aztecas esperando la llegada (o regreso) de Quetzalcóatl.
Es visible y tangible que el partido del sol azteca padece de una grave orfandad de líderes o mejor dicho, de prospectos a cargos de elección; tenía media docena de aspirantes a la candidatura pero ninguno convenció: ni al resto de contendientes para que respaldaran a uno solo, ni a los jerarcas que despachan en la capital del país.
Sin embargo, que se mencione o señale esta obvia realidad molesta a los dirigentes que de manera oportuna (u oportunista), ofrecieron al ex gobernador sustituto la candidatura en charola de plata tan pronto se divulgó que Aguirre Rivero saliera enfurecido de la reunión en la sede nacional del PRI, hace casi un mes, tras que se determinó dar la candidatura a Manuel Añorve Baños.
En una entrevista radiofónica que fue retomada en diversos periódicos, el gobernador Zeferino Torreblanca Galindo se refirió al tema; lamentó que el PRD “de ser la primera fuerza pasa a desaparecer en una coalición que no le veo ni color ni origen ni ideario”, agregando que ahora “le sirve a las sectas y le sirve a las tribus; es una franquicia que ha perdido toda su memoria histórica, que ha perdido todo lo que representó (…) por los pequeños pesos y las necesidades inmediatas”, y en referencia a la coalición que encabezará Aguirre Rivero, señaló que el objetivo es “el lucro para que no se pierdan las canonjías, los puestos, las migajas”.
En respuesta, el senador David Jiménez Rumbo consideró que lo declarado en el sentido de que el PRD responde a intereses de líderes, “es un leguaje de Torreblanca Galindo desafortunado y riesgoso que incita a la violencia”. Según un boletín, agregó que “Aguirre Rivero es el candidato y no ayuda en nada con descalificar la coalición que está llamada a ganar, a cambiar el estado de cosas negativas y de atraso social en la entidad”.
Lo único bueno es que no recordó ni mencionó que ese atraso proviene de más de 70 años de gobiernos emanados del PRI, periodo en donde ya le tocó gobernar al candidato antipriista.
Ayer el Ejecutivo estatal retomaría el tema en una gira por la región de Tierra Caliente; diría que “yo no estoy divorciado del PRD; de quien me divorcio es de la mezquindad de sus líderes que quieren solamente el lucro para ganar espacios políticos y se olvidan del pueblo”.
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