Coyunturas políticas

Rafael Solano

Piedras en el camino para Aguirre

Lo anunciaron perredistas de la región de La Montaña al saber que la candidatura a la gubernatura sería para el senador ex priista Ángel Aguirre Rivero; militantes de Ciudad Altamirano se lo cumplieron hace una semana y este sábado, en Iguala otros perredistas de viejo cuño gritaron su inconformidad porque, según lo publicado, el prospecto a la gubernatura actúa como priista.
Quizá se trata de escaramuzas de poca trascendencia y relevancia; tal vez sea que los líderes nacional y estatal no limaron asperezas después de que determinaron darle la nominación a un candidato externo o creyeron que la inconformidad se disiparía como el resabio de la lluvia tras la salida del sol. Lo cierto es que el aspirante del PRD y Convergencia y el Partido del Trabajo está encontrando piedritas en el camino y anda descalzo.
El principal problema sería que al interior del partido del sol azteca no tiene operadores políticos, aunque pudiera tener el respaldo de centenares o miles de militantes; hasta donde se advierte, no basta contar con el aval de los líderes o con la totalidad de simpatizantes de la corriente del senador David Jiménez Rumbo o el 100 por ciento de apoyo de los seguidores del ex alcalde acapulqueño Alberto López Rosas.
Sería prudente, ante este panorama de adversidad, que tanto el candidato como los dirigentes que lo apoyan hagan todo lo posible para que los vencidos queden convencidos; es decir, que el apoyo que se dio a los cinco precandidatos que se registraron antes de que llegara Aguirre Rivero, ahora sea para éste en la lógica de que contenderá por el partido del sol azteca.
Habría de recordar que en 1999, cuando contendió por segunda ocasión Félix Salgado Macedonio (contra René Juárez Cisneros), las corrientes que apoyaban al ex priista Jaime Castrejón Díez, quien renunció a su militancia porque no obtuvo la candidatura y perdió la elección interna en el PRD, dejaron solo al hoy ex alcalde acapulqueño; ese fue uno de los factores de la derrota.
El PRD tiene fama de improvisado pero tiene la particularidad de que ante la llegada de un candidato que no sea militante, termina la rebatinga.