miércoles, 15 de septiembre de 2010

Reducen muerte de células madre en tratamientos contra el cáncerBiólogos de la Universidad de California en San Diego (UCSD) lograron matar células cancerígenas en ratones sin provocar al mismo tiempo la muerte de las células madre que se convierten en sangre y tejido intestinal.
Este hallazgo, que se observó en modelos animales pero que podría probarse en seres humanos en algunos años, significa que las personas con cáncer tendrían la posibilidad de ser sometidas a radioterapia o quimioterapia sin padecer los efectos adversos más comunes que son la anemia y destrucción de tejidos cercanos al tumor.
Cada año mueren en México 65 mil personas a causa del cáncer, siendo la tercera causa más frecuente de decesos, después de las enfermedades del corazón y la diabetes. Muchos de los pacientes que fallecen por tumores cancerígenos no son llevados a tratamiento debido a que se les diagnosticó la enfermedad demasiado tarde y a que las terapias serían excesivamente agresivas, con graves efectos colaterales que les podrían costar la vida. Es por esto que el frenar los efectos adversos permitiría a más enfermos entrar a terapia.
Proteger a las células madre es indispensable porque son las famosas células que se convierten en diferentes tipos de tejidos, desde sangre hasta nervios.
“Durante la quimioterapia y la radioterapia que matan células cancerígenas induciendo un daño significativo a su genoma se presenta un efecto indeseable en los pacientes tratados, que es la reducción en el número de células madre. Si podemos diferenciar estos dos procesos y frenar la destrucción de células madre en seres humanos estamos seguros de que esto podría beneficiar la calidad de vida de los pacientes”, explicó el líder de la investigación, Yang Xu, en la edición de septiembre de la revista Nature Cell Biology.
La clave científica del avance anunciado por la UCSD consistió en manipular, dentro de la molécula de ADN (Ácido Desoxirribonucleico), un gen que entre los científicos es conocido como PUMA porque es productor de una proteína llamada P53. El trabajo de esa proteína es detener la multiplicación de las células y ordenarles destruirse cuando han llegado a cierto nivel de envejecimiento.
De manera muy simple se puede decir que la acción de la P53 frena la reproducción de células del mismo modo que lo hacen la quimio y radioterapia, pero tuvieron que hacer que actuara contra las células enfermas pero no contra las saludables.
El proceso de muerte o suicidio celular es llamado apoptosis y es necesario para que nuevas células ocupen el lugar de las viejas; en el cáncer no ocurre esto, muchas células nuevas nacen y antes de que mueran sus antecesoras nacen otras más y siguen multiplicándose desordenadamente hasta formar concentraciones parecidas a bolas. Eso son los tumores, por eso en la antigüedad, cuando no se sabía qué era el cáncer, se decía que las personas con este mal morían “por bola”, en referencia a las carnosidades que aparecían en las víctimas

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