Trabajan en protocolos para conservar frutos y hortalizas con rayos gamma
Isaac Torres Cruz
Investigadores de la UNAM desarrollan protocolos para irradiar con rayos gamma frutos y hortalizas para su conservación y desinfección, radiación capaz de penetrar la materia con mayor profundidad que los alfa y beta.
De acuerdo con los académicos de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán de la Universidad, los gamma son ondas electromagnéticas con longitud muy corta y gran poder de introducción, que hace posible la irradiación del producto, empacado o congelado. “Estos se introducen de manera completa y uniforme, y una pequeña cantidad de energía puede alcanzar el objetivo, sin necesidad de una lenta penetración térmica”, explicó la investigadora Andrea Trejo Márquez, quien encabeza el proyecto.
Apuntó que los rayos gamma conforman uno de los diversos tipos de radiación que existen y provienen del isótopo Cobalto-60, que se obtiene con el bombardeo de neutrones al Cobalto-59.
Según Trejo Márquez, la cantidad de energía irradiada que un alimento recibe se mide en grays (Gy), unidad equivalente a un julio (unidad de energía) absorbido por kilogramo; el rango habitual para la irradiación de estos productos va de los 50 a los 10 mil Gy, de acuerdo a cada caso, y el efecto buscado.
Indicó que existen tres categorías de uso según la intensidad de irradiación: en dosis bajas, menores a un kilo Gy, con lo que se inhibe la brotación en bulbos y tubérculos, desparasitación de carnes, desinfección de productos vegetales y retardo de maduración; en dosis medias, de uno a 10 kilo Gy, se destruyen microorganismos y se mejoran propiedades tecnológicas de los alimentos; en dosis altas, mayores a 10 kilo Gy, se consigue esterilizar y eliminar virus.
Según la especialista con la irradiación se puede inhibir, por ejemplo el brote de bacterias en tubérculos y bulbos como papas, cebollas y ajos, con lo que se evita el uso de agentes químicos y, al retardar la maduración, aumenta la vida en anaquel de los alimentos; “también se pueden desinfectar con dosis bajas que causan la muerte o esterilidad de insectos”.
NORMATIVIDAD. La científica universitaria puntualizó que si se controlan las condiciones ambientales y se realiza una buena selección del estado fisiológico del producto, los cambios en los vegetales pueden reducirse a niveles no detectables. “Para ello, se requiere una normatividad en la materia, pero pocos países en América Latina cuentan con ella”.
En 2006, México y Estados Unidos firmaron un acuerdo para usar la irradiación como tratamiento de poscosecha en frutas y vegetales para exportación, que cuenta con la aprobación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO), y la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA).
En el mundo, al año se consumen 50 mil toneladas de alimentos irradiados y 63 naciones tienen aprobado el uso de esta tecnología; se han realizado estudios de toxicidad y en las dosis reglamentarias en ningún producto se ha detectado riesgo para la salud.
Actualmente, en el país se han irradiado, con fines de exportación a EU, guayabas de Aguascalientes y distintas variedades de mango de Guerrero; el consumo de este último, fresco y sin pesticidas, está en auge, porque es rico en vitaminas A y C, minerales, fibras y antioxidantes, bajo en calorías, grasas y sodio, comentó Trejo.
El chile manzano está en la lista de productos permitidos por Sagarpa y Estados Unidos para exportación, pero no se cuenta con un protocolo de irradiación, por lo que Trejo, además de participar en la elaboración de los protocolos para éste así como para mango y papaya.
No hay comentarios:
Publicar un comentario