EDITORIAL/Jornada Guerrero

No a la violencia

El secuestro del ex rector de la Universidad Autónoma de Guerrero, más allá de que se encuadre en un delito del fuero común, como indicó el gobernador Zeferino Torreblanca Galindo, debe mover a los candidatos a gobernar la entidad a la reflexión.

En este mismo espacio el día de ayer se hacía hincapié en la necesidad de que los aspirantes a gobernar el que quizá sea el estado más conflictivo de la República mesuren sus discursos, para evitar la violencia, que no desea nadie.

A pesar de que, como dice Torreblanca Galindo, el crimen es del fuero común, sin duda que tiene un efecto en las campañas, dado el abierto respaldo del académico universitario a la candidatura de Manuel Añorve Baños, impulsado por la alianza PRI-Verde Ecologista-Panal.

Ante ello, el abanderado de la coalición Guerrero nos une, Ángel Aguirre Rivero, hizo un –todavía a tiempo– prudente llamado desde Zihuatanejo para que la violencia que azota la entidad no llegue a las campañas, con la firma de un pacto de civilidad entre quienes pretender gobernar la entidad.

También es importante la petición del gobernador Torreblanca, en el sentido de que no se politice el asunto, a un día de que el dirigente estatal del PRI, Efrén Leyva Acevedo, exigiera la presentación del ex rector y adujera que, aunque no señalaba directamente a nadie, “hubo grupos que saltaron” cuando los priístas denunciaron agresiones, en obvia referencia a la demanda de los perredistas, de que presenten los hechos ante las autoridades que correspondan y no en los medios.

Esta es justamente la actitud que se debe erradicar en las campañas por la gubernatura, que ya de por sí están calientes. Acusaciones a priori, partidistas y sin fundamento no deben darse en un sistema que se pretende democrático.

Ante la violencia, la civilidad; ante los desplantes, la mesura.

Tampoco hay que olvidar que mientras los políticos se jalonean acusándose de incentivar la violencia, hay un reconocido científico guerrerense del que no se sabe nada, y que, por el bien de todos, pero principalmente el suyo y de su familia, debe aparecer sano y salvo. Que así sea.