Editorial EL UNIVERSAL
Los partidos y sus propuestas
Con la elección de Gustavo Madero como presidente del Partido Acción Nacional se inicia un proceso de recomposición en el interior de los tres principales partidos políticos. PRI y PRD también cambiarán dirigente nacional en los primeros meses de 2011. A partir de este momento la ciudadanía debe encontrar un espacio de análisis y reflexión sobre las formas y los fondos característicos de cada partido.
Hubo y habrá un debate sobre los estilos personales de los nuevos dirigentes partidistas, sobre sus afinidades ideológicas, sus filias, fobias y demás rasgos particulares. Sirven todas esas características para elaborar un juicio en torno de estos personajes. Sin embargo, lo que importa más son sus proyectos, sus modelos de país, sus propuestas concretas.
Suele atribuirse sólo a los candidatos a puestos de elección popular la obligatoriedad de presentar planes y propuestas. No obstante, extender ese hábito también a los aspirantes a dirigir partidos brindaría a los mismos mayor cercanía con sus bases, incluso con ciudadanos normalmente ajenos a la militancia política.
Hasta ahora, los candidatos a líderes de partido han hablado de unidad, imparcialidad, inclusión, acuerdos, aproximación con la sociedad y victorias electorales. Poco se les ha escuchado decir acerca de los “cómos” de dichas ideas, tan nobles como difusas. ¿Qué agenda legislativa impulsar hacia el final del sexenio, por ejemplo, para mejorar la débil estructura fiscal? ¿Cómo aprovechar el relevo en las gubernaturas para mejorar la coordinación en materia de seguridad? Son, entre otros, los temas que tendrían que estar en el debate.
Gustavo Madero, junto con los personajes que resulten triunfadores en los procesos internos de PRI y PRD, tendrá la encomienda el próximo año de organizar la selección de candidatos rumbo a los comicios presidenciales de 2012. De ahí la importancia de la conformación de estas dirigencias nacionales. La imposición, la falta de transparencia, la marginación de la pluralidad en el interior de los partidos repercutiría en lo que hagan hacia los siguientes dos años.
Una recomposición partidista transparente, apegada a principios democráticos y a proyectos concretos mandaría un mensaje hacia los militantes y los potenciales electores de que ésa será también la altura de miras de los candidatos presidenciales. Procesos internos impregnados de pugnas y diatribas atraen después fracasos en las urnas ante la población abierta.
Tienen la oportunidad PRI, PAN, PRD y los demás miembros del espectro partidista de iniciar bien el camino rumbo al 2012. Los relevos dentro de los partidos que contengan propuestas claras y un debate en torno al modelo de país que quieren serán también los que arranquen mejor ante los votantes
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