viernes, 28 de enero de 2011

Juan Reynoso Portillo, músico calentano
Por Leoncio Castrejón Salgado
          
Hace cuatro años, un 17 de enero de 2007, Juan Reynoso Portillo emprendió camino de donde no se tiene retorno. Contaba con 94 años de edad.
 Juan Reynoso Portillo, nació con el siglo pasado un 24 de junio de 1912, en la localidad de Ancón de Santo Domingo, municipio de Coyuca de Catalán, en la región de Tierra Caliente del estado de Guerrero.
Inició a tocar el violín a los seis años de edad; influenciado por su padre Felipe Betancourt, mismo que se dedicaba a ejecutarlo ya que perteneció a un grupo musical de la región.
Ante el cambio constante de domicilio de sus padres debido a la actividad musical, finalmente se establecen en la comunidad de Bejucos, Estado de México. De hecho, es ahí donde pudiéramos decir, inicia la apertura al gusto pleno de la música regional, ya que conoce al maestro y compositor Isaías Salmerón, encargado de guiarlo en adelante, por la ruta de la música regional calentana, particularmente en la ejecución del violín. Es en esa etapa de su vida que conoce y aprende de los maestros violinistas como Guadalupe y Félix Tavira López, así como del maestro Remigio Rentería. Todos ellos excelentes conocedores y virtuosos ejecutores de sones, gustos, malagueñas, entre otros estilos más.
Sin duda son ellos, además de su padre Don Felipe, de quienes aprende a rescatar y amar intensamente la música de la región calentana.
Juan Reynoso frecuentemente decía que “…Soy un hombre que no conoce ni las letras; nunca fui a la escuela ni aprendí siquiera el silabario. Soy un aldeano. Lo único que puedo decir, lo digo tocando música; mal hecho, regular o medio bien, pero no puedo decir más”.
Años más tarde, se establece en la Ciudad de México con el propósito de abrirse paso en el ámbito musical. Es ahí donde se le bautiza como el Paganini de la Tierra Caliente; en alusión al virtuoso músico italiano Niccoló Paganini (1782- 1840).
Para fortuna de nuestra entidad, Juan Reynoso después de probar fortuna en la capital del país, es invitado a Guerrero en 1973, por otro paisano calentano pero en circunstancias diferentes: Rosalío Wences Reza, quien apenas tenía un año de haber arribado a la rectoría de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG). En aquellos años difíciles para el pueblo de Guerrero y para la propia universidad, el rector lo invita a través de Extensión Universitaria para difundir el folclor de la Tierra Caliente y darle un vuelto y sentido, pero sobre todo, un rumbo de vinculación de la UAG con la sociedad guerrerense, en el marco del Proyecto Universidad Pueblo que atinadamente empezaba a rendir frutos en la entidad.
En 1993, Juan Reynoso conoce en Tierra Caliente a la periodista norteamericana Lindajoy Finley, quien viajara ex profeso para conocer al ya famoso paganini de Tierra Caliente. Después de estrechar amistad y de haberlo escuchado por horas y horas con inseparable violín, y comprobar la autenticidad de un virtuoso ante sí, decide invitarlo a la 20th Annual American Fiddle Tunes Festival, en Port Townsend, Washington, Estados Unidos, lugar donde el maestro Juan Reynoso impartió conciertos y clases del música de Tierra Caliente a violinistas estadounidenses.
Ante el gusto de la música calentana en los Estados Unidos, la periodista Lindajoy Fenley fundó la asociación civil Dos Tradiciones en México, con el objetivo primordial de promover la música de Tierra Caliente, en especial de Juan Reynoso, y de manera simultánea, apoyar el intercambio cultural a nivel internacional. La organización civil organizó varios encuentros de intercambio musical entre grupos de música región americana y grupos de música guerrerense principalmente, en estos encuentros, la UAG, intervino coadyuvando exitosamente con la difusión e intercambio cultural entre nuestra entidad y el vecino país.
Lo curioso de Juan Reynoso es que parecía una fonoteca viviente, ya que conservaba en su memoria prácticamente todo el repertorio musical de Tierra Caliente, a ello, habría que sumarle sus composiciones.
Nadie sabe con exactitud cuántas piezas conocía, toda vez que nunca escribió partitura alguna, debido a su formación autodidacta y porque siempre memorizó “de oído” las melodías populares.
Uno de los galardones más importantes que recibió fue el Premio Nacional de Ciencias y Artes en 1997, en el campo de Artes y Tradiciones Populares, de manos del entonces Presidente de la República, Ernesto Zedillo.
Finalmente, este domingo los guerrerenses debemos cumplir con una obligación y derecho de elegir en las urnas a quien conduzca los destinos de la entidad. Y sin duda, todos queremos mejores condiciones de vida para Guerrero, por ello, ¡Vote por la opción que mejor le parezca!
Mientras tanto… que tenga Usted ¡un excelente fin de semana!

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