Escanear cerebro pronostica abandono de cigarro
- Según investigadores, al parecer la actividad de nuestro cerebro proporciona una información que no se obtiene en la introspección
La actividad neuronal en la corteza frontal del cerebro podría estar vinculada significativamente con las reducciones en la conducta de fumar (Foto: Especial
Notimex | El Universal
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Los exámenes del cerebro con escáner que muestran reacciones neuronales a mensajes sobre la buena salud pueden pronosticar, con más precisión, si una persona mantendrá su decisión de abandonar el cigarro, citó un estudio de la Universidad de Michigan.
Para la investigación, cuyos resultados se publican en la revista Health Psychology, se estudiaron a 28 personas que fumaban mucho y estaban inscritas en un programa contra el tabaquismo.
Cada una completó un cuestionario sobre su historia como fumadores, grado de dependencia de la nicotina, deseo de fumar e intenciones de dejar el cigarrillo, y se examinó en ellas el monóxido de carbono exhalado, una medida del uso reciente de tabaco.
"Nos enfocamos en fumadores que ya estaban dando pasos para abandonar el hábito y encontramos que la actividad neuronal puede pronosticar el cambio en la conducta mucho más allá que las evaluaciones de las propias personas sobre sus probabilidades de hacerlo con éxito", expresó Emily Falk, autora principal del estudio.
La directora del Laboratorio de Neurociencias de la Comunicación en el Instituto de Investigación Social de la Universidad de Michigan indicó que los resultados favorecen la capacidad de usar la imagen funcional por resonancia magnética para la selección de mensajes que tengan más posibilidades de afectar la conducta tanto al nivel individual como de la población en conjunto.
"Al parecer la actividad de nuestro cerebro proporciona una información que no se obtiene en la introspección", precisó. Mientras los participantes estaban en un escáner los investigadores mostraron una serie de avisos de televisión diseñados para ayudar a la gente a dejar el tabaquismo.
Después de mostrarles cada uno de los avisos, producidos por varias dependencias y fundaciones, incluido el Departamento de Salud Pública de California y la American Legacy Foundation, se evalúo el nivel en que afectaban su intención de dejar de fumar, si había aumentado su confianza en que podrían dejar de hacerlo, y en qué grado cada uno se sentía identificado en el mensaje.
Un mes después del escaneado los investigadores contactaron a los participantes para determinar cómo iban en su esfuerzo y obtener la verificación biológica de cuánto estaban fumando, mediante la evaluación de sus niveles de monóxido de carbono.
Indicaron que en promedio fumaban cinco cigarros por día, comparado con 21 al comienzo del estudio, y los niveles de monóxido de carbono fueron los que correspondían con estos informes sobre el desempeño propio. Pero hubo una variabilidad considerable en el grado de éxito con el cual cada uno alcanzaba esas metas.
Los investigadores compararon el cambio de conducta de los fumadores desde el comienzo del estudio con la actividad neuronal en una región particular del cerebro, la corteza pre frontal media que una investigación previa del equipo señaló como posible pronosticadora del cambio de conducta.
La actividad neuronal en esta región del cerebro apareció vinculada significativamente con las reducciones en la conducta de fumar a lo largo del mes después del escaneo, pronosticando el grado de éxito que tendrían las personas en la reducción de su uso del tabaco.
"Lo interesante es que conociendo qué es lo que ocurre en el cerebro de una persona durante los avisos tenemos una capacidad dos veces mayor de pronosticar su comportamiento futuro a diferencia de si sólo conociéramos la evaluación que hace la propia persona sobre sus probabilidades de éxito o de su intención de dejar de fumar", explicó la investigadora.
Otro aspecto destacado de este estudio es que muchos de los avisos que no lucieron como relevantes de inmediato para los participantes en el momento del escaneo, surgieron como los más recordados durante el mes en el cual las personas trataron de abandonar el tabaquismo.
"Es posible que la actividad del cerebro que observamos pronostique un cambio de la conducta que no pronostican los informes y evaluaciones que las personas hacen de sí mismas porque lo que observamos es algo de lo cual las personas no tienen conciencia cuando ven inicialmente esos avisos", dijo Falk.
Más información: Leer artículo (en inglés)
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