Sólo diez universidades de AL están entre las 500 mejores del mundo: BID

Antimio Cruz | Academia

Especialista. Flora Montealegre Painter, Jefa de la División de Ciencia y Tecnología del BID presentó en Guanajuato Compendio de Indicadores en CyT. Conacyt

Sólo diez universidades de América Latina y el Caribe se ubican entre las 500 mejores del mundo, de acuerdo con el índice internacional de universidades Shanghai, también conocido como ARWU, afirmó en Guanajuato, Flora Montealegre Painter, representante del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) al presentar los resultados del Compendio de Indicadores en Ciencia, Tecnología e Innovación, ante autoridades de 19 países latinoamericanos y de España.

De estas diez universidades que tienen competitividad global, seis están en Brasil, dos en Chile, una en Argentina y una en México. Expuso Montealegre Painter en la Segunda Reunión de Ministros y Altas Autoridades de Ciencia, Tecnología e Innovación de América Latina y el Caribe, que se realiza en la capital guanajuatense.

Este rezago en la formación de recursos humanos tiene como efecto que en Latinoamérica exista una tasa muy baja de generación de patentes propias y también un índice muy bajo de exportaciones de alta tecnología, añadió la especialista del organismo multilateral.
En el encuentro, la Jefa de la División de Ciencia y Tecnología del BID dijo que hay tres áreas de trabajo que ameritan más atención por parte de los políticos de América Latina: uno, hace falta más inversión en educación de calidad; dos, hay que crear indicadores para medir la innovación en las empresas latinoamericanas y tres, faltan créditos públicos y privados para la innovación.

"En América Latina sólo hay un 1.5 doctores en ciencias por cada 100 mil habitantes y sólo uno de cada mil trabajadores realiza algún tipo de investigación", subrayó para ejemplificar que sin una inversión en recursos humanos y herramientas financieras para la innovación la región inevitablemente perderá competitividad.

El compendio de indicadores señala que cuando las empresas latinoamericanas piensan en innovación su primera actitud es gastar dinero en países desarrollados para importar equipos diseñados por universidades de aquellas economías y muy pocos apuestan por instalar equipos propios de investigación o por asociarse con las universidades locales.

Este es un tema, dijo la experta del BID, que se podría modificar con financiamiento público para compartir con las empresas el riesgo de los proyectos de innovación.

La brecha digital. Uno de los fenómenos que llama la atención en América Latina es que en las tecnologías de la información hay noticias muy buenas y noticias muy malas: por un lado se nota que una cantidad muy grande de personas está adquiriendo teléfonos móviles y rápidamente la región podría ponerse a la par de las más ricas del mundo. Pero en sentido contrario, la velocidad con la que se está teniendo acceso a los servicios de telecomunicaciones llamados "banda ancha" es excesivamente lento.

"Hay una brecha digital que se está abriendo en la región", dijo Montealegre Painter.

"Si pensamos en cuánto tiempo le va a tomar a América Latina alcanzar a la OCDE en implementación de banda ancha, con la tasa de crecimiento actual nos va a tomar 54 años alcanzar lo que ellos ya tienen hoy. Si por el contrario logramos hacer con la banda ancha lo que ya hemos hecho con la adopción de tecnologías de teléfono móvil, donde estamos teniendo una penetración tremenda, alcanzar a la OCDE sólo nos tomaría siete años", apuntó.

Política para innovar. En la reunión de Guanajuato, México funge como anfitrión y presidente de las reuniones, por ello el director general del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, Enrique Villa Rivera presentó en la apertura de la reunión un conjunto de propuestas sobre posibles acciones para que los países latinoamericanos adopten políticas o planes de acción conjuntos en materia de innovación.

Se propuso establecer un mecanismo de intercambio de buenas prácticas y aprovechar las capacidades de organismo multilaterales como el BID, la Cepal, la OCDE y el SEGIB para construir en cada país instituciones de ciencia, tecnología e innovación más fuertes y se propuso como ruta a seguir un documento llamado Iniciativa de Políticas de Innovación Latinoamericana y del Caribe (PILAC).

En la reunión, el Ministro de Ciencia de Argentina, José Lino Baraño, subrayó que en América Latina la innovación tiene que tener como uno de sus objetivos la inclusión de grandes grupos de la población que actualmente están marginados de la llamada economía del conocimiento. Este proceso desde luego incluye la formación de mejores recursos humanos con apoyo a los centros de educación