¡Quien mal comienza, mal termina…!
Por Leoncio Castrejón
Así reza el famosísimo dicho popular que se refiere a cuando las cosas desde un principio se hacen de la manera menos indicada, y que por razones obvias, mal termina. Y vaya que lo anterior queda a la medida en el caso de dos asuntos que le comento y que han caudado revuelo entre propios y extraños.
En el primer caso, hace algunas semanas, dos secretarios nombrados por el gobernador de Guerrero, manifestaron su inconformidad y amagaron de manera pública, por el manoseo que se les pretendió imponer a personal en la estructura de segundo nivel, es decir las subsecretarías y otros niveles más en donde se suponía serían los secretarios quienes otorgarían los nombramientos a personal de su entera confianza.
La actitud de los secretarios referidos, irritó profundamente al gobernador, a tal grado que él mismo, tuvo que dar respuesta a semejante atrevimiento; ya que nunca se imaginó esa rebeldía y afrenta pública y menos de secretarios nombrados por él.
Olvidó, -mejor dicho, desconocía los usos y costumbres de algunos perredistas-, que cuando no se les otorga lo que según ellos, les corresponde por derecho, la reacción por regla general siempre es y será virulenta en extremo. Para datos y ejemplos, los señalados.
Las tronantes declaraciones públicas de los secretarios de Salud primero, y después el de Desarrollo Social, provocó además de un agudo malestar, una profunda preocupación en el selecto y reducido grupo elitista de amigos del gobernador, que de inmediato operaron para intentar sofocar el incipiente incendio. Sin embargo, el balconeo había sido público y la respuesta del gobernador, lejos de ser de acuerdo a su status, es decir: cauto, sereno, ecuánime e inteligente, se dejó llevar por la soberbia y autoritarismo propio de viejas prácticas en su antiguo partido.
Las tronantes declaraciones públicas de los secretarios de Salud primero, y después el de Desarrollo Social, provocó además de un agudo malestar, una profunda preocupación en el selecto y reducido grupo elitista de amigos del gobernador, que de inmediato operaron para intentar sofocar el incipiente incendio. Sin embargo, el balconeo había sido público y la respuesta del gobernador, lejos de ser de acuerdo a su status, es decir: cauto, sereno, ecuánime e inteligente, se dejó llevar por la soberbia y autoritarismo propio de viejas prácticas en su antiguo partido.
Y se dejó llevar por lo fácil al denostar a quienes se habían atrevido a levantar la cabeza y sobre todo, atreverse a reclamar públicamente, equidad en la distribución y asignación de espacios en la estructura de gobierno estatal.
Afirman quienes saben mucho de estos menesteres, que el manual operativo para estos casos, indica contrarrestar el asunto mediante infinidad de argucias para que el impacto mediático sea imperceptible para la opinión púbica. Y más cuando el gobierno del estado inicia sus actividades. De no hacerlo, se corre el riesgo de llevar durante todo el mandato el estigma de la ineficacia e ineptitud. Decisión que forzosamente desencadena y contaminan otros asuntos prioritarios y estratégicos de gobierno.
De ahí que, continúan los consejos de políticos, se deberá distraer la atención con el asunto o escándalo de magnitud parecida o igual a la que se pretenda sofocar.
Y bueno, como en estos días todo mundo hace mutis ante irregularidades y la posible furia del jerarca de molestarse y decidir ya no palomear su propuesta para determinados espacios, hacen lo posible para ayudar aunque el jefe no se los pida, y desde luego no faltan los ofrecidos… vea usted, el procurador del estado siendo un excelente conocedor del manual contra incendios y revueltas políticos, decide hacer la chamba sucia y arma un escándalo aventándose ese trompo a la uña.
Decide comunicar a los medios de comunicación, que el expediente del caso del extinto Armando Chavarría Barrera, ¡¡se había extraviado….!! ¿Cómo…? ¿Pues de cual había fumado ese señor? A sabiendas de que esa noticia desviaría la atención por un buen rato, tanto de la clase política como de la opinión pública. Y bueno, dicen que alcanzó a balbucear: “…me la juego, con tal de apagar otro incendio…” Al cabo el objetivo final es cobrar facturas al ex gobernador; es decir, desahogar frustraciones y odios acumulados por años.
Lo demás amable lector usted ya lo conoce: un triste y burdo show de quien se encargará - ¿Por cuánto tiempo…? - de la procuración e impartición de justicia en Guerrero.
El segundo comentario referente al nombramiento del presidente del Tribunal Superior de Justicia. Sin duda un desacierto y craso error de quien lo propuso. Los antecedentes sobre su conducta en los espacios públicos por los que ha pasado, hablan de una inconsistencia y una inconveniencia para ocupar el cargo. Desde su anuncio, ha sido cuestionado por la clase política y por quienes lo conocen. Aunque otros cercanos a él, sospechosamente hacen mutis. Creyendo ayudar así a quien hoy es cuestionado por su pasado reciente. Sin embargo, todos coinciden en que es la persona menos indicada para ese puesto.
También comentan quienes están muuuy, pero muuuy cerca de quienes deciden y palomean los puestos en el gobierno del estado, que hay casos que están en chino, por lo que se pronostica revienten en cualquier momento.
¡Y si no al tiempo!
Recuerde: NOS ESCUCHAMOS EN LA RADIO 880 AM “La Grande de Iguala” Entrevistas, comentarios y análisis. De lunes a viernes de 07:00 a 09.00 horas.
Mientras tanto… ¡que tenga usted, un excelente fin de semana!.
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