Obtienen el transcriptoma del chile
Isaac Torres en Irapuato |
El director del Cinvestav Irapuato, Rafael Rivera Bustamante, dice que el siguiente paso deberá ser obtener el genoma. Foto: Isaac Torres
Científicos del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) Unidad Irapuato han obtenido el transcriptoma del chile más completo que se conozca. Esta información genética permitirá a los investigadores comenzar a hurgar y estudiar genes de este fruto para atacar sus enfermedades, analizar su resistencia a sequía y manipular color, forma e incluso picor de éste, con lo que se podrían generar nuevas variedades.
Usualmente obtener el transcriptoma —que es la secuenciación genética del RNA— es un paso inicial en el conocimiento genómico de alguna especie; es muchas veces la antesala a la secuenciación del DNA, del que se consigue el genoma. Este último es la gran biblioteca de genes, mientras el transciptoma es sólo una pequeña muestra de aquellos que se expresan (“encienden” o “apagan”) para sintetizar una proteína.
En pocas palabras son los genes en acción, pertenecientes a los que transcriben el DNA en una función específica, como defenderse de un virus o alargar la forma de un fruto. El transcriptoma es también información adicional a la del genoma, y ayuda a diseñar estrategias de control.
La base de datos, con acceso libre, de los investigadores del Cinvestav, y lograda mediante la secuenciación del RNA de las variedades de serrano tampiqueño y Sonora Anaheim, es mayor que la obtenida por un grupo de científicos de Corea del Sur. La cuarta parte de la información genética es novedosa y los especialistas esperan hallar en ellos genes de gran interés biológico, así como para su aplicación en el mejoramiento de la planta.
POR SI LAS MOSCAS. Hasta ahora no hay planta de chile resistente a enfermar por alguna de las variedades de virus que las atacan, principalmente el geminivirus, que también afecta al primo del chile: el jitomate. Los investigadores del centro han encontrado qué genes diferenciales se “encienden” cuando un patógeno se presenta en la planta. “Ahora podemos buscar cómo hacer para que responda más rápido y se defienda mejor”, señala Rafael Rivera Bustamante, investigador y director del Cinvestav Irapuato. Para ello, añade, pueden analizar cómo hace la planta para mandar señales e inducirlas mediante compuestos químicos que aceleren su respuesta.
El geminivirus es transmitido por la mosca blanca, por lo que la señal se emitiría, apunta, al dar cuenta de su presencia en cultivos. En este caso el beneficio sería doble: menos moscas significaría menos fertilizante y menos contaminantes por éste en los cultivos y que redunda de igual forma en un gasto menor para los productores.
El investigador refiere que ahora también podrán buscar aquellos genes que sintetizan la capsaicina, sustancia única del chile que provoca el picor. El objetivo no sería quitarle el picor a los chiles que consumimos, acota Rivera Bustamante, sino atenuarlo para su exportación como una característica que demandará el mercado, que incluiría el color y forma del fruto también.
POR SI LOS COREANOS. El chile es uno de los cinco cultivos más importantes para la economía nacional, recuerda el director del centro, por esto la importancia de estudiar su mejoramiento genético. Además, el chile se produce casi en todos los estados de la república y culturalmente nos debería de importar más aquí que en Asia, donde se consume también en grandes proporciones, enfatiza, puesto que es su lugar de origen. “¡Cómo es posible que los coreanos estén secuenciando el chile, cuando es originario de aquí!”.
En este sentido, Rivera Bustamente indica la importancia de dar ahora el siguiente paso con el chile: la secuenciación de su genoma. Uno de los principales problemas para ello es el costo (de alrededor de 20 millones de pesos), y el tamaño, puesto que es hasta cinco veces más grande que el tamaño del genoma del maíz, por ejemplo.
Se necesitan muchos recursos, por lo que se requiere de financiamiento de varios sectores como consejos estatales de ciencia, Conacyt y Sagarpa, así se obtuvo el transcriptoma. Por tanto, los científicos deben evidenciar los resultados obtenidos con la secuenciación de RNA para convencer de hacer lo propio con el DNA “y obtener el genoma antes que los coreanos”.
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