Gana Marcelo; AMLO grita “¡fraude!”
Ricardo Alemán
Ante el asombro de propios y extraños, en las semanas recientes proliferaron las presentaciones públicas de Marcelo Ebrard quien, en todos los tonos y todos los eventos, dice estar listo para ganar la encuesta interna de las izquierdas —y listo para derrotar a Andrés Manuel López Obrador—, que lo convertiría en aspirante presidencial de las izquierdas.
También en todos los tonos, el jefe de Gobierno del Distrito Federal insiste en que cuenta con todos los atributos —y la experiencia— para derrotar al potencial candidato del PRI, Enrique Peña Nieto, al tiempo que minimiza a los del PAN, en especial al delfín presidencial, Ernesto Cordero.
Sin embargo, lo curioso de la disputa entre las llamadas izquierdas —que mediante una encuesta se llevará a cabo en los próximos 15 días entre López Obrador y Marcelo Ebrard— es que, en mientras abundan las señales de que el jefe de Gobierno tiene bajo control la encuesta, el tabasqueño y ex candidato presidencial parece indiferente a lo que pueda ocurrir.
Por eso la pregunta: ¿Qué significa que Marcelo Ebrard prácticamente se proclame ganador de la encuesta y candidato de las izquierdas, en tanto que López Obrador prefiere el bajo perfil y, literalmente, la indiferencia frente a la encuesta?
La respuesta que prefieren ensayar la mayoría de los analistas es que, de confirmarse que la encuesta se practicará a población abierta, el ganador será Marcelo Ebrard, en tanto que López Obrador no reconocerá el resultado de la encuesta y, por esa razón, no acepará la Wcandidatura de Marcelo Ebrard. Ese es el escenario preferido por casi todos.
Y, en general, ese será el escenario luego del 15 de noviembre, cuando se dé a conocer el resultado de las encuestas que llevarán a cabo los equipos de campaña de Marcelo y AMLO. Sin embargo, el truco está en los detalles o en las variantes que cada uno de los dos presidenciables le darán a esa crucial decisión.
Es cierto que López Obrador está listo para descalificar las encuestas, si éstas le resultan adversas. Sin embargo, también es cierto que, en el otro bando, Marcelo Ebrard diseñó una meticulosa estrategia para obligar a que López Obrador acepte el resultado o, en caso contrario, se desbarranque frente a la opinión pública, cuya sanción prácticamente lo convertirá en la moderna versión del “villano favorito”. ¿Y cuál fue la estrategia de Marcelo Ebrard?
Primero, evitar por todos los medios un choque y/o fractura con López Obrador. Esa ha sido la parte más delicada de la estrategia, ya que ha significado que, por años, Marcelo Ebrard aguantara todo tipo de golpes y obuses lanzados desde los distintos frentes del lopezobradorismo.
Segundo, mover todas las piezas necesarias para asegurar al ciento por ciento el control del PRD.
El éxito de esa estrategia provocó el escándalo del domingo anterior, cuando las tribus de Bejarano-Padierna reventaron la elección de consejeros nacionales y estatales en el DF, Michoacán, Oaxaca, Chiapas y Tamaulipas, entre otras. Y fue tal el éxito de esa estrategia que, hoy, el nuevo Consejo Nacional del PRD es mucho más chuchista que hace dos semanas, en tanto que Bejarano-Padierna cayeron al tercer lugar.
Tercero, ensayar tantas encuestas como fuera necesario —con todas las variantes de preguntas—, hasta tener la certeza de que una encuesta abierta daría el triunfo a Marcelo, por más de cinco puntos de diferencia, sobre AMLO. Si el jefe de Gobierno tuviera indicios de que no podía ganarle a López Obrador, ya se hubiera retirado de la contienda. Sin embargo, los reportes de las encuestas elaboradas por el jefe de Gobierno, lo colocan hoy, a una semana de que se lleven a cabo las encuestas, por arriba de esos cinco puntos.
Y, cuatro, que frente a la posibilidad real de que López Obrador acuse de fraude, se niegue a aceptar el resultado o pretenda desconocer el proceso, Marcelo Ebrard tampoco peleará con el tabasqueño. En cambio, planteará que él hizo su tarea, pero en el otro extremo no cumplió lo prometido. El descrédito será tal para la izquierda y para las aspiraciones de AMLO, que la eventual irresponsabilidad de López Obrador convertirá en fatalidad el regreso del PRI al poder, con Enrique Peña Nieto como candidato presidencial.
El escándalo sepultará a la izquierda.
En el escenario contrario, que López Obrador resulte ganador de la encuesta y se convierta en candidato presidencial, Marcelo Ebrard se retirará de la contienda y terminará su gestión en la Jefatura de Gobierno del DF.
Al tiempo.
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