- La roya amarilla es uno de las plagas más devastadoras, en el año 2000 sufrió mutaciones que la convirtieron más peligrosa para los cultivo
El cientifico argentino Jorge Dubcovsky, junto a un equipo de colaboradores han completado la primera versión del mapa genético de la roya amarilla, una plaga que ataca especialmente a cosechas de trigo.
La roya amarilla es uno de las plagas más devastadoras, ya que en el año 2000 sufrió mutaciones que le permitieron sobrevivir a temperaturas más altas y producir más esporas.
Cerca del 20% de todas las calorías consumidas a nivel global procede de alimentos derivados del trigo, lo que hace que esta investigación ofrezca gran potencial para remediar las deficiencias nutricionales de millones de personas" señaló.
Dubcovsky destacó, además, que la información del estudio es de acceso gratuito para todo el mundo, con el fin de fomentar el control de las cosechas por parte de los propios cultivadores.
"Me interesa que el trabajo que hacemos esté en el dominio público, para alcanzar la seguridad alimenticia en los cultivos principales que determinan la alimentación humana, como el arroz y el trigo, mejorando el acceso para evitar que unos pocos puedan controlar todo el mercado", dijo Dubcovsky.
"En California perdimos en 2003 el 23% de la cosecha por esta plaga, que se ha expandido también a Europa y otras partes del mundo, como África" , dijo el científico argentino.
Parte del trabajo del equipo ha consistido en la identificación y reimplantación de genes perdidos tras siglos de cultivo del trigo. El objetivo es mejorar el valor proteínico, de zinc y hierro de la planta, para hacerla más nutritiva.
Dubcovsky recibió el pasado 14 de septiembre el Premio Honorífico de la Secretaría del Departamento de Agricultura de EU., que reconoce liderazgo excepcional en la ciencia, política pública, y administración.
"Soy un hijo de los setentas. Nuestra generación vino marcada por una conciencia social más fuerte que las nuevas generaciones", señaló Dubcovsky, quien antes de obtener su doctorado por la Universidad de Buenos Aires en Ciencias Biológicas trabajó nueve años como maestro de escuela primaria.
"Cuando era maestro me interesaba la ciencia matemática, las ciencias para maestros y ahí decidí ir a la universidad para mejorar mis conocimientos científicos", indicó.
Una beca de posdoctorado le permitió unirse a la Universidad de California Davis, donde trabajó en el entonces naciente campo de estudio de los marcadores moleculares.
Dubcovsky trató de regresar a Argentina a mediados de los años 90, pero no logró obtener plaza en los concursos, según dice porque el sistema académico es muy cerrado y hay corrupción y falta de conocimiento científico, por lo que regresó a Estados Unidos.
Su trabajo como mentor de estudiantes argentinos y de otros países latinoamericanos es una de sus prioridades.
"Es más abierto aquí, aunque también es difícil conseguir una posición permanente en universidades de EU. Ahora, en el sector privado, hay mucha necesidad de gente que se especialice en trabajo en la mejora de cultivos, quienes reclutan están desesperados y hay mucha demanda", subrayó Dubcovsky
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