martes, 6 de diciembre de 2011

Ciencia|

El talento de la avispa del papel para el reconocimiento de caras
  • Su cerebro es una millonésima parte del tamaño de uno humano
La bióloga de la Universidad de Michigan Elizabeth Tibbetts ha descubierto que, a pesar de que el cerebro de las avispas del papel (Polistes fuscatus) es una millonésima parte del tamaño del cerebro humano, ha evolucionado desarrollando habilidades análogas al sistema utilizado por los seres humanos, como su capacidad de reconocer caras.
Así, Tibbetts ha señalado que "las avispas y los seres humanos han evolucionado independientemente de forma similar respecto al aprendizaje de algunos mecanismos, a pesar de que todo lo relacionado con la forma en que percibimos el exterior y la forma en que los dos cerebros están estructurados son diferentes". Sin embargo, el estudio, que ha sido publicado en "Science", marca la primera vez que un insecto ha demostrado un alto nivel de aprendizaje visual especializado.
Según ha explicado la bióloga, en una investigación anterior ya se había demostrado que las avispas del papel reconocen a los individuos de su especie por las variaciones de sus marcas faciales, y que se comportan de manera más agresiva hacia las avispas desconocidas. Ahora, en su último estudio Tibbetts ha probado el aprendizaje en un grupo de avispas entrenándolas para discriminar entre dos imágenes diferentes dentro de un laberinto en T, mostrando imágenes en cada extremo del brazo superior de dicha T.
Doce avispas fueron entrenadas durante 40 ensayos consecutivos para diferenciar cada tipo de imagen. Las imágenes incluían fotos de parejas de avispas del papel normales, fotos de orugas, simples figuras geométricas, y figuras de avispas alteradas por ordenador.
Los investigadores observaron que las avispas del papel, que son depredadoras de las orugas, fueron capaces de diferenciar entre dos caras inalteradas de avispas más rápido y con más precisión que entre dos fotos de orugas, dos patrones geométricos diferentes, o un par de imágenes alteradas de avispas.
Dos patrones geométricos simples negros y blancos deberían haber sido más fáciles de distinguir para las avispas, porque los ojos de estos insectos son buenos en la detección del contraste y los contornos, explica Sheehan; sin embargo, las avispas aprendieron otras imágenes complicadas con mayor rapidez que los patrones geométricos.
La capacidad de reconocer a otros individuos es importante para una especie como la P. fuscatus, donde múltiples reinas establecen nidos comunales y aumentan la descendencia de forma cooperativa, pero también compiten para formar una jerarquía de dominancia lineal. Recordar que ya han superado a otras -o han sido superadas- ahorra a las avispas gastar energía en encuentros agresivos repetidos y promueve la estabilidad de la colonia al reducir la fricción. Según los autores, la flexibilidad de la evolución del aprendizaje facial en las avispas es sorprendente, y sugiere que el conocimiento especializado puede ser una adaptación generalizada para facilitar tareas complejas de comportamiento tales como el reconocimiento individual.

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