viernes, 11 de mayo de 2012

¿El PRD, es de izquierda?
Leoncio Castrejón Salgado
 Con esta interrogante inicio mi comentario en torno a si el Partido de la Revolución Democrática (PRD), se ubica en el rango de lo que pomposamente se ha denominado partido de izquierda. Antes de su surgimiento como PRD, ciertamente el movimiento que se había generado en torno a una elección constitucional cuestionada (1988), cimbró las estructuras del otrora partido de estado que era el PRI.
A estas alturas de su accionar como partido, no cabe intentar engañarse o sorprenderse de su integración y conformación  propiamente como un ente político que se cobijaba bajo el manto que proporcionan las leyes en la materia. Es decir, el PRD, se conformó con “trocitos”, “cachitos” “pedacitos” de organizaciones y personalidades cansados de la impunidad, corrupción galopante, una economía destrozada, falta de justicia entre otros muchos asuntos torales, como para tomar una decisión de salir de las sombras, y otros, cambiar de membrecía.
La intención de conjuntar esfuerzos y deseos,  -porque no se pude decir proyectos- fueron las divisas de cambio para pretender transitar a un estadio mayor en la convulsionada sociedad mexicana. Al principio, pareció marchar todo ese conjunto de pretensiones, sin embargo, tan pronto algunas personas, porque hay que decir que no fueron todos, llegaron a ser gobierno en algunos municipios aislados de la república, sucedió como suele decirse, “los besó el diablo”.
En adelante, paulatinamente se inició la degradación de lo que apuntaba en convertirse en una masa homogénea, combatiente y consecuente con principios sociales y propuestas viables a corto plazo, enclaustrada en las siglas del PRD.
Y como todo proyecto mal encausado y sin disciplina de orden político y de principios, el PRD, se fue trasformando hasta encontrar lo que hoy se tiene.  Un cascajo, desgastado, percutido y sin timones a nivel nacional, ya que allá, en el centro, lo que interesa son espacios de representación popular para quienes se sienten los mesías de una “izquierda” mal entendida porque así conviene a interese inconfesables pero visibles y entendibles.
No olvidar que en su conformación, el PRD en su seno, cobijó a sectores radicales y extremistas que se auto catalogaban como “comunistas” o de “izquierda”, sin embargo nadie extendió certificado alguno, menos  supervisó la autenticidad de sus dichos, lo que interesó en aquel entonces, fue la voluntad, la intensión de “crecer”. Desde ahí empezó la equivocación como instituto político.
De izquierda, el PRD solo tiene el mote, las siglas, de lo demás, los simpatizantes, los militantes y los que se han apoderado de la membrecía saben perfectamente que se disputan un cadáver que no tardará en apestar. ¡Obvio, es la ley de la vida, ni modo!
A los valientes que hoy se disputan los espacios políticos como si fuera carroña en pleno desierto, se les olvida que el PRD, creció y alcanzó un reconocimiento de la sociedad, no a la habilidad y sensatez de sus dirigentes, no a los planteamientos genuinos y consecuentes en su forma de gobernar donde se tuvo la oportunidad de hacerlo, ¡no, para nada!, el PRD, se consolidó en una etapa donde gracias a ciudadanos sin militancia y a militantes por convicción y no por circunstancia, ofrendaron lo más preciado del mundo: su vida.
A algunos “dirigentes” perredistas, se les olvida que hay cientos de muertos que dieron su vida porque creyeron en los planteamientos del PRD en sus inicios, hoy, los muertos, muertos están, allá ellos, pareciera entenderse la actitud nefasta  y  carroñera de unos cuantos. Porque también es de justos reconocer que existen excepciones en el PRD. Tan solo hay que recordarles a los rufianes que tienen al PRD en sus manos, que nada es eterno, todo cambia, y pudiendo conformar un partido verdadero, se conformaron con migajas que un sistema político en decadencia les ha arrojado durante poco más de 20 años.
Con ello se conforman quienes han medrado al partido, quienes han encontrado su forma de existir, y cuando sienten que el agua llega al cuello, gritan desesperados que no hay que dejar que su partido se extinga, cuando han sido ellos y solo ellos, quienes han quebrantado el respeto al prójimo.
Por eso y muchas cosas más, el PRD no es de izquierda, el PRD es de malandrines  y de vividores improductivos y oportunistas a la espera de carroña, de eso viven, así les gusta vivir, y tenga usted la seguridad de que así lo seguirán haciendo mientras dure la carroña. Después, después brincaran a otro trozo de carroña con otras siglas.
Mientras tanto, ¡que tenga un excelente fin de semana!
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