viernes, 6 de julio de 2012


Postura adecuada del gobernador
Leoncio Castrejón Salgado

Pasada la elección constitucional del uno de julio, los posicionamientos de los partidos políticos han sido mesurados hasta donde se perciben sus mensajes cifrados. Sin embargo, en relación a la elección de hace seis años, recuérdese que a estas alturas en tiempo, las declaraciones de guerra estaban al cien por ciento. Se decía en ese entonces que se había fraguado el fraude más grande y grotesco de la historia reciente del México  moderno.
En el proceso recién pasado, solo uno de los candidatos a la presidencia de la república, esbozó su descontento ante los resultados adversos a sus aspiraciones, los demás, de manera civilizada reconocieron que no habían alcanzado la cantidad de votos suficiente como para estar haciendo el ridículo ante el electorado recién consultado sobre sus preferencias político electorales.
 La  estrategia mediática del candidato perdedor aludido, de emplazar a un movimiento como el de hace seis años, fue amor de un rato. Esto es, creyéndose el portador de la verdad absoluta sobre los resultados dados a conocer por la noche, el mismo día de la elección, en esta ocasión no tuvo el eco deseado. La razón fue sencilla, las condiciones objetivas y subjetivas fueron distintas a las de hace seis años.
El mapa político del país ha cambiado tal y como lo habían anunciado las encuestas. Muchos aún no lo quieren reconocer, allá ellos. De lo que no hay que perder de vista, es el cambio paulatino de la percepción del ciudadano en el sentido de que en esta ocasión, ha perdido el miedo a votar de manera uniforme y vertical por cierto partido. Aún en el propio.
 Sin duda un gran avance, ya que con esa actitud, el ciudadano ha enviado un claro mensaje a los partidos políticos: o seleccionan de manera correcta, adecuada y en términos democráticos a sus candidatos o bien la militancia toma medidas al momento de emitir su voto, aunque también hay que decir que hay lugares en que la gente se ha equivocado. De que luego se dice que la gente tiene a los gobernantes que merece; aludiendo a su error.
En Guerrero, pareciera que los llamados a emprender una aventura poselectoral no encontrará simpatías. Incluyendo al ejecutivo de la entidad que hasta hace poco fuera un distinguido priísta y hoy convertido en flamante perredista. Sin embargo, conocido el resultado triunfador del PRI, el gobernador del estado, ha tomado su distancia ante el llamado de quien nuevamente se dice robado en las urnas.
De igual manera, se percibe un rechazo del ejecutivo de la entidad al llamado de desconocer las cifras dadas por la autoridad electoral a nivel federal. Desde luego que la actitud asumida como gobernante es por demás inteligente y que tiene varias lecturas. Corresponde a usted emitir su juicio. Mientras se puede decir que se ha tomado una postura política sabia de reconocer y digna de apoyar.
Mientras tanto… ¡Que tenga usted, un excelente fin de semana!
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