Empresarios: "estamos hasta la madre..."
La historia en breve
Ciro Gómez Leyva
Se tardaron, le digo al presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Gerardo Gutiérrez Candiani. “No, fíjate que no”, contradice. Se ha levantado a tomar la llamada dejando solo en la mesa del restaurante al presidente del PRD, Jesús Zambrano.
Se tardaron un mes, insisto, en levantar la voz contra las agresiones a Soriana, una empresa muy significativa. Tuvieron que venir las bombas molotov y la retención de clientes de la semana pasada. Entonces sí se ordenaron y, en una secuencia de desplegados, le advirtieron al movimiento lopezobradorista que reprobaban “los actos de violencia y cualquier acción que desprestigiara o afectara la sana operación de las empresas”. La ANTAD, el Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, el propio CCE, Concamin, Coparmex, Concanaco, la Asociación de Banqueros, la Asociación de Seguros, Canacintra, la Bolsa Mexicana de Valores y la Asociación de Intermediarios Bursátiles.
“Las empresas nos pidieron separar claramente las cosas porque estaban cumpliendo los requerimientos en distintas instancias”, explica Gutiérrez Candiani. “Pero cuando se dieron actos fuera de la ley con afectación directa a una empresa y a los trabajadores, decidimos intervenir de manera contundente”.
La ANTAD sonó la trompeta y no hubo organismo que se negara. Fue el “estamos hasta la madre” de los empresarios, aunque Gutiérrez Candiani prefiera apuntar que se trata de “un llamado a favor del estado de derecho, la paz social y, sobre todo, de México”.
Cuelga y vuelve a la mesa con Zambrano, quien horas más tarde, tras reunirse con la comisión ejecutiva del CCE, ya no aparecerá con la cara pintada de guerra
Se tardaron un mes, insisto, en levantar la voz contra las agresiones a Soriana, una empresa muy significativa. Tuvieron que venir las bombas molotov y la retención de clientes de la semana pasada. Entonces sí se ordenaron y, en una secuencia de desplegados, le advirtieron al movimiento lopezobradorista que reprobaban “los actos de violencia y cualquier acción que desprestigiara o afectara la sana operación de las empresas”. La ANTAD, el Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, el propio CCE, Concamin, Coparmex, Concanaco, la Asociación de Banqueros, la Asociación de Seguros, Canacintra, la Bolsa Mexicana de Valores y la Asociación de Intermediarios Bursátiles.
“Las empresas nos pidieron separar claramente las cosas porque estaban cumpliendo los requerimientos en distintas instancias”, explica Gutiérrez Candiani. “Pero cuando se dieron actos fuera de la ley con afectación directa a una empresa y a los trabajadores, decidimos intervenir de manera contundente”.
La ANTAD sonó la trompeta y no hubo organismo que se negara. Fue el “estamos hasta la madre” de los empresarios, aunque Gutiérrez Candiani prefiera apuntar que se trata de “un llamado a favor del estado de derecho, la paz social y, sobre todo, de México”.
Cuelga y vuelve a la mesa con Zambrano, quien horas más tarde, tras reunirse con la comisión ejecutiva del CCE, ya no aparecerá con la cara pintada de guerra
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