El delegado de la
Secretaría de Educación Pública (SEP), César Quevedo Inzunza, consideró que la
Universidad Autónoma de Guerrero (UAG) con justa razón señala que debió recibir
más financiamiento federal, en función de su matrícula, porque este es uno de
los principales indicadores para la asignación de presupuesto.
Sin embargo, señaló que
México no es un país con muchos recursos, “hay mucha competencia y la
federación se ve obligada a poner estándares y reglas”, donde universidades
públicas de otros estados le llevan ventaja a la UAG.
En entrevista
telefónica, explicó que como en el gobierno del estado con la Secretaría de
Educación Guerrero (SEG), anteriores administraciones de la universidad –en uso
de su autonomía– fueron creando plazas sin techo presupuestal, sin considerar
las aportaciones de los siguientes presupuestos de egresos, y así se fueron
quedando con un rezago financiero.
Incluso, recordó que el
rector Alberto Salgado informó que existe un déficit anual de 270 millones de
pesos para el pago de la nómina, porque la SEP no reconoce la plantilla real de
trabajadores de la institución.
Asimismo, Quevedo
Inzunza señaló que los gobiernos de otros estados soportan gran peso del gasto
de las universidades, pero en Guerrero hace pocos años comenzaron a apostar más
por la educación. Hasta el periodo anterior, la UAG sólo recibía 10 por ciento
del Presupuesto Ordinario Estatal, en relación a la aportación federal, pero incrementó
a 20, y hace tres días el gobernador ofreció 5 por ciento más.
El delegado destacó que
aún hay ocho fondos nacionales que privilegian la certificación de docentes, de
licenciaturas, y en función de la calidad educativa y el desarrollo académico las
universidades seguirán teniendo participación en esas bolsas.
Opinó que para
solventar el déficit financiero, la UAG tendrá que hacer un gran esfuerzo para
gestionar recursos, primero, a través del gobierno del estado; luego tendría
que haber condiciones para garantizar que la cantidad docentes y
administrativos, sean pagados sin generar número rojos, “la sugerencia muy
respetosa, es que se evite la creación de plazas por presiones sindicales”.
Además, indicó que la
UAG podrá luchar por recursos de las ocho bolsas nacionales que van sobre
calidad y certificación en educación superior.
Detalló que los
criterios para la asignación de presupuesto ordinario federal son la matrícula,
la certificación de carreras y qué tantos esfuerzos hacen las universidades para
elevar la calidad de sus programas.
Por otro lado, opinó
que se tiene que hacer un gran esfuerzo para regularizar las cerca de 55
preparatorias populares, que operan bajo un régimen de escuelas particulares, a
las que UAG otorga el reconocimiento oficial de estudios.
Cuestionó que estas
escuelas hayan crecido de manera anárquica, pero aclaró que ante la demanda a
las instituciones no les pueden cerrar la puerta.
Recordó que maestros y
alumnos de estas escuelas se manifestaron el año pasado, porque aunque tienen
reconocimiento de plantel oficial de estudios, no tienen una aportación ni del
estado, ni de la federación, ni de la UAG, “sobreviven como escuelas
particulares, y el control escolar lo ven con la universidad”.
Insistió en que habrá
de ordenarlas, así como otros 120 o 150 centros de bachilleratos por
cooperación y municipales, que operan con muy bajos o nulos recursos públicos,
“ahora entiendo y comparto la preocupación de preparatorias populares, porque
atiende a aquellos jóvenes con menores índices de desarrollo humano”.
Destacó que la voluntad
de gobernador para trasferir el dinero de las preparatorias populares a la UAG,
para que lo administre, “habrá que de manera paulatina ir haciendo alianzas con
el gobierno federal para que podamos obtener más subsidios”. (Lourdes Chávez /
Chilpancingo).
No hay comentarios:
Publicar un comentario