Culmina en el Capitolio una marcha de inmigrantes sin papeles
Tras casi tres semanas de viaje, más de 100 familias de indocumentados cuentan sus historias en el Congreso de EE UU y piden que se acelere la reforma migratoria
Una caravana formada por más de 100 familias de inmigrantes indocumentados, que han viajado en autobús casi tres semanas, recorrido 19 estados y que proceden de 90 ciudades, ha culminado su viaje este miércoles en el Capitolio, Washington. Su objetivo era pedir al Congreso de Estados Unidos "una actuación justa y rápida en la consecución de la nueva reforma migratoria propuesta por Obama", ha explicado en un comunicado la asociación organizadora del evento, Keeping Families Together. “Lo que queremos es pedirle al Senado que apruebe esta reforma antes del 21 de marzo, que apruebe un cambio que lleve a todas estas familias a la realidad de conseguir la ciudadanía”, agrega el texto.
Una de las partes fundamentales de esta reforma explica que los que quieran recibir los papeles tendrán que registrarse, demostrar su plazo de estancia, pagar una multa, ponerse al día de los impuestos impagados desde que viven aquí, someterse a varias entrevistas, aprender inglés y estudiar lo esencial de la historia y el sistema político de este país. Cumplidos esos trámites, serán puestos en la cola de las solicitudes legales de visado. Durante el tiempo que dure esa tramitación, podrán permanecer en el país, pero no tendrán acceso a los beneficios sociales de EE UU.
“Los relatos de estas personas son sobrecogedores y es crucial que los políticos vean el lado humano de esta reforma migratoria y sean más comprensivos al respecto”, ha dicho Kida Matos, portavoz del movimiento social por una Reforma Migratoria Justa (FIRM, por sus siglas en inglés). Durante el viaje se han llegado a recoger más de 400 historias.
Y han conseguido su objetivo. El Capitolio ha escuchado las historias de madres sin papeles con hijos nacidos en EE UU, de veteranos de la guerra de Irak que temen que sus esposas indocumentadas sean deportadas y de parejas homosexuales que se ven impotentes ante la imposibilidad de regular su estado civil, entre otras. Centenares de historias con un denominador común: que por lo menos un miembro de la familia es indocumentado. “Vivimos en el limbo, entre la legalidad y la ilegalidad, nuestra vida está aplazada”, ha asegurado Ken Thompson, gay y ciudadano estadounidense. Su pareja, con la que lleva más de 14 años, es filipino y no tiene los papeles.
O la experiencia de Gina Sánchez: “Vine a EE UU para trabajar y poder sacar a mis hijos adelante, dejé al cuidado de mi madre en México a mis dos hijas de 3 años y 8 meses. Estoy aquí con mi hijo Brian de 11 años, que nació en este país, para que por favor aprueben cuanto antes la reforma migratoria y mi familia se pueda reunir de nuevo”.
Los congresistas presentes en la audiencia, todos demócratas, han sido Bill Foster, Luis Gutiérrez, Mike Honda, Judy Chu, Juan Vargas y Steven Hosford. A la salida de la audiencia Gutiérrez ha dicho que “la reforma sanitaria no es una cuestión de meses, sino una cuestión de semanas”. “Además, en pocas ocasiones se ha visto a demócratas y republicanos de acuerdo, y en esto lo están, y la fuerza de ambos lo va a hacer real”, ha concluido este congresista.
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