Queda Jaime García Luna al frente de la Casa de la Cultura de la UAG Zona Sur
La Casa de la Cultura de la Universidad Autónoma de Guerrero tiene un nuevo director, Jaime García Luna, que pretende dar seguimiento a las actividades emprendidas y transformar la Casa de la Cultura en Centro Universitario de Arte, para proponer una oferta educativa a los alumnos que no pueden salir del estado.
“Mi misión es que que va a desaparecer la Casa de la Cultura; quiero dejar atrás el concepto de cultura por el de arte, con una especificación y una dedicación más concreta”, declaró en entrevista.
Maestro de guitarra y de composición musical, es uno de los miembros fundadores de la Casa de la Cultura con Salvador Velasco, desde hace más de 15 años. Recordó en entrevista, que antes existía un departamento de Difusión Cultural pero no tenía local y que la creación del espacio de la Casa de la Cultura tiene cinco años de existencia.
“Desde Hugo Vázquez hasta Javier Saldaña, tomamos el centro en nuestras manos y han aceptado nuestra propuesta”, comentó. Agregó que tienen que “asumirse como colectivo si no los políticos no van a tomar las decisiones”.
Insistió en que es un centro de enseñanza artística, en el que trabaja un grupo de maestros e intendentes, por lo que su papel de director será, más que mandar desde arriba, ser capaz de asumir todas las funciones.
“Me pidieron que fuera responsable, sigo lamentándome”, declaró con humor, y agregó “si voy a estar al frente, voy a ser siempre el primero en todo”.
Asimismo presentó su plan de desarrollo educativo que consistirá en dar continuidad a los contenidos propuestos en los talleres y luego plantearse como Centro Universitario. Detalló las siete líneas de trabajo que quiere desarrollar.
El primer eje será el ordenamiento administrativo laboral con la organización del archivo escolar y laboral, la organización de horarios y espacios de trabajo y la elaboración del reglamento de becarios y de un manual de trabajo.
El segundo se centrará en la producción y difusión artística a través de la gestión de recursos para los grupos artísticos, el incremento al número y monto de las becas y la creación de un fondo mutuo artístico. Precisó que la promoción artística no le interesa, sino la difusión.
La tercera línea de trabajo consistirá en el seguimiento del programa de iniciación artística, a través de talleres libres para todo tipo de público, desde niños hasta adultos mayores y jubilados. “Es lo que hemos tenido todos esos años, no es escolarizado, es más libre y permite expresar su gusto y su dedicación en un espacio de recreación”, explicó.
El cuarto eje tratará consolidar la infraestructura de la Casa de la Cultura con la remodelación de la oficina, la habilitación de la bodega, remodelación del Foro La Plancha, la terminación del edificio y el mantenimiento que consideró como una prioridad. “El 95 por ciento de lo que está construido, lo es gracias a recursos externos, iniciativa privada y al trabajo de nosotros. Tocamos puertas, pusimos nuestro dinero y trabajamos con nuestras manos. La Plancha es el foro que más actividades tiene”, subrayó. Detalló las instalaciones existentes; que son un estudio de teatro, un salón de música y un saloncito para el área técnica y precisó que el salón de baile está inconcluso y que falta el auditorio y la galería de arte. “Poquito a poquito, de salón en salón, se va construyendo. Tenemos una pura fe ciega, la mística siendo la misma: ¡La Plancha se transformó en Foro!”, se felicitó.
La quinta línea de trabajo se enfocará en el programa de formación artística, con dos sistemas distintos, el semi-escolarizado que ofrecerá diplomados, talleres y cursos; y el escolarizado que consistirá en la extensión de la Unidad Académica de Arte que dará acceso a diplomas de técnico en Arte y de Licenciatura. Recordó que la Unidad Académica empezó el año pasado y que ahora estudia la segunda generación de alumnos y expresó la voluntad de ver una extensión tanto de la licenciatura, como del lado técnico para ejecutantes de arte.
El punto siguiente será la gestión de recursos y la inserción en los circuitos culturales nacionales del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, porque consideró cumplir con “un buen nivel” profesional.
La última línea de trabajo se dedicará a la transformación de la Casa de la Cultura Zona Sur en Centro Universitario de Arte. “La meta no es que desaparezcan los contenidos, sino agregarle una oferta educativa para los alumnos que no pueden salir del estado”, precisó.
Después de la presentación detallada de su plan de trabajo, Jaime García Luna compartió su opinión en cuanto a la idea, muy de moda de lado de los políticos y promotores culturales, de reconstrucción del tejido social por medio de la cultura: “Es una falacia. No nos corresponde, le corresponde al Estado resolver los problemas de violencia. Al igual que la lucha contra la pobreza, la lucha contra la violencia no se resuelve con cultura”, declaró y se sorprendió del eslogan “Más música, menos balas”: “¿Han parado las balas? No. Los músicos hacen música, punto”, sentenció y recordó que según la ley se tiene, por obligación, que “proporcionar una educación completa con un espacio lúdico y creativo. Si no hay inversión, no se puede”, concluyó.
“Mi misión es que que va a desaparecer la Casa de la Cultura; quiero dejar atrás el concepto de cultura por el de arte, con una especificación y una dedicación más concreta”, declaró en entrevista.
Maestro de guitarra y de composición musical, es uno de los miembros fundadores de la Casa de la Cultura con Salvador Velasco, desde hace más de 15 años. Recordó en entrevista, que antes existía un departamento de Difusión Cultural pero no tenía local y que la creación del espacio de la Casa de la Cultura tiene cinco años de existencia.
“Desde Hugo Vázquez hasta Javier Saldaña, tomamos el centro en nuestras manos y han aceptado nuestra propuesta”, comentó. Agregó que tienen que “asumirse como colectivo si no los políticos no van a tomar las decisiones”.
Insistió en que es un centro de enseñanza artística, en el que trabaja un grupo de maestros e intendentes, por lo que su papel de director será, más que mandar desde arriba, ser capaz de asumir todas las funciones.
“Me pidieron que fuera responsable, sigo lamentándome”, declaró con humor, y agregó “si voy a estar al frente, voy a ser siempre el primero en todo”.
Asimismo presentó su plan de desarrollo educativo que consistirá en dar continuidad a los contenidos propuestos en los talleres y luego plantearse como Centro Universitario. Detalló las siete líneas de trabajo que quiere desarrollar.
El primer eje será el ordenamiento administrativo laboral con la organización del archivo escolar y laboral, la organización de horarios y espacios de trabajo y la elaboración del reglamento de becarios y de un manual de trabajo.
El segundo se centrará en la producción y difusión artística a través de la gestión de recursos para los grupos artísticos, el incremento al número y monto de las becas y la creación de un fondo mutuo artístico. Precisó que la promoción artística no le interesa, sino la difusión.
La tercera línea de trabajo consistirá en el seguimiento del programa de iniciación artística, a través de talleres libres para todo tipo de público, desde niños hasta adultos mayores y jubilados. “Es lo que hemos tenido todos esos años, no es escolarizado, es más libre y permite expresar su gusto y su dedicación en un espacio de recreación”, explicó.
El cuarto eje tratará consolidar la infraestructura de la Casa de la Cultura con la remodelación de la oficina, la habilitación de la bodega, remodelación del Foro La Plancha, la terminación del edificio y el mantenimiento que consideró como una prioridad. “El 95 por ciento de lo que está construido, lo es gracias a recursos externos, iniciativa privada y al trabajo de nosotros. Tocamos puertas, pusimos nuestro dinero y trabajamos con nuestras manos. La Plancha es el foro que más actividades tiene”, subrayó. Detalló las instalaciones existentes; que son un estudio de teatro, un salón de música y un saloncito para el área técnica y precisó que el salón de baile está inconcluso y que falta el auditorio y la galería de arte. “Poquito a poquito, de salón en salón, se va construyendo. Tenemos una pura fe ciega, la mística siendo la misma: ¡La Plancha se transformó en Foro!”, se felicitó.
La quinta línea de trabajo se enfocará en el programa de formación artística, con dos sistemas distintos, el semi-escolarizado que ofrecerá diplomados, talleres y cursos; y el escolarizado que consistirá en la extensión de la Unidad Académica de Arte que dará acceso a diplomas de técnico en Arte y de Licenciatura. Recordó que la Unidad Académica empezó el año pasado y que ahora estudia la segunda generación de alumnos y expresó la voluntad de ver una extensión tanto de la licenciatura, como del lado técnico para ejecutantes de arte.
El punto siguiente será la gestión de recursos y la inserción en los circuitos culturales nacionales del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, porque consideró cumplir con “un buen nivel” profesional.
La última línea de trabajo se dedicará a la transformación de la Casa de la Cultura Zona Sur en Centro Universitario de Arte. “La meta no es que desaparezcan los contenidos, sino agregarle una oferta educativa para los alumnos que no pueden salir del estado”, precisó.
Después de la presentación detallada de su plan de trabajo, Jaime García Luna compartió su opinión en cuanto a la idea, muy de moda de lado de los políticos y promotores culturales, de reconstrucción del tejido social por medio de la cultura: “Es una falacia. No nos corresponde, le corresponde al Estado resolver los problemas de violencia. Al igual que la lucha contra la pobreza, la lucha contra la violencia no se resuelve con cultura”, declaró y se sorprendió del eslogan “Más música, menos balas”: “¿Han parado las balas? No. Los músicos hacen música, punto”, sentenció y recordó que según la ley se tiene, por obligación, que “proporcionar una educación completa con un espacio lúdico y creativo. Si no hay inversión, no se puede”, concluyó.
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