Está la UAG “virtualmente sin autonomía”; la SEP no deja que use el dinero en lo que lo necesita: Trejo
El maestro Rafael Trejo Moreno y el luchador social Pablo Sandoval Cruz opinaron que la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG) no debe perder su autonomía y debe regresar a la universidad pueblo; por su parte, el investigador Esteban Dávalos Rueda consideró que el estado tiene la obligación de dar un mejor presupuesto a la universidad.
Durante el foro Origen y desarrollo de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG): Retos y desafíos que se realizó en la Unidad Académica de Contaduría y Administración, los ponentes coincidieron en que no se debe olvidar el origen de la universidad, y la razón por la que surgió, con movilizaciones sociales para tener una educación pública.
Rafael Trejo dijo que la UNAM recibe su subsidio directamente autorizado por el Congreso, y no pasa por la SEP y por eso se da el gusto de no aplicar los exámenes Ceneval; mientras que la UAG está “virtualmente sin autonomía, porque los recursos que entrega la SEP van etiquetados y no dejan que se oriente a donde se necesita el dinero”.
Agregó que “tenemos que hacer un ejercicio de crítica y autocrítica de lo que ha sido la universidad, y que los universitarios sean nuestro tema de reflexión, de conversación”, que los sindicatos de trabajadores y la administración central se limiten a fiscalizar que los acuerdos que se tomen estén apegados a la ley, y que no se violenten.
Explicó que la UAG no puede depender de un proyecto burocrático, por el contrario debe organizar sus planes de estudio sin la intervención del estado, determinar libremente la orientación académica sin condiciones, y “estamos viendo que primero la UAG depende de un 90 por ciento de su subsidio de la SEP y con eso está ahogada”.
Agregó que debe impulsarse un proyecto académico apegado a la realidad del estado; y que los más de mil 500 maestros que tienen una carga laboral de tiempo completo, 40 horas frente a grupo y que sólo trabajan 20, que las demás las cubran con investigación, que ya no se entreguen horas como una especie de “dádiva o cooptación a los grupos”.
Por su parte, Pablo Sandoval Cruz recordó que un grupo de universitarios lucharon porque la universidad tuviera autonomía y que en estas movilizaciones los apoyó todo el pueblo, quienes querían una universidad pública que fuera para la gente de escasos recursos.
“Esta universidad está comprometida con el pueblo y tiene que seguir dando esa lucha a favor de las clases desprotegidas, la unión entre el pueblo y los estudiantes es fuerte, es una unión invencible”, opinó el doctor Pablo Sandoval, quien dijo que la ventaja de la UAG con la UNAM es que los estudiantes y maestros son quienes eligen al rector.
Señaló que la universidad pueblo, que antes era la UAG, no ha muerto está “en sueños, está dormida, porque tiene que aplicársele lo ideológico, sino no sirve de nada y se vuelve utilitaria para los rectores que aprovechan para su bien propio y compran al Consejo”.
El luchador social consideró que uno de los males de la universidad es que está controlada por grupos políticos y eso no quiere decir que no debe hacer política, pero no de partidos, sino de organismos que presenten el mejor proyecto para conducir a la universidad y “para eso deben servir los grupos políticos de la universidad y no para su bien propio”.
La universidad pueblo debe volver, aprovechar la autonomía en principio para exigir a los gobiernos la gratuidad de la educación, y que en las unidades académicas no se cobre, que haya un principio democrático donde se respeten los resultados de las elecciones. Pero dijo que también se debe hacer un foro, donde se trate el tema de por qué la universidad pueblo se ha hecho a un lado y se ha vuelto una “universidad elitista eminentemente”.
Por su parte, Esteban Dávalos Rueda recordó que la “historia de la universidad no está al margen de la política que el estado implementó con el origen de las universidades públicas” y es que precisó que las universidades no pueden decidir al margen del estado.
“La autonomía es relativa nunca ha sido absoluta, cuando se trató de que fuera absoluta se dio el enfrentamiento en el año de 1920”, dijo y abundó que luego inició un período conflictivo, que se restableció entre 1940-1970 cuando se da una reconciliación entre el estado y las universidades, éstas últimas que demandan más presupuesto.
Precisó que es una obligación de los gobiernos estatal y federal otorgar un mejor subsidio a las universidades públicas, porque son las que le dan estabilidad al estado, porque no están al margen de la política y recordó cómo es que se dieron los períodos de los ex rectores, durante los gobiernos estatales y la relación que se tuvo.
El foro fue organizado por el Departamento de Extensión Universitaria, y estuvieron la coordinadora de Asuntos Estudiantiles, Carolina Herrera de Saldaña; el asesor de ese departamento, Carlos Armando Moriñón, y la historiadora y maestra del Centro de Investigación y Posgrado en Estudios Socioterritoriales, Alejandra Cordero Santana.
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