jueves, 18 de julio de 2013

Hace años que en la UAG se venden calificaciones y hay acoso sexual a estudiantes, revelan estudios

  *El encargado del CIET, José Legorreta Soberanis, dice que el pandillerismo no es un problema de la universidad, sino causado por la falta de oportunidades laborales y educativas
Karla Galarce Sosa
El director del Centro de Investigación de Enfermedades Tropicales (CIET), José Legorreta Soberanis, dijo que la venta de calificaciones, el acoso sexual y la mala percepción de los alumnos de la Universidad Autónoma de Guerreo (UAG), por falta de preparación de los docentes, son problemas que persisten desde hace más de 10 años.
Al concluir la clausura de los alumnos de la generación 2010-2013, Ascencio Villegas Arrizón, de la Preparatoria 27, a donde acudió como invitado el investigador, explicó que según estudios que realizó el CIET, desde hace 10 años los problemas de los universitarios se acentúan.
Explicó que las conclusiones de cuatro estudios se reunieron de entre más de 140 mil entrevistas a estudiantes, unas 35 mil por estudio, en diferentes épocas.
“Uno de los problemas torales es el ausentismo de los profesores, otro fue la venta de calificaciones, la percepción del alumno de una mala preparación de clases por el profesor y por último el acoso sexual”, detalló Legorreta Soberanis, quien agregó que aunque ahora el problema es de menor proporción que en años anteriores, es inaceptable desde cualquier punto de vista.
Criticó que pese al incremento presupuestal que tiene la UAG, los señalamientos de los universitarios aún no sean atendidos.
“Estos son los principales problemas que se encontraron en los últimos estudios que se hicieron a lo largo de estos 10 o 12 años de investigación, y que fueron encabezados por el doctor Ascencio Villegas, que arrojaron datos importantes que deben ser tomados en cuenta por los universitarios guerrerenses, esto no es cuestión de subsidio, sino de poner un punto de discusión entre universitarios, que hablemos entre universitarios del ausentismo, del acoso sexual, de la mala preparación de clases. Cosas que no se van a solucionar con la voluntad del rector o con sanciones, que deben ser sancionados; sino que los universitarios debemos estar en un proceso de autocrítica, de reflexión, de cambio”, expresó el investigador.
Afirmó que la venta de calificaciones se observó en todos los niveles escolares que atiende la UAG, aunque de manera particular se observa en preparatorias y licenciaturas, porque los postgrados tienen pocos alumnos.
Sobre que el surgimiento de pandillas tuvo un origen en la UAG, dijo que el problema social no es sólo de esa institución sino que es resultado de problemas en la comunidad y en todo el país.
“Hay condiciones conocidas, por las cuales el adolescente ante el cierre de oportunidades, muchas veces de estudios, porque la Universidad no va a ser capaz de atender toda la demanda de Guerrero, o bien de ofertas de trabajo, porque hay que recordar que aún con títulos universitarios la gente no encuentra trabajo y está trabajando en otras áreas para las que fue capacitado; esa ruptura del tejido social como lo llamó en poeta Javier Sicilia, impacta en ese tipo de cosas. Para la universidad va a ser difícil romper con eso, pero se están haciendo cosas”, manifestó.
Destacó el valor del fomento del arte y la cultura, además del deporte, aunque opinó que éste último se puede convertir en un arma de doble filo, en relación a los disturbios que se generan en los estadios al concluir algunos partidos de fútbol.
También resaltó el desaprovechamiento que se tiene en los jóvenes de servicio social, quienes pueden participar en actividades como asesorías fuera de las instituciones y más cerca de la población.

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