viernes, 26 de julio de 2013

La inversión de 200 millones para alfabetizar nunca fue realidad, afirma Castillo Barrientos

*El principal obstáculo para el programa Guerreros por la Alfabetización vino de la propia estructura de gobierno, por “la mala fe” de quienes administraban los recursos, señala el ex coordinador y actual asesor del Ejecutivo estatal, en referencia al secretario de Finanzas, Jorge Salgado.
 
 
Lourdes Chávez/Chilpancingo
Nunca existió la inversión inicial de 200 millones de pesos que anunció el gobernador Ángel Aguirre Rivero para abatir el analfabetismo en sus primeros días de gobierno, afirmó el ex coordinador del programa Guerreros por la Alfabetización y actual asesor del Ejecutivo estatal, Ricardo Castillo Barrientos, y aseguró que sólo se aplicaron 45.7 millones de pesos en el primer año y medio de administración.
Del programa estratégico, cerrado en noviembre de 2012 luego de su renuncia como coordinador general, aceptó que no tuvo la estrategia apropiada, pero era necesario estar en el campo para identificar los obstáculos y hacer una mejor planeación, aunque éste es el segundo intento de Aguirre Rivero para abatir el problema.
La primera ocasión fue como gobernador interino, hace 18 años, donde fuentes extraoficiales mencionaron una inversión de 400 millones de pesos.
A pesar de que los resultados de hoy son cuestionados, Castillo Barrientos reconoció que la primera vez que gobernador tuvo este propósito, de terminar con el analfabetismo no le funcionó, “y ahora ya se avanzó algo”.
Pero no hay avances sustantivos, reiteró que será en 2015 cuando se cuantifique a los analfabetas que superaron el rezago, con los resultados que arroje el censo de población y vivienda de INEGI.
Indicó que el promedio de avance de cada 10 años, con el trabajo normal del Instituto Estatal para la Educación de Jóvenes y Adultos (IEEJA) y la jornada Ignacio Manuel Altamirano (IMA) de la SEG, es de cuatro puntos. En cinco años, se estimó que el descenso será 16.7 por ciento de analfabetas registrados, a 14.7, y el índice adicional que se obtenga se puede adjudicar a la administración estatal.
Con esta explicación se comprende por qué la meta de la primera fase, de abatir por completo el alfabetización, se redujo en la segunda etapa a alcanzar la media nacional de 6.9 por ciento, y ahora, en el programa sectorial del gobierno del estado 2011-2015, sólo se aspira a reducir poco menos de 2 puntos en los índices del rezago.
Los conflictos por dinero
Castillo aceptó que renunció a la coordinación del programa –situación que marcó el fin de Guerreros por la Alfabetización–, cuando le dejaron de suministrar dinero para continuar operando, pero reconoció que estaba en proceso de comprobación de 31 millones de pesos que recibió en marzo de 2013, cuando tomó las riendas de la iniciativa.
Añadió que abandonó las funciones siete meses después de asumir el cargo, el 30 de octubre, porque desde la administración estatal obstruyeron su trabajo, “hay gente de lo más nociva, que quiere que las cosas sigan igual. Si no son éstos, serán otros y de todas las administraciones, te van a cerrar el paso”.
Incluso señaló que para la administración del dinero, poco antes de su renuncia, le pidió al gobernador una contadora que se encargara de la comprobación, y aunque la veía muy metida en su trabajo iba muy atrasada, así que la cambió por un equipo de trabajo, porque ella no funcionó.
Aseguró que se destrabó el problema de la comprobación, pero la decisión no le gustó al secretario de Administración y Finanzas, Jorge Salgado Leyva, porque mientras la contadora estuvo en la coordinación, no hubo retrasos en la entrega del dinero.
Este conflicto se ventiló en la prensa, cuando Castillo Barrientos denunció que Salgado Leyva no le entregaba el dinero, y en medio de una gira de trabajo anunció su renuncia, mientras el secretario de Finanzas dejó entrever que el coordinador no estaba administrando bien el dinero, y anunció que se practicaría una auditoría.
Castillo Barrientos renunció a dos meses de concluir el año fiscal, con 31 millones de pesos ejercidos, cuando el presupuesto anual era de 60 millones de presupuesto y se hablaba de una aportación adicional de 20 millones más, que no se sabe a dónde se destinaron.
El funcionario de la administración estatal, aclaró que aún hay un “pico” por comprobar de los recursos de Guerreros por la Alfabetización, pero corresponde a la gestión de Tavira Román, quien ejerció en seis meses 14 millones 788 mil pesos, de 15 millones de presupuesto.
Confirmó que ya están los resultados de la auditoría a Tavira Román, pero se reservó las observaciones de la Contraloría, y consideró que él no estuvo en investigaron porque no hubo notificación.
Precisó que en la comprobación de Tavira hay nóminas y facturas de mobiliario, lo que indica que una parte del dinero no tiene observaciones, pero en caso de irregularidades, la responsabilidad va a recaer en él.
También dijo que entre 800 y 900 mil pesos sin comprobar del programa, corresponden al método cubano Yo sí Puedo, en el periodo que lo coordinó Bulmaro Muñiz Olmedo. Aunque, en su gestión, sólo dejó sin comprobación 178 mil pesos.
Yo sí puedo…
La entrevista de Castillo Barrientos tuvo lugar luego de la publicación del balance que hizo Muñiz Olmedo del programa, donde señaló el error de gobernador por poner a operadores políticos al frente de esta empresa, porque actuaron con nepotismo y son responsables del fracaso de la alfabetización como política educativa.
Admitió que como asesor del gobernador, tenía comunicación con la estructura de Guerreros por la Alfabetización, cuando era coordinador Tavira Román, y aclaró que no llegó ahí por cuestiones políticas, sino porque  tenía “alguna experiencia”.
Aseguró que como coordinador de la Cruzada IMA de la SEG en Iguala, hizo un buen trabajo y ese fue el mérito que le permitió tener el nombramiento; asimismo, dijo que Muñiz Olmedo era el que mejor conocía el método cubano en la entidad, pero tenía desconocimiento absoluto en la parte administrativa y estaba exigiendo autonomía.
Incluso, dijo que fueron los cubanos los que pidieron dejar de trabajar con él y por esa razón fue separado del cargo, y no había conflictos legales en separarlo porque no era parte del convenio que firmó el gobierno del estado con la Embajada de Cuba en México.
Para evidenciar a Muñiz, presentó una lista simple de personas con gastos a comprobar sin fecha, donde el activista aparece con la suma más alta de adeudos, por 95 mil pesos de viáticos.
Aceptó que existe un adeudo al ex coordinador del Yo sí Puedo, “pero cómo se le va a pagar si entrega relación de pagos, escrito a mano, con personal, pero no sabemos si realmente iban a trabajar o no”.
De los familiares y amigos incluidos en la nómina, sólo aclaró que su esposa era coordinadora en Cochoapan, pero cobraba en la Secretaría de la Mujer, porque ahí trabaja, pero como muchos otros maestros fue comisionada a Guerreros por la Alfabetización. Los maestros recibían una compensación adicional.
Sin embargo, la tercera administración del programa, que se trasladó a Guerrero Cumple, consideró que su trabajo no era necesario y se fue como otros 115 trabajadores de la estructura que integró Castillo Barrientos, y que fue cuestionada por las mismas autoridades estatales.
La simulación
Castillo Barrientos reveló que tuvo una diferencia con el gobernador sobre la operación de programa, cuando le pidió que certificaran a las personas alfabetizadas a través del IEEJA, pero Castillo se negó a trabajar con los “burócratas que siempre han simulado”, a pesar de que es una manera de medir y evaluar los alcances de su trabajo.
Consideró que personas del IEEJA y de otras áreas convencieron al gobernador de que era necesario certificar el trabajo realizado, pero apenas estaban descubriendo el territorio y la complejidad de la alfabetización.
Para sostener su posición, argumentó que en la década pasada hubo 44 mil personas alfabetizadas, pero retirando la tasa mortalidad, sólo se reflejaron 22 mil en el censo del INEGI. En ese mismo periodo, la SEG y el IEEJA registraron 124 mil alfabetizados, lo que deja 66 mil personas de simulación, inexistentes. Por esto, “la historia de la alfabetización en México es la simulación”, concluyó.
En este marco, consideró que la mejor manera de garantizar el trabajo es que los ciudadanos, como voluntarios, verifiquen los procesos de alfabetización a través de contralorías sociales, pero la coordinadora de Guerrero Cumple, Mariana García Guillén, ahora responsable de alfabetización, reconoció que son muy difíciles de conformar, y a un año de trabajo sólo tiene 15 comités integrados.
El programa estratégico
“Con tropiezos y como sea (el programa) sigue caminando, a golpes y porrazos”, declaró el ex coordinador, quien añadió que la esencia del problema es el subdesarrollo de la entidad, que no se previó en campaña ni en el inicio de gobierno que tenía altas  expectativas en el tema.
Reconoció que en campaña había un diagnóstico del problema, pero no existe la fórmula para establecer la coordinación que permita verificar que cada círculo de estudios es real, desde el nivel estatal hasta la comunidad.
“Primero necesitamos concientizarnos como sociedad civil de la magnitud del problema, después los servidores públicos; el gobernador sigue preocupado pero necesita la ayuda y colaboración de todos, que no se va a resolver sino participamos todos de manera coordinada”.
Pero si la tarea de sensibilizar a la sociedad es complicada, aceptó que no será menor en las estructuras de gobierno, donde encontró el principal obstáculo que atoró el proyecto: “La mala fe de personas que manejaban los recursos, y que no los suministraron al programa”.

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