jueves, 26 de septiembre de 2013

Disfrazada de rescatista, la peruana grabó escenas en Coyuca de Benítez
 
Laura Bozzo ataca a Carmen Aristegui por criticar falso apoyo a damnificados
 
El Edomex le prestó un helicóptero de socorro; ¡Fuera Bozzo!, claman en las redes sociales
FotoRepudiada y prácticamente expulsada de su Perú natal por sus malas artes periodísticas en la pantalla chica, Laura Bozzo (Callao, Perú, 19 de agosto de 1951) se refugió en México gracias al duopolio televisivo formado por Televisa y Tv Azteca. La segunda la recibió con los brazos abiertos en junio de 2009 con el programa Laura de todos. En 2011 abandonó las filas de Ricardo Salinas Pliego y abrazó la causa de Emilio Azcárraga Jean. El programa en Televisa fue rebautizado como Laura.
El viernes pasado, Bozzo organizó en el guerrerense pueblo de Coyuca de Benítez una representación más en su indetenible carrera dizque periodística. Amparada por su empresa y por el gobierno del estado de México, que le prestó uno de los tres helicópteros que envió para socorrer a los damnificados de la tormenta Manuel, la peruana naturalizada mexicana aparece disfrazada de socorrista del Grupo de Rescate Relámpago, del Edomex. Ahí está ella con su vestimenta roja, como rojo es el color del helicóptero.
Las escenas fueron registradas por la revista Proceso y el tema fue tratado ayer en el matutino programa radial de Carmen Aristegui. A partir de ahí las redes sociales hirvieron sin cesar. Cerca de las ocho de la noche Twitter registró un total de 135 mil 712 comentarios repartidos entre el hashtag FueraLauraBozzoDeMéxico y la dirección de la conductora sumida en el escándalo.
No fui a grabar
El tono generalizado superó con creces al término enojo. A las tres de la tarde, la susodicha cumplió con su contrato y salió al aire en el canal de las estrellas transmitiendo en vivo desde un hotel en el Zócalo capitalino: “… el día de hoy he sido atacada personalmente, de manera repugnante, por la que dice que es periodista, Carmen Aristegui. Periodista, señora, es la que escucha las dos campanas. (No) como usted, que está acostumbrada a mentir diariamente. Que yo pedí helicópteros al estado de México para ir a pasear, ¿verdad? A montar un show, a montar un circo. Mentirosa, señora Carmen Aristegui, usted es una mentirosa. ¿Sabe por qué? Porque yo fui a ayudar, ¿ok? Yo fui a rescatar gente. Yo fui a llevar alimentos a comunidades donde nadie había pisado. Yo me sumé al grupo de rescate los Relámpagos porque he sido rescatista desde toda mi vida. He trabajado con los topos en Perú, en Chile, en muchos lugares. Yo no fui a grabar”.
El currículum de Bozzo tiene perlas que hablan de su ética: en los primeros días de 2008 tuvo que admitir públicamente que no todos los casos que presentaba en su programa Laura en acción eran reales. Reconoció además que algunos de ellos eran representaciones actuadas.
El escándalo orilló a la Asociación Nacional de Anunciantes (ANDA) de Perú a poner una alerta roja al programa de Bozzo. En las antípodas de sus homólogos mexicanos, que inundan de comerciales el espacio de la peruano-mexicana, los anunciantes andinos recomendaron no gastar recursos en tal segmento.
Abogada de formación, Bozzo rompió las fronteras peruanas al reconocer que fue amante de un siniestro personaje llamado Vladimiro Montesinos, el Rasputín del ex presidente Alberto Fujimori: Yo iba a ver al señor Montesinos porque estaba absolutamente enamorada del señor Montesinos, yo estaba obsesionada por el señor Montesinos, reconoció Bozzo el 22 de abril de 2005.
Ya para entonces la conductora-abogada-presentadora-periodista se encontraba cumpliendo un arresto domiciliario en un estudio de televisión, condenada por sus vínculos con el régimen de Fujimori y por sospechas de haber participado en operaciones de lavado de dinero.
Las imágenes superiores fueron captadas durante el reality show grabado por Laura Bozzo en Coyuca de Benítez, GuerreroFoto Eduardo Miranda/ Proceso
El único programa que yo hice para el doctor Vladimiro Montesinos fue cuando yo me disfracé de Elvis Presley con una guitarra eléctrica y canté su canción favorita, contó Bozzo, sin precisar de qué canción se trataba.
Otro gran disparate protagonizado por Bozzo cimbró a su país cuando la ciudad de Pisco fue sacudida el 15 de agosto de 2007 por un terremoto de 7.9 grados en la escala de Richter. Tiempo después de la desgracia se descubrió que una menor supuestamente afectada por el desastre y que había sido hallada y rescatada por Bozzo entre los escombros de la ciudad, no era sino una novel actriz que la conductora ya había presentado en uno de sus programas como víctima de acoso sexual.
La andina, una de las estrellas del canal de las estrellas, desapareció de la televisión peruana en diciembre de 2000, cuando la sociedad comenzó a saber de los desmanes cometidos por la dupla Fujimori-Montesinos so pretexto del combate al terrorismo de Sendero Luminoso. Esos dos personajes siguen en la cárcel: las atrocidades que cometieron no se conocen a ciencia cierta, pero las sospechas y gran parte de la vox populi ya los condenaron.
Cumplidos los tres años de arresto domiciliario en su estudio de grabación –pegado a un lujoso condominio vertical donde realmente vivió–, Bozzo buscó nuevos horizontes y apuntó hacia Miami. Fracasó el intento pero encontró tiempo después la generosa comprensión de Tv Azteca y de Televisa. Siguió grabando programas pero nunca se vieron en Perú.
Hace tres años trató de colocar su programa en Ecuador. Al poco de conocerse su presencia, el gobierno del presidente Rafael Correa no tuvo empacho en marcarle día de salida. Abandonó Ecuador.
Defenestrada en su natal Perú, la controvertida estrella de los reality show encontró comprensión y refugio en los brazos del duopolio televisivo mexicano. Y por supuesto, también en los comprensivos anunciantes mexicanos a quienes, al parecer, les agrada el constructivo tono que emplea Bozzo en su programa.
Bozzo dixit: “¿Sabe cuál es la diferencia entre usted y yo, señora Aristegui? Es que yo me embarro hasta acá de lodo –en la televisora ponía su mano a la altura de la cintura. Es que yo arriesgo mi vida por este país que es mío, porque yo me siento más mexicana que cualquiera, ¿ok? Yo amo a este país, le debo la vida y daría mi vida por este país. Pero usted, claro, usted está en su escritorio. ¡Qué bonito! Venga a mi programa, hablemos del pueblo, hablemos de lo que el pueblo quiere… ¡No! Algo mejor, señora Carmen Aristegui. Vamos a Coyuca de Benítez, la reto, públicamente la reto. Venga conmigo, vamos a ver a quién reconoce el pueblo, a quién quiere la gente, quién es una esperanza para la gente… Acá los circos los hace usted todos los días en su programa. Yo soy el pueblo”.
¿Deslinde o complicidad?
En su encendido microdiscurso escenificado, como casi todo en su vida, en su programa Laura la conductora aclaró vehementemente que quien hablaba era ella y nadie más que ella. Queriendo deslindar a la empresa que le paga, Televisa, Bozzo vomitaba sus palabras y gesticulaba con frenesí mientras caminaba nerviosa de un lado a otro del improvisado estudio hotelero.
Una de dos: o Bozzo mandó por un tubo a la todopoderosa Televisa, y dijo lo que dijo de su ronco pecho, como aseguró, o Televisa bendijo quitada de la pena la esperpéntica y barriobajera intervención de la conductora. La respuesta cae por su peso. ¿O no?

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