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Grullas jóvenes aprenden a migrar de las más
viejas
Un estudio arrojó que la influencia social pesa más que la genética en
el comportamiento de las aves.
Las grullas americanas aprenden a migrar siguiendo a sus congéneres mayores, lo que sugiere que la influencia social pesa más que la genética en el comportamiento de las aves, según un estudio publicado el jueves, que arroja luz sobre estos movimientos migratorios.
Estas grandes aves blancas están en peligro de extinción en América del
Norte. Pero un grupo en cautiverio en el estado de Maryland (este) ha
proporcionado a los investigadores datos genéticos y migratorios sin
precedentes para estudiar si están naturalmente programadas para hacer su viaje
hacia el sur o si su comportamiento es aprendido.
"El conocimiento se transmite de aves mayores a jóvenes",
concluyó el coautor del estudio, Thomas Mueller, biólogo de la Universidad de
Maryland.
"La migración se vuelve más y más eficiente a medida que estas aves
envejecen y eso lleva muchos años".
Sin una grulla con experiencia para seguir, las aves jóvenes se desviaban mucho más lejos de su trayectoria prevista, según los hallazgos publicados en la revista estadounidense Science.
La investigación se basó en ocho años de datos recopilados de una población de 73 aves criadas en cautiverio.
Sus movimientos fueron rastreados por transmisiones de satélite, radiotelemetría y observaciones desde el suelo.
Sin una grulla con experiencia para seguir, las aves jóvenes se desviaban mucho más lejos de su trayectoria prevista, según los hallazgos publicados en la revista estadounidense Science.
La investigación se basó en ocho años de datos recopilados de una población de 73 aves criadas en cautiverio.
Sus movimientos fueron rastreados por transmisiones de satélite, radiotelemetría y observaciones desde el suelo.
Según los científicos, la experiencia de las aves mayores habría ayudado
a reconocer puntos de referencia y mantener al grupo en la ruta correcta.
"Sabíamos desde hacía mucho tiempo que el aprendizaje es importante
en esta especie. Pero nos sorprendió cómo el aprendizaje continúa durante
muchos años", dijo la coautora del estudio, Sarah Converse, del Servicio
Geológico de Estados Unidos (USGS).
"Las aves de ocho años son mejores que las de seis años, que son
mejores que las de cuatro años, y así sucesivamente", dijo. "Además,
nos impactó la importancia de la transmisión cultural del conocimiento" El
género, el tamaño del grupo y la cercanía genética con otras aves no afectó la
manera en que estas grullas seguían la trayectoria de vuelo más directo.
La grulla americana (Grus americana), con una envergadura de
hasta 2,5 metros y hasta cinco metros de altura, es el ave más grande de
América del Norte y llega a vivir más de 30 años.
La caza intensiva y la pérdida de parte de su hábitat a partir del siglo
XIX diezmaron sus poblaciones, dejándolas al borde de la extinción en la década
de 1940, cuando había menos de 25 ejemplares. Actualmente, en estado natural
hay unas 250 de estas grullas en Canadá, que pasan los inviernos en la costa
del Golfo en Texas (sur), y otras 100 en Wisconsin (norte), que migran a
Florida (sureste).
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