sábado, 12 de octubre de 2013

La izquierda delirante

Cámara húngara/Hugo García Michel

 
Esto se ve con claridad en el discurso de dos de ellos, hoy separados por azares del canijo destino: Andrés Manuel López Obrador y Gerardo Fernández Noroña. Ambos manejan un concepto de Patria (así, con mayúscula) que ni los más radicales juaristas habrían ostentado. Con un maniqueísmo de caricatura, AMLO y GFN no solo se ven a sí mismos como los grandes Patriotas (sigamos con la mayúscula) que habrán de salvar a México, sino como los únicos jueces con la capacidad de dictaminar que aquellos que no los sigan en su Patriótica (again) misión deben ser considerados (but of course) como traidores a la Patria.
Cual émulos del general Anaya y el Nigromante (aunque en versión bastante disminuida), don Peje y don Gera se han investido como capitanes insurgentes y al grito de “¡va mi espada en prenda, voy por ella!”, acusan de traición de lesa Patria nada menos que al Presidente de la República, a todo su gabinete, a los dirigentes de los partidos políticos que integran el Pacto por México y a los miembros de las cámaras de Senadores y Diputados (y por extensión, a todo aquel que esté a favor de las reformas estructurales).
No sé según estos personajazos qué castigo correspondería a tantos traidores, pero sospecho que recurrir a la pena de muerte no les resultaría del todo desagradable (un rollo así tipo Fidel Castro y su gusto por fusilar a los que no simpatizan con sus barbas).
Este patriotismo (así, con minúscula) decimonónico y carpero debería mover a risa. El problema es que muchos se lo toman en serio y ven en López y Noroña a genuinos héroes (aunque sean, dirían los hermanos Marx, meros héroes de ocasión).
Es la izquierda delirante, la izquierda histérica y estridente. El castillo de la pureza, habitado por esos puros que pueden dar risa, pero que también pueden dar miedo.
http://twiter/hualgami

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