Los profes están solos
A la hora de la verdad, nadie asumió la tarea de construir vías alternas que desatoren el embrollo político y den a los maestros una salida digna.
Ivonne Melgar
Los maestros que se resisten a la reforma educativa, que marchan, presionan, negocian, piden, incumplen, gritan, niegan acuerdos y vuelven a solicitar audiencia con el Poder Ejecutivo, están políticamente solos.
Así pudimos constatarlo en las comparecencias del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, en la Cámara de Diputados, el miércoles, y en el Senado, este jueves.
A ningún legislador le quita el sueño si los profesores se arreglan o no con el titular de la Segob.
Es cosa de seguir las declaraciones. Los priistas hablaron de las lluvias y de las fallas en la prevención. Los perredistas y panistas se hermanaron en el reclamo de dónde están los que sí sabían cómo hacerlo. Hubo recriminaciones por los migrantes, los desaparecidos, los derechos humanos, el espionaje de Barack Obama y los malos policías.
Nadie, sin embargo, se ocupó de la suerte de los maestros.
Claro, algunos legisladores del PRD, PT y Movimiento Ciudadano usaron el caso de la inconformidad social, así, en abstracto, para echarle en cara al funcionario que las reformas impulsadas desde el Pacto por México no sirven.
Las impugnaciones más subidas de tono provinieron del ala lopezobradorista, es decir, de la bancada de Movimiento Ciudadano. El diputado Gerardo Villanueva Albarrán ironizó que al gobierno no le alcanzarán las policías para reprimir la protesta social. “La renuncia es un recurso digno, ¿no ha pensado en esa opción?”, increpó.
¿Y los maestros? No, de ellos nadie se ocupó.
Aunque desde hace dos meses los dirigentes magisteriales se la han pasado en la sede de Gobernación, a veces con Osorio Chong y casi siempre con el subsecretario Luis Enrique Miranda Nava, el tema no fue materia de análisis para los legisladores.
Basta recordar cómo el viernes 13 de septiembre la limpia del Zócalo, los líderes de la CNTE corrieron a las oficinas de Bucareli.
Pero esas largas y secretas reuniones les tienen sin cuidado a los ocupantes del Congreso. Ahí nadie quiere saber si es cierto o no que los sindicalistas habrían recibido ¡115 millones de pesos! a cambio del regreso a sus lugares de origen.
Porque esa conyuntura que ha tenido en vilo a la opinión pública, que involucra a miles de niños sin clases y bloquea recintos legislativos, carreteras, aeropuertos y avenidas troncales, no existió en las casi diez horas de intercambio entre Osorio Chong y legisladores: más de cinco en San Lázaro y arriba de cuatro en el Senado.
Ellos se apegaron a la agenda temática oficial. Incluso la destacada perredista Lizbeth Rosas Montero, quien cuestionó que los responsables de la prevención se hubieran ido a Las Vegas en plena tormenta, y el retraso de la puesta en marcha de la Gendarmería. Ninguna referencia a los maestros que, en teoría, su radical corriente tanto difiende.
Por supuesto que hubo revelaciones interesantes. La duda de la joven Luisa María Alcalde Luján (MC) de por qué los infiltrados anarcos resurgieron con el regreso del PRI a Los Pinos permitió al titular de la Segob señalar las dificultades que entrañan las leyes capitalinas para atajar sus movilizaciones violentas y que han sido infructuosos los intentos de entrar en contacto con los protagonistas del caos capitalino de diciembre a la fecha.
Igualmente sintomático resultó el señalamiento del diputado del PRD José Ángel Ávila Pérez, ex secretario de gobierno de Marcelo Ebrard. En el Pacto, le dijo a Osorio Chong, no figuran los representantes de toda la izquierda. El apunte fue registrado en los pendientes del secretario como una solicitud a que el espectro de la interlocución se abra.
En la misma línea, Nueva Alianza, el partido que fundó la maestra Elba Esther Gordillo, ventiló su deseo de sumarse al Pacto por México. Pero tampoco sus legisladores, afines al SNTE —la hija de la ex líder magisterial, la senadora Mónica Arriola, y los diputados Luis Antonio González Roldán y Sonia Rincón Chanona— se ocuparon del callejón sin salida en el que parece encontrarse la CNTE.
Sólo una senadora del PAN, Pilar Ortega Martínez, coló el tema cuando preguntó qué se había negociado con el SME y la Coordinadora.
Osorio Chong ofreció una respuesta de trámite: la Segob, dijo, ha sido un intermediario entre los maestros y las autoridades estatales. Y tan tan.
El silencio cómplice de los legisladores de la izquierda en torno a los enjuages tramitados en Bucareli con dirigentes sindicales que con una mano pegan y con la otra cobran es una lamentable constatación de que tal y como opera ahora nuestro sistema político, los conflictos son oportunidades para llevar agua al molino partidista de cada quien.
Pero a la hora de la verdad, nadie asumió la tarea del contrapeso legislativo para obligar al gobierno a construir vías alternas que desatoren el embrollo político y den a los maestros una salida digna.
Nadie es nadie. Mucho grito y poco apoyo. Sí, los profes están solos, abandonados a su conflictiva y oscura suerte.
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