En la región del Sotavento una familia de músicos emblemáticos de son jarocho, son los Vega, originarios de Boca de San Miguel, Tlacotalpan, Veracruz. La familia Vega, encabezada por don Andrés Vega Delfín, Premio Nacional de Ciencias y Artes 2012, junto con la familia Utrera, está activa con tres generaciones de músicos, los cuales forman parte de grupos como Mono Blanco, Son de Madera, Los Vega, Los Utrera, Kumaltik y Caña Dulce y Caña Brava.
En el estado de Morelos, la legendaria Banda de Tlayacapan, Premio Nacional de Ciencias y Artes 1998, fue fundada en 1870 por Vidal Santamaría, esta majestuosa banda de viento tiene como antecedente haber acompañado a las tropas del generalísimo Emiliano Zapata. Actualmente la banda de Tlayacapan se mantiene con gran vitalidad, desempeñando un papel muy importante en las actividades del pueblo y formando niños y jóvenes músicos. A la fecha en Tlayacapan existen dos bandas de viento, La Banda de Tlayacapan y La Banda Brígido Santamaría, comandadas cada una por los hermanos Santamaría Pedraza, Cornelio y Carlos, respectivamente. Cada banda, a través de sus composiciones, recrea y renueva las notas que dejó como herencia el viejo Vidal.
En la música de la Tierra Caliente de la depresión del río Balsas, conformada por diversos municipios de Michoacán, el Estado de México y Guerrero, una referencia musical obligada es sin duda la familia Salmerón, de Tlapehuala, Guerrero. En su árbol genealógico, se tienen antecedentes desde 1815 con Román Salmerón, violinista y guitarrero. Los hijos de Román, que se dedicaron a la música, fueron Zacarías, Hermenegildo, Santana, Carlos y Nicolás. Entre ellos hay violinistas, guitarreros y compositores de “gustos”, sones y música fúnebre.
Nicolás Salmerón es padre de una de las ramas fuertes de este frondoso árbol de “Salmerones”, la cual ha dado muchos frutos; me refiero al célebre violinista y compositor, don Isaías Salmerón Pastenes El Chícharo (1891-1942). No hay músico calentano que no conozca, ni interprete alguna pieza de don Isaías. Entre ellas destacan “La Tortolita”, “El Pañuelo”, “La Mariquita”, “El Huizache” y muchas otras, pues compuso aproximadamente 120 piezas.
Isaías Salmerón ha sido un pilar fundamental de la música tradicional mexicana y contribuyó de manera decisiva en la formación de cuatro extraordinarios violinistas: Filiberto Salmerón Apolinar (1905-1998), Bardomiano Flores Frías, Zacarías Salmerón Daza (1919-2011) y Juan Reynoso Portillo (1912-2007), este último, conocido en el mundo de la música como El Paganini de la Tierra Caliente, recibió la distinción del Premio Nacional de Ciencias y Artes en 1997.
La mayoría de los saberes de la música tradicional mexicana han sido transmitidos de generación en generación de manera oral, existen muy pocos registros sonoros de viejos estilos musicales, tipos de afinaciones y menos aún partituras de las obras. Pocos son los músicos tradicionales que saben leer y escribir su música, esto por supuesto no les resta valor; sin embargo, si la obra no es registrada por cualquier tipo de medio o soporte, se pierden para siempre estas valiosísimas joyas que son parte de nuestro patrimonio musical. Existen por supuesto grandes excepciones, como es el caso de los músicos de las bandas de viento de Oaxaca, que poseen habilidades de lectoescritura musical. Un rasgo que distingue a los compositores de la familia Salmerón es que han dejado escrita la letra y música de muchas de sus obras, como es el caso de Zacarías Salmerón Daza, Filiberto Salmerón Apolinar, Ezequiel Salmerón Blancas (1927-2001), Guadalupe Salmerón García (1955) y Rigoberto Salmerón García, Rigo (1944). Rigo, actual director del grupo Los Salmerón, se ha dado ha la tarea de rastrear la obra de la familia, hacer un trabajo de recopilación de partituras y resguardar el acervo fotográfico.
Cuando nos referimos a la música de la Tierra Caliente hablamos de una gran diversidad de géneros, dotaciones instrumentales y repertorios. El amplio repertorio musical de la vasta familia Salmerón va desde “gustos”, sones, malagueñas, peteneras, valses, marchas, pasodobles, danzones, rancheras, ensaladas, oberturas, etcétera.
Los habitantes de Tlapehula, Guerrero, saben el valor de sus músicos, porque éstos han acompañado durante siglos diferentes acontecimientos de la vida comunitaria, han estado presentes en fiestas, bodas, velorios, bautizos... Acompañan la tristeza y la alegría, ¡vaya!, “están en las buenas y en las malas”. A modo de reconocimiento a los músicos de la familia Salmerón, en Tlapehuala edificaron una estatua de casi cuatro metros de altura de Isaías Salmerón y el campo deportivo y una casa de cultura también llevan su nombre; el mercado municipal fue nombrado Filiberto Salmerón Apolinar; otra casa de cultura se llama Hugo Salmerón García y otra más lleva el nombre de Rufino Arellano Salmerón.
Otro brazo fuerte de este frondoso árbol genealógico de músicos, viene por parte de Santana Salmerón, músico de guitarra panzona, el cuál fue padre de Beto Salmerón (1874-1954); don Beto, versador y cantador, junto con Ángela Apolinar procrearon, a Filiberto Salmerón, don File, el cual compuso aproximadamente 60 piezas, enseñó y dirigió grupos de música tradicional, orquesta y diversas bandas de viento. A mediados de los setentas don File viajó a la Ciudad de México donde ya estaban radicando varios de sus hijos, los cuales continúan desde esta enorme urbe, con la tradición musical de la familia.
Con seis generaciones de músicos, la familia Salmerón mantiene vigente la música calentana, ya que este 23 de marzo, presentará en el Museo Nacional de Culturas Populares a las 17:00 horas, su más reciente disco, titulado El Guerrerense, en memoria a Hugo Salmerón García (1948-2010). La presentación será una verdadera fiesta ya que habrá degustación de platillos típicos de la cocina de Tlapehuala. También estarán el martes 25 de marzo en la sala Xochipilli de la Escuela Nacional de Música de la UNAM a las 19:00 hrs.
El disco El Guerrense lleva el nombre del “gusto”, composición de Filiberto Salmerón. Este disco contiene composiciones originales de la familia como: “Misael Tamayo”, son de Rigoberto Salmerón; “María”, de Ezequiel Salmerón; “A tu salud”, pasodoble de Filiberto Salmerón, “La Ayutlaquita”, “gusto” de Isaías Salmerón, “Teodolinda”, danzón de Rigoberto Salmerón, entre otras.
El valor de este disco reside en el amplio repertorio de géneros y en las diferentes dotaciones instrumentales: Conjunto de tamborita y orquesta típica, con la invaluable colaboración de Ricardo Flores Mijangos, en el salterio. Cabe destacar, las voces de Nadia y Ely Salmerón, ya que en la historia de los registros sonoros de la música de Tierra Caliente, es poco común encontrar la participación de voces femeninas.
¡Ajumala, calentano!