No pierden vigencia las críticas al poder que Juan Ruiz de Alarcón abordó en su teatro, dice conferencista
Claudio Viveros Hernández/Taxco
La académica Ysla Campbell, de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, vino a esta ciudad en la que impartió la conferencia magistral La propuesta alarconiana sobre los privados, es decir, los beneficiarios del poder del rey, tema que en seis de sus obras de teatro abordó el dramaturgo Juan Ruiz de Alarcón, desde distintos enfoques que no varían en el contexto actual.
La privanza o los privados, que se traducen para esta época en los favoritos, los privilegiados o los amigos del rey o el príncipe, tenían y acumulaban grandes poderes, en un contexto que Alarcón criticaba abiertamente a través de su visión desde el teatro y de los personajes que crea en medio de la razón, la ley, la justicia y las pasiones desde el poder.
Un 30 por ciento de las 20 obras publicadas de Alarcón, asienta Campbell, hablan de cuestiones políticas que se refieren a los privados, esto es, a los favoritos y el rey, la relación entre la privanza y el monarca, entre ellas Los favores del mundo, El dueño de las estrellas, La amistad castigada, ganar amigos, Los pechos privilegiados y La crueldad del honor.
La conferencista norteña afirmó que la crítica política siempre estará vigente, por ejemplo, al decirle a alguien qué más da si es rey o presidente, que “en vez de actuar de manera equivocada se dejen guiar por la razón”; lo que no tiene nada que ver si es monarquía o parlamento, sino que “el mensaje en la obra de Juan Ruiz de Alarcón es para el hombre” que aunque viva en distintas épocas puede recibir un aprendizaje de una situación en cualquier momento de la historia.
Precisó que “en realidad, una crítica hacia una situación política no pierde vigencia porque el ser humano, es el ser humano donde lo pongan y en el momento que lo pongan, es decir, el hombre se rige por pasiones, se rige por la razón y Alarcón lo que está pidiendo al gobernante es que a través de la razón gobierne sus pasiones para llegar a la virtud” y esto aplica para cualquier momento de la historia, porque no tiene límites y, por lo tanto, leer la obra de Alarcón es tan vigente en su época como en la actualidad”.
En ese abordaje político hacia el poder y los gobernantes, Ysla Campbell expresó que el dramaturgo taxqueño llega a planteamientos en los que censura y el proceder vicioso del rey junto a su privado y da una serie de sugerencias en estas seis obras para ser un buen rey y un buen privado, que se refieren a la filosofía neo estoica, basada en Séneca, para vencer las pasiones mediante la razón y llegar a la virtud.
Añadió que un gobernante o un hombre que venza a sus pasiones y llegue a la virtud será una buena persona siempre, “será un sabio y se relacionará con el resto del mundo de una manera positiva y esto no tiene forma de caducar en el tiempo”.
Lo que hace Alarcón, dijo, “es una propuesta política que tiene que ver con el cambio, con la metamorfosis interior del ser humano, llámese rey, conde, llámese Juan o como se llame; mientras el hombre modifique su comportamiento, ese hombre podrá aportar y se relacionará con la sociedad de manera positiva y, si se trata del rey o gobernante, podrá actuar por el bien común de manera extraordinaria, pero si se deja llevar por las pasiones, siempre traicionará a alguien”, tal como sucede en el contexto actual.
El arte de gobernar, reiteró, es “tener la mirada puesta en el bien común” y consideró que lo primero que se tiene que atender es la razón. Campbell parafraseó aquí al filósofo Séneca al decir que “lo único que tenemos es el interior, y el hombre es una chispa divina que está en un razonamiento; mientras ésta se utilice, se estará cerca de la divinidad y el bien común y, en caso contrario, caerá en los vicios, entre ellos la vanidad, las tranzas y la lujuria como capricho al no satisfacerle la naturaleza, que es un contrasentido para perder más la razón”.
Ante maestros y estudiantes, agregó que las cosas exteriores sólo afectarán en la medida que lo permitamos, algo que relacionó con Maquiavelo cuando dijo que los hombres se dejan arrastrar por las bajas pasiones, en este caso desde el poder y la gobernanza con privados o favoritos a su servicio.
El teatro, el motor del festival cultural
En las Jornadas Alarconianas, con la amenaza en contra por las lluvias, la oferta de obras teatrales ha tenido una respuesta notoria del público locale y turistas que visitan este destino de la época colonial. Chicos y grandes gozan, se divierten y conocen una diversidad de propuestas con grupos profesionales, amateurs y estudiantiles, cada cual con los mejor de su trabajo en escena en espacios abiertos o cerrados.
Los niños y el espíritu de búsqueda inagotable diariamente han hecho suyo un foro destinado para ellos en las Jornadas Alarconianas en la Ex hacienda de El Chorrillo, a unos pasos del rumbo de Los Arcos, que se llena desde el primer día en compañía de hermanos, tíos, papás y abuelos, tanto así que comenzaron a rebasar las expectativas de asistencia.
Si desde el sábado en que arrancaron las funciones para los pequeños el espacio les quedó chico y creció sucesivamente, el martes durante la presentación de la agrupación Marionetas de la esquina, chicos, grandes y medianos pusieron en apuros a los artistas y gente asignada al foro porque la asistencia estuvo a reventar y obligó a presentar otra función extra.
Artistas con trayectoria de Chihuahua, ciudad de México, Puebla y jóvenes en formación de Guerrero han dado vida a variadas historias para contarse, recrearse y divertirse con los niños y los grandes, unos puntuales y otros en carrera veloz ante los retrasos cotidianos para no perderse la oportunidad de ver y vivir el teatro a ritmo festivo.
Con Los tres pelos de oro del Diablo, Cuentos manchados para contar y cantar, Pato, Muerte y Tulipán, El sueño de la bella durmiente, Pájaro y Nubarrón, las obras presentadas dan muestra de las ganas y el gozo de los niños por ver teatro, por lo menos dos o tres veces al año en que hay festivales y ferias del libro con actividades para ellos y donde responden felices al llamado con quien los lleve o jalan para llevarse con ellos.
Para el público de jóvenes y gente grande, aún con leves retrasos, largos retrasos en algunas obras representadas o con la puntualidad que marca el programa, las actividades nutren a los asistentes, quienes al concluir la función no solo aplauden sino en varios casos ovacionan de pie, como ya ocurrió con La casa de Bernarda Alba, con un elenco de primera, Macario, el ahijado de la muerte con el primer actor Ignacio López Tarso o Un hombre ajeno con jóvenes actores como José María Yazpik.
En el Zócalo, todas las noches un público puntual y cálido ha recibido las propuestas que, aunque distintas, sean obras del Siglo de Oro, actuales o con versiones libres y adaptaciones, permanecen atentos, quietos, así se prolongue la noche o esté latente la amenaza de lluvia que finalmente sí se hizo presente la noche del miércoles en Finea en el Papaloapan, una versión libre sobre la obra La dama boba de Lope de Vega con la que la compañía El Arce cumplió ante un público escaso que se mantuvo atento con el cobijo de paraguas o impermeables, a muchos días de la inauguración en el cual el agua parecía llegar y finalmente se esfumó de tajo.
Allá, en el teatro del hotel Posada de la Misión que lleva el nombre del ilustre dramaturgo a quien se dedican las jornadas, poco a poco la actividad tomó su curso y el público acude dispuesto a la cita en un espacio que se enfocó al teatro contemporáneo donde se da cabida a distintas propuestas.
En general, las obras programadas muestran un mosaico de lo que se puede encontrar en el teatro actual, con variados géneros, estilos y calidad. El público responde y a él toca valorar lo que han presenciado
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