viernes, 19 de septiembre de 2014

A 29 años del sismo de 1985
Leoncio Castrejón Salgado

Un jueves 19 se septiembre de 1985, hace 29 años ya, los mexicanos y particularmente los guerrerenses, vivimos los momentos más dramáticos de los tiempos recientes. Al inicio del día, para ser exactos a las 07:17 horas, tiempo del centro, y alcanzando a la Ciudad de México a las 07:19 horas, padecimos el fenómeno natural más despiadado, aterrador y devastador conocido hasta esa fecha en el país. Teniendo el antecedente del terremoto del 28 de julio de 1957 y que destruyera el monumento más emblemático del país, el Ángel de la independencia en el Distrito Federal.
Le comento que años., siglos  atrás, los terremotos fueron motivo de leyendas y supersticiones, los filósofos de la antigua Grecia fueron los primeros en asignar causas naturales a los terremotos. Anaxímenes (siglo V a.C.) y Demócrito (siglo IV a.C.) pensaban que la humedad y el agua los causaban. La teoría de que eran producidos por salidas súbitas de aire caliente fue propuesta por Anaxágoras y Empédocles (siglo IV a.C.) y recogida por Aristóteles (siglo IV a.C.), quien le dio tal respetabilidad, que llega, a través de los romanos Séneca y Plinio el Viejo (siglo I), hasta la Edad Media, en la que fue difundida por Avicena y Averroes, Alberto Magno y Tomás de Aquino.
Ese día jueves 19 de septiembre de 1985 por la mañana, de manera repentina y sorpresiva la tierra es sacudida y quebrantada por movimientos que la madre naturaleza acostumbra llevar a cabo. Técnicamente es un fenómeno sismológico que tuvo su magnitud de 8.1 grados en la escala de Richter. El epicentro fue reportado en las costas del Pacífico frente a las playas de Michoacán cerca de Guerrero, con una profundidad de 15 kilómetros bajo la corteza terrestre.
A 29 años de la tragedia: ¿Cómo olvidar aquellos acontecimientos que aún laceran la memoria colectiva principalmente en los habitantes del Distrito Federal, lugar que se encuentra a unos 300 km. del origen sísmico? ¿Cómo olvidar los miles y miles de personas atrapadas y muertas en los escombros de construcciones colapsadas abruptamente y sin un aviso de por medio? ¿Cómo olvidar a los cientos y miles de casas derrumbadas parcialmente por los estruendos del segundo sismo del que se tenga memoria reciente en México? ¿Cómo olvidar las miles de esperanzas truncadas en cuestión de minutos? Igual, ¿Cómo olvidar el caos y el pánico en los rostros de quienes atrapados por la sorpresa no tuvieron más que encomendarse a su suerte? ¿Cómo olvidar de bienes materias perdidos de la noche a la mañana?
Pero sobre todo, ¿Cómo borrar los estragos y tristezas que dejara el sismo del 85’ en la mente, el alma y el corazón de los sobrevivientes?
Hoy sin duda hay avances en materia de Protección Civil, sin embargo, éstos no son los suficientes y adecuados; pareciera que entenderemos de la magnitud de los fenómenos sismológicos y de la prevención en la materia, cuando la tragedia se repita. ¡Esperemos que no llegue el momento de enfrentarse a algo que de antemano sabemos saldremos mal librados!
¡Hagamos votos porque la memoria colectiva no olvide los fenómenos naturales que han sacudido a regiones de Guerrero, y entre gobiernos y sociedad seamos capaces de cuidarnos nosotros mismos, nadie más lo hará!
Y a quienes tuvieron la desgracia de encontrarse en el lugar y momento menos indicado, recordarlos.
Mientras tanto…. ¡Que tenga Usted, un excelente fin de semana!
Twitter: @ casleoncio
Facebook: Leoncio Castrejón Salgado



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