viernes, 12 de septiembre de 2014

Leoncio Castrejón Salgado
El individuo  y la comunidad tienen derecho a recibir una educación que les permita el acceso a estadios de conocimiento y éste, a facilitar las actividades diversas que se emprendan.
En la actualidad, los gobiernos de las entidades mexicanas han hecho su mejor esfuerzo para tener la infraestructura que les permita avanzar en la educación de sus gobernados. Las limitaciones y deficiencias han saltado a la vista a partir de que fuera necesario diagnosticar  y sobre todo, medir el rendimiento, aprovechamiento y cuantificar la productividad del conocimiento impartido.
Para esto no ha sido fácil la tarea encomendada. La intención de la autoridad gubernamental se ha topado con excusas y pretextos que intentan justificar los pobres o nulos resultados en materia educativa en sus diferentes modalidades. Lo precario, austero y deficiente  rendimiento educativo ha sido por demás notorio en los últimos años, en que las evaluaciones emprendidas por los gobiernos estatal y federal se intensifican.
De nueva cuenta, la autoridad educativa se encuentra con obstáculos que le impiden tener confiabilidad en los resultados esperados. Recientemente se han creado métodos y programas tendientes a acotar la resistencia a ser evaluados, concretamente al sector educativo, básico y medio superior. Sectores de trabajadores de la educación, a través de instancias como agrupaciones sindicales y de otra denominación, son quienes han marcado el alto a las evaluaciones a sus agremiados.
Lo más reciente en información sobre evaluaciones a nivel nacional, indican que los jóvenes educandos, mantienen deficiencias significativas en ciertas áreas del conocimiento. Grave situación no tan solo para ellos, sino también para quienes tienen la noble misión de educar.
Pareciera que en México lo que menos importa o interesa es hacer bien la actividad que le corresponde al maestro. Pero resulta que no son todos quienes se oponen reiteradamente a sr evaluados, no, es un sector que se ha quedado atrapado en la limitación de la actualización, de la profesionalización, del amor a su trabajo. Del que depende su familia para subsistir.
Los argumentos y pretextos para no ser evaluados en tiempo y forma van desde una política “neoliberal” que implementa el gobierno federal hasta la “violación de sus derechos como trabajador de la educación”
Lo anterior permite contextualizar el caso de la educación en instituciones de nivel medio superior y superior. Caso concreto de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro), institución que continua haciendo su tarea. No así quienes desde siempre han intentado frenar su desarrollo y avance. En la máxima institución de la entidad suriana existen limitaciones históricas y actuales que se traducen en la falta de un subsidio suficiente que permita cumplir con las funciones sustantivas encomendadas. Hay constancia de los esfuerzos de quienes han tenido la oportunidad de dirigir la institución.
Hace apenas unos cuantos años, la UAGro, era menospreciada por propios y extraños, sin embargo a partir de que muestra  indicios de que  realmente trabaja en la academia, la investigación y la extensión, porque así lo constatan los resultados de las verificaciones y evaluaciones de la Secretaría de Educación Pública (SEP), y demás instancias evaluadores del país, es cuando repentinamente inicia la demanda de espacios en las aulas para quienes pretenden prepararse en el área de la salud.
Y como en todo, no faltan vivales que sorprenden y engañan a quienes con espíritu genuino de querer preparase, alientan e intentan romper esquemas que le han dado estabilidad y sobre todo, credibilidad al área de la salud, particularmente en la Unidad Académica de Medicina de la UAGro. Lo lamentable no es que jóvenes deseen prepararse en el área citada, sino lo reprobable es que haya personajes siniestros  dentro y  fuera de la institución, que  atizan y alientan  situaciones que van contra las normas que rigen a la propia universidad. Las excusas y pretextos no justifican su actitud. Los estándares de aprovechamiento para el área de medicina, aquí y en China, son los mismos: ingresa n quienes alcanzan altos puntajes. Y quienes pretenden ingresar a través de violentar las leyes que conducen a la institución, deberán ser sancionados, de igual manera a quienes alientan, apoyan e inducen a acciones contra la institución. A ellos con mayor rigor, sencillamente porque lo hacen con dolo, alevosía, y con intereses ajenos a los de quienes desean estudiar. Son interese políticos y económicos. Mientras tanto, ¡que tenga usted un excelente fin de semana!


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