Se queja un estudiante de química de las cuotas en la UAG que podrían orillarlo a desertar
La cuarta universidad pública más grande del país es para Héctor muy cara, porque no puede pagar las cuotas impuestas para inscribirse en la carrera de químico biólogo parasitólogo, en la que terminó ya un año. Para tener derecho a clases, una butaca, profesores y educación, debe depositar a la cuenta bancaria de la Unidad Académica de Ciencias Químicas de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG), mil 560 pesos que desde julio busca la forma de reunir. Como todos los universitarios imprimió su ficha de pago de reinscripción, donde se establece el pago de 10 pesos para el resello de la credencial, 50 por concepto de reinscripción y mil 500 por concepto de “cooperaciones”. Hoy junto a sus 38 compañeros de la generación que entró a mediados de agosto del año pasado comenzaría el cuarto trimestre en la carrera de químico biólogo parasitólogo, pero se encuentra sentado en la dirección, como lo hace desde el lunes pasado, esperando a la directora para que le sea condonado del pago. Llegó de un lugar cafetalero, Atoyac de Álvarez, ubicado en la región de la Costa Grande. Expresó que jamás imaginó que estudiar en la UAG su alma mater desde el bachillerato, de donde salió con un promedio de 9.7, le impusiera un gran reto, que de no cumplir lo pondrá de regreso en su casa y al campo. Contó que antes de que comenzaran las vacaciones trabajó sirviendo bebidas en un bar de la capital, pero el dinero que reunió se esfumó como un shoot de tequila: de un trago. La renta de un pequeño cuarto ubicado justo atrás de Ciudad Universitaria Sur, donde habita desde el primer día que llegó a Chilpancingo y las comidas, absorbieron las propinas y el pago de su servicio. Dijo que dentro de sus planes y a los 20 años de edad, no tenía presente regresar a casa, pero el temor existe, porque la cuarta universidad más grande del país es para él muy cara para seguir estudiando y la falta de dinero lo está orillando a ser parte de las estadísticas de deserción. El joven de tez morena y compleción delgada no recurrió a la Federación Estudiantil Universitaria Guerrerense (FEUG) y las casas de estudiantes porque no quiere ser preso de las políticas de que son objeto los universitarios al estar bajo los grupos de poder que convergen en la universidad y manejan a quienes reciben de ellos un favor. Con una mirada fuerte que comenzó a desvanecerse, recordó que en el último trimestre reprobó dos materias y en otra se quedó sin derecho a examen, luego de comenzar a trabajar para poder seguir manteniendo su estadía en la capital y sus estudios, y no seguir con el apoyo de sus padres, quienes atendieron un complicación de salud de su abuela. Héctor afirmó que de no obtener hoy la condonación del pago de reinscripción regresará a casa con la decepción de él y la que espera de sus padres, pero no se dará por vencido, en un año tiene esperado retornar al salón de clases. El joven pidió omitir su nombre durante la entrevista, porque teme ser objeto de burlas de sus compañeros por la situación que atraviesa. De acuerdo al anuario estadístico 2012-2013 de la UAG, que no presenta tablas de deserción, en los índices por matrícula (estudiante) por programa educativo y grado escolar, nivel licenciatura, la carrera de químico biólogo parasitólogo el primer semestre tuvo una matrícula de 193 alumnos, en ese mismo periodo el segundo semestre tenía 159 alumnos, en el tercero cursaban 148, el cuarto de 156 y en quinto tenía 144. La modalidad de la carrera con los nuevos planes de estudio paso de tener 6 semestres a 12 trimestres y un año de servicio. En unidades académicas como Ciencias de la Comunicación el cobro fue de 300 pesos, en Derecho de 250 y en Ciencias Naturales de 700 pesos. (Jacob Morales Antonio / Chilpancingo).
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