¿Quiénes nadan de muertito?

Leoncio Castrejón Salgado

Entre la jerga popular suele usarse este dicho bien dicho y lleno de sabiduría.

Se hace uso de este dicho, cuando se señala a una persona y/o  grupo de individuos que no realizan sus actividades o bien fingen realizarlas y por consiguiente no cumplen y evaden su responsabilidad. Esto en términos generales.

Hace dos días el presidente Enrique Peña Nieto, utilizó este dicho para llamar la atención y regañarlos de paso, a gobernadores, alcaldes y a todos aquellos que sabiendo y teniendo alguna responsabilidad, sobre todo en el ámbito del ejercicio de gobierno en los diferentes niveles, no responden a ese encargo sea este de elección popular o de asignación.

Sin duda que el regaño presidencial fue general pero con destino al gobernador de Guerrero, entre otros. Que ha sido cuestionado por sus tibiezas al gobernar y que cada vez que sucede esto, encuentra una salida al asunto.

Tal vez al aceptar el encargo le ganó más el interés y curiosidad protagónica que el servir realmente a su entidad. Ya se empiezan a  escuchar voces que comentan que el “gobernador precioso”, se desconoce a qué se debe el mote, está más interesado a llevar a cabo una reagrupación de su grupo político al interior de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro), que cumplir cabalmente con el compromiso y responsabilidad de gobernar a Guerrero de manera institucional.

De confirmarse lo anterior, muy mal hace el gobernador interino en dedicar su tiempo él y sus “camaradas” en cobrar revanchas universitarias recientes y añejas. Que no olvide que está en ese lugar por el respaldo decisivo del Dr. Javier Saldaña Almazán, actual rector de la UAGro.

En cuanto a que “nada de muertito”, ha trascendido que el ejecutivo federal de una vez por todas, ha decidido a llamarle a las cosas por su nombre. Porque se ha dicho que cada que acontece  algún incidente a nivel estatal y nacional, el gobernador suriano de inmediato arguye que la federación no apoya lo suficiente para enfrentar sus responsabilidades como ejecutivo del estado.

Sin embargo, pareciera que la gente que arribó a gobernar Guerrero circunstancialmente, aún le cuesta trabajo despojarse de playeras y de sentimentalismos que nada tiene que ver con abandonar sus convicciones  políticos o ideológicos, que se pudiera argumentar existen en la toma  decisiones de gobierno; que lejos de permitirle avanzar en medio del caos e incertidumbre, eso le complica el asunto.

Mientras tanto…que tenga usted, ¡un excelente fin de semana!

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