Inconformes con el nuevo fiscal guerrerense
Leoncio Castrejón Salgado
El jueves de la semana pasada,
el Congreso local de Guerrero tuvo a bien nombrar al nuevo Fiscal de Guerrero.
Con antelación algunos dirigentes de grupos políticos habían manifestado su
rechazo a quien se perfilaba como uno de los finalistas. Las manifestaciones
fueron siempre de quienes no tenían esperanza mínima de participar en la
contienda para tal cargo en la entidad.
El jueves finalmente se dio a
conocer quién sería el titular de la fiscalía guerrerense. Solo hasta entonces
los opositores e inconformes mostraron su rostro sin proponérselo. ¿Y sabe usted
quien o quienes se opusieron y siguen sin digerir la decisión de los diputados
locales? ¡Claro, acertó!, los de siempre, aquellos que se oponen a todo por temor a perder sus canonjías y beneficios, a
perder su comodidad de la que han gozado siempre sin decírselo a sus
seguidores, aquellos quienes se han convertido en francotiradores políticos.
Aquellos que en su momento
solo acusaron al hoy fiscal de lo que se les vino a la mente sin sustentar, sin
probar fehacientemente nada. Aquellos quienes le apostaron al desprestigio de
quien bien sabían tenía mayores probabilidades de ser aceptado por los
diputados locales de Guerrero.
El rechazo al nuevo fiscal no
se fundamenta en argumentos que resistan la más mínima discusión. El rechazo
es, hasta donde se alcanza a vislumbrar, por incompetencia y frustración de quienes han sido vapuleados
en la política en el proceso político elector reciente en la entidad.
El rechazo es de quienes
siguen frustrados por no saber participar y no reconocer que la ciudadanía no
les dio el voto de confianza en las urnas. Son aquellos que cuando ganan todo
es legal y derecho, legítimo, sin trampa; ¡ah, pero si pierden!, como fue el
caso, todo el proceso fue truculento, amañado, se hicieron las trampas y
marrullerías habidas y por haber.
Dicen, las irregularidades
abundaron. Y lo delicado y grotesco es que a pesar de la realidad para todos,
hay algunas voces que insisten en acusar, ahí la gravedad, sin presentar
evidencias contundentes y fehacientes que prueben sus dichos y acusaciones.
¡Eso sí es grave y delicado, más aún cuando se hace con dolo y aprovechan cada
espacio para vociferar sus falacias sin medir consecuencias!
Sería bueno, saludable y
recomendable en términos jurídicos y hasta políticos, que aquellos que acusan
por acusar, porque al parecer solo se dedican
y viven de hacer nada, se les
llame a cuentas ante la justicia mexicana. Los guerrerenses se han cansado ya,
de escuchar estupideces de quienes se dicen dirigentes o líderes y más curioso
si son de algún partido político.
Vamos, siguen opinado por la
herida, y eso sin duda, no se vale. Dice aquella acertadísima sentencia popular
que “el que se lleva se aguanta”. Pareciera que esas estrategias ramplonas y arcaicas
son las que están hundiendo cada día a ese tipo de personas nefastas y
nocivas en todos los ámbitos de nuestra sociedad que hoy, lo que busca es paz,
tranquilidad y que se le deje trabajar
para reactivar la economía de la entidad..
Twitter: @casleoncio
Facebook: Leoncio Castrejón
Salgado.
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