El pleito Astudillo y
Ríos Píter
Leoncio Castrejón Salgado
Los políticos que aún quedan
ejerciendo alguna actividad como el Licenciado Héctor Astudillo Flores
gobernador de Guerrero y el senador por Guerrero Armando Ríos Píter,
sorprendieron con un repentino e inesperado intercambio epistolar a través de
las redes sociales tan de moda.
Algunos han intentado calmar y
de ser posible borrar tan bochornoso y desagradable episodio del intercambio de
deseos nada halagüeños para ambos, nada decentes y cultos para la jerarquía que
ostentan, menos para los ciudadanos guerrerenses. Intentaron decirse de todo,
pero tuvieron “recato”
Uno se convirtió en
francotirador político, el otro, que se supone debería ser cauto y mesurado
ante provocaciones de índole diversa, optó por dar respuesta inmediata y sin
miramiento de las secuelas de tan mencionado “pleito” a través de las redes
sociales y más tarde los medios de comunicación hicieron eco de tan florida
comunicación. Y vaya que de inmediato se calentaron los ánimos de los
simpatizantes de ambos bandos. Sin embargo,como dice el dicho: “…el mal ya
estaba hecho…”.
El incidente referido, no
hubiera tenido mayor trascendencia de no ser por quienes lo protagonizaron; dos
políticos encumbrados, dos personajes pertenecientes a institutos políticos
diferentes. Usted puede agregar lo que guste, seguro hay muchos milagritos que
colgarles a ambos. De eso no cabe la menor duda.
Lo sucedido llama la atención
por las responsabilidades que tienen en estos momentos. Distraerse con tanta
facilidad y ligereza, permitieron que el hígado diera las respuestas, en lugar
del raciocinio, la entereza política, la prudencia, la razón, la inteligencia y
optaron por responderse con la misma altura y nivel de quien haya iniciado el
golpeteo político, eso, es lo que llama la atención, lo que preocupó en su
momento al ciudadano como usted y yo.
De presenciar un pleito de
plaza no son buenos indicios e indicadores de nuestros gobernantes. En el momento de la
gresca algunos dijeron: “eso es natural” “así es la política”, en la actualidad
muchos quisieran que lo acontecido ya ni siquiera se recuerde, “un mal momento
para el señor gobernador…” dijeron sus más cercanos colaboradores.
Pudieran tener razón ambos en
reclamarse, decirse de lo que cada uno piensa del otro, pudiera ser correcto y
políticamente sano, hasta ahí la razón pudiera imponerse y verse normal y
lógico. De lo que omitieron es de seguir los protocolos de decencia social y política,
¡vamos, se olvidaron de los buenos modales que debe mostrar todo aquel que se
precie de ser buen ciudadano y más aún de quien se precie de ser político! se
les hizo fácil mostrase tal cual, dos bravucones de barriada metidos a gobernantes que en un instante quisieron borrarse del mapa político, sacudirse las manos y continuar sus
actividades y ya.
Se olvidaron que ambos tienen
“cola que les pisen” y vaya que mucha.
Pero sabe que estimado lector,
tómelo con reserva, tan pronto cesó la
tormenta, vino la calma y de inmediato trascendió que la persona que contestó
no fue el propio gobernador, ¡así las cosas! Que fue una persona que le maneja
las redes sociales. Quisieron suavizar la tragedia, y lo que hicieron fue más
grave aún. ¿En manos de quien el gobernador deposita la confianza de asuntos
tan delicados?
Mientras tanto…¡¡ Que tenga
usted, un excelente fin de semana !!
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