jueves, 17 de junio de 2010


Se recupera la población de lobos mexicanos; reproducen 350 ejemplares
Después de llegar hasta el extremo más radical de su exterminio, en el que ya solamente quedaban siete ejemplares libres en 1980, el lobo mexicano (Canis lupus baileyi) logró recuperar su población gracias al trabajo de biólogos de Estados Unidos y México, que ya han logrado reproducir y distribuir 350 ejemplares en 55 centros de protección en ambos países.

La Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco, que funge como una de las coordinadoras de los esfuerzos mexicanos para rescatar al mayor canino de México, informó que gracias al programa binacional de conservación del lobo mexicano ya han sido liberados, en reservas naturales de Arizona y Nuevo México, 60 ejemplares.

En México se buscan actualmente los lugares que pudieran ser la primera reserva natural donde podrían ser liberados los ejemplares recuperados, los cuales podrían estar en la Sierra Madre Occidental, que conserva grandes extensiones de montaña silvestre, por ejemplo en los estados de Chihuahua, Durango, Sonora o Zacatecas.

Además de los 60 ejemplares que ya fueron liberados en Estados Unidos, el resto de los centros de rescate de los dos países trabaja de manera muy coordinada para lograr la reproducción entre los ejemplares en cautiverio con las mayores ventajas genéticas, de modo que no haya un empobrecimiento de los recién nacidos por cruces entre familiares.

El lobo mexicano, que genéticamente es diferente al resto de los lobos de Norteamérica, tuvo que ser reproducido en cautiverio después de que en 1982 se reportó por última vez un ejemplar silvestre en libertad.

Una de las causas de que este animal llegara al borde de la extinción fue que, durante los años 60 y 70, las uniones ganaderas pagaban entre 20 y 30 pesos por cada ejemplar de lobo muerto.

En busca de una reserva. El doctor Jorge Servín Martínez, investigador del Departamento del Hombre y su Ambiente en la Unidad Xochimilco, ha coordinado en los últimos 10 años al grupo de especialistas mexicanos que participa en el programa binacional, equipo que se encarga de llevar a cabo los trabajos científicos y técnicos dirigidos a reproducir y mantener una población genéticamente sana en cautiverio y en una siguiente fase a reintroducirlos en sus áreas originales de distribución histórica.

En estos estudios, iniciados en el 2000, el equipo científico nacional que conduce Servín Martínez realizó prospecciones de campo para determinar las áreas de distribución histórica de esta especie para efectuar una evaluación sobre la abundancia de poblaciones de especies que sean presas potenciales para el lobo mexicano como los venados, pecaríes y guajolotes silvestres.

Tomando en consideración esta información, se indagó la cantidad y calidad de este tipo de bosques en el país, ya que los planes y necesidades de la reintroducción exigen superficies de no menos de 10 mil kilómetros cuadrados poco fragmentadas.

Con base en el análisis espacial efectuado, se identificaron seis áreas que cubrían los requerimientos para la reintroducción exitosa del lobo como la topografía, altitud, tipos de vegetación, abundancia de fauna y baja densidad de población humana. Cuatro de ellas en la Sierra Madre Occidental, en los estados de Chihuahua, Durango, Sonora y Zacatecas, y dos en la Sierra Madre Oriental, en Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas.

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