Acompañan veinte mil portugueses a Saramago en su último trayecto
Permanecerán en la capital Lisboa sus cenizas. Dejó inconclusa una novela sobre el tráfico de armas.
Dpa
Lisboa. Portugal se despidió este domingo del escritor José Saramago en una ceremonia civil a la que asistieron numerosos intelectuales y miembros de la esfera política portuguesa.
Previamente, unas 20 mil personas rindieron en la capilla ardiente del Ayuntamiento de Lisboa el último homenaje al único Nobel de Literatura de lengua portuguesa, fallecido el viernes a los 87 años en la isla Lanzarote a causa de una leucemia.
Cientos de personas recibieron los restos del autor en el cementerio Alto de San Juan, donde fueron incinerados.
Sus cenizas permanecerán en Lisboa, según dijo el alcalde de la ciudad, Antonio Costa.
Antes se informó que una parte de ellas descansaría en su localidad natal de Azinhaga y otra en el jardín de su casa de Lanzarote, donde vivió autoexiliado desde 1993 en protesta contra el gobierno conservador de su país.
De la Vega transmitió en el funeral civil "el dolor del gobierno y del pueblo de España por la pérdida de una persona tan querida y de un escritor tan admirado", al que calificó como "alguien capaz de una gran humanidad, compasión y sensatez".
La muerte del escritor deja inacabada la novela en la que trabajaba ahora sobre el tráfico de armas. Su última obra publicada, Caín, apareció el pasado noviembre y generó una gran polémica en Portugal y España, por los duros ataques que contiene a Dios, la Iglesia católica y la Biblia.
La salud del escritor se resintió en los últimos años. De hecho, en 2008 sufrió una grave enfermedad respiratoria que lo mantuvo hospitalizado e hizo temer por su vida.
Nacido el 16 de noviembre de 1922 en la aldea portuguesa de Azinhaga, fue también poeta y dramaturgo. Entre su narrativa destacan El viaje del elefante (2008), Ensayo sobre la lucidez (2004), La caverna (2000), Ensayo sobre la ceguera (1995) y El Evangelio según Jesucristo (1991).
Afiliado al Partido Comunista Portugués en 1969, en los últimos años defendió causas como el "No a la guerra" con motivo de la invasión de Irak. Y más recientemente, levantó la voz para apoyar al juez de la Audiencia Nacional española, Baltasar Garzón, procesado por su investigación de los crímenes del franquismo.
Permanecerán en la capital Lisboa sus cenizas. Dejó inconclusa una novela sobre el tráfico de armas.
Dpa
Lisboa. Portugal se despidió este domingo del escritor José Saramago en una ceremonia civil a la que asistieron numerosos intelectuales y miembros de la esfera política portuguesa.
Previamente, unas 20 mil personas rindieron en la capilla ardiente del Ayuntamiento de Lisboa el último homenaje al único Nobel de Literatura de lengua portuguesa, fallecido el viernes a los 87 años en la isla Lanzarote a causa de una leucemia.
Cientos de personas recibieron los restos del autor en el cementerio Alto de San Juan, donde fueron incinerados.
Sus cenizas permanecerán en Lisboa, según dijo el alcalde de la ciudad, Antonio Costa.
Antes se informó que una parte de ellas descansaría en su localidad natal de Azinhaga y otra en el jardín de su casa de Lanzarote, donde vivió autoexiliado desde 1993 en protesta contra el gobierno conservador de su país.
De la Vega transmitió en el funeral civil "el dolor del gobierno y del pueblo de España por la pérdida de una persona tan querida y de un escritor tan admirado", al que calificó como "alguien capaz de una gran humanidad, compasión y sensatez".
La muerte del escritor deja inacabada la novela en la que trabajaba ahora sobre el tráfico de armas. Su última obra publicada, Caín, apareció el pasado noviembre y generó una gran polémica en Portugal y España, por los duros ataques que contiene a Dios, la Iglesia católica y la Biblia.
La salud del escritor se resintió en los últimos años. De hecho, en 2008 sufrió una grave enfermedad respiratoria que lo mantuvo hospitalizado e hizo temer por su vida.
Nacido el 16 de noviembre de 1922 en la aldea portuguesa de Azinhaga, fue también poeta y dramaturgo. Entre su narrativa destacan El viaje del elefante (2008), Ensayo sobre la lucidez (2004), La caverna (2000), Ensayo sobre la ceguera (1995) y El Evangelio según Jesucristo (1991).
Afiliado al Partido Comunista Portugués en 1969, en los últimos años defendió causas como el "No a la guerra" con motivo de la invasión de Irak. Y más recientemente, levantó la voz para apoyar al juez de la Audiencia Nacional española, Baltasar Garzón, procesado por su investigación de los crímenes del franquismo.
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