miércoles, 1 de junio de 2011

Celulares elevan riesgo de cáncer: OMS

El reporte concluye que hay datos para una posible conexión con tumores cerebrales. La organización recomienda más investigaciones, “pero mientras tanto, conviene reducir el uso”
LYON, Francia (Agencias).— La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó ayer que el uso de teléfonos celulares puede aumentar el riesgo de ciertos tipos de cáncer cerebral y recomendó a los consumidores considerar formas de reducir su uso.
Científicos de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés), parte de la OMS, concluyeron que las radiaciones emitidas por el celular deben estar clasificadas en la misma lista de “riesgo cancerígeno” que el plomo, el pesticida DDT, el café, el cloroformo y los gases de los motores de combustión interna. El grupo calificó los teléfonos celulares en la categoría 2B, que significa posiblemente cancerígeno para los seres humanos.
“Dadas las consecuencias de esta clasificación, es importante que se realicen más investigaciones sobre los posibles efectos a largo plazo. Pero, mientras tanto, convendría reducir la exposición a estos dispositivos”, dijo en rueda de prensa el director de la IARC, Christopher Wild. De acuerdo con el grupo de 31 expertos de 14 países reunidos en Lyon, se encontraron evidencias suficientes para categorizar el uso del teléfono celular como “potencial cancerígeno para los seres humanos”.
El grupo de expertos aclaró que hasta el momento no ha habido estudios suficientes realizados a largo plazo para llegar a una conclusión clara y concreta sobre si las radiaciones de estos teléfonos son seguras.
Por el momento no se pudo comprobar de forma unívoca que el uso de teléfonos móviles pueda provocar cáncer en las personas”, dijo Kurt Straif, presidente del programa de monografías de la IARC, en el que se evaluaron más de 900 posibles agentes cancerígenos. Así y todo, los especialistas decidieron definir las radiaciones como “posiblemente cancerígenas” (possibly carcinogenic), dado que hay pruebas limitadas acerca de una mayor aparición de determinados tumores cerebrales (gliomas) en las personas que usan mucho el celular.
Afirmaron, sin embargo, que existen los datos suficientes que muestran una posible conexión, por lo cual los consumidores deben estar alerta.
Las principales conclusiones sobre el tema se publicarán en la revista The Lancet Oncology en el mes de julio, anunció la IARC.
El año pasado, los resultados de un amplio estudio no hallaron vínculos claros entre los teléfonos celulares y el cáncer, pero algunos grupos sostuvieron que el estudio había insinuado una posible vinculación entre el uso reiterado del teléfono y la glioma, una variante inusual pero a menudo mortal de tumor cerebral. Sin embargo, las cifras en ese subgrupo no fueron suficientes como para confirmarlo.
Además el estudio fue controversial porque comenzó con gente que ya tenía cáncer, a la que le preguntaron cuánto habían usado sus teléfonos celulares hace más de una década.
En otra treintena de estudios en Europa, Estados Unidos y Nueva Zelanda, los pacientes con tumores cerebrales no dijeron haberlos usado más que la gente no afectada. Como los celulares son tan populares, podría ser imposible comparar a los usuarios que desarrollan tumores cerebrales con quienes no los usan. Según una encuesta divulgada el año pasado, el número de suscriptores en el mundo ha alcanzado los cinco mil millones: casi tres cuartas partes de la población mundial.
Además, los hábitos de la gente en cuanto a los celulares ha cambiado notablemente desde que comenzaron los primeros estudios hace años y no está claro si los resultados de investigaciones previas siguen teniendo vigencia.
Como muchos tumores cancerosos tardan décadas en desarrollarse, los expertos consideran imposible concluir que los teléfonos celulares no imponen riesgos a la salud a largo plazo.
Los estudios conducidos hasta ahora no han rastreado a la gente durante más que aproximadamente una década.
Los teléfonos móviles envían señales a torres cercanas por ondas de frecuencia de radio, una forma de energía similar a las ondas de radio FM y las microondas, pero la radiación producida por los celulares no puede dañar directamente la ADN y es diferente de los tipos de radiación más intensos como los rayos equis o la luz ultravioleta.

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